Nació en Cuba pero desde los cuatro años reside en el municipio, donde tiene cuatro hijos, nueve nietos y nueve bisnietos
Isabel Ramos Ramos nació en Cuba pero cuando tenía cuatro años sus padres regresaron a Gran Canaria y se establecieron en la zona alta de Santa Lucía de Tirajana. Después se fue a vivir a Vecindario, en la casa donde nacieron sus cuatro hijos y donde sigue viviendo y acaba de soplar las velas por sus cien años, rodeada de los suyos, de dulces, sopladeras y bombones.
Con motivo de su cumpleaños Isabel recibió en su casa la visita del alcalde, Francisco García y de la concejala de Autonomía Personal, Minerva Pérez. Isabel responde con humor a la pregunta del alcalde ¿cuántos años cumple usted hoy?: “yo cumplo 20”. La vecina centenaria recuerda que “cuando regresaron mis padres de Cuba nos fuimos a vivir a Taidia, al lado de los almacenos de don Bruno, pero después me vine aquí, donde he vivido con mi marido y tuvo cuatro hijos”. Los cuatro hijos acompañan a Isabel durante la visita del alcalde, Eva, Maria del Pino y los gemelos Pablo y Manuel.
Con el pelo teñido y una banda rosada sobre su vestido en la que pone ‘Feliz cumpleaños’, Isabel se sienta en el salón junto a una mesa con dulces y refrescos. La centenaria santaluceña invita al alcalde y a la concejala a un refresco, y conversa con ellos sobre los presentadores de televisión. Chicote es ese hombre que habla de recetas gritando, y por las tardes Isabel se sienta frente a la tele a ver a Sonsoles. A veces falla un poco la memoria, pero Isabel es capaz de caminar por los pasillos de su casa, sin andador, apoyándose en unas barandillas que le han puesto sus hijos.
Isabel se ha dedicado toda la vida a su casa y a la agricultura. Su marido trabajaba en la agricultura, donde hoy hay casas y comercios en Vecindario había tierras que cultivar. En aquellos años no aseguraban a las mujeres que trabajaban en el campo, pero hoy se amaña con la pensión de viudedad y el cariño de cuatro hijos, 9 nietos y nueve bisnietos. El alcalde se marchó con el compromiso de acompañarla el próximo año, cuando las velas de la tarta pongan 101.