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Maspalomas distingue a sus cuatro bomberos con mayor antigüedad

  • El Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana reconoce el mérito profesionalidad de 25 años de servicio en activo de Antonio González (Loreto IV), Javier Armas, Andrés Coruña y Santiago Mejías. Juntos suman 121 años como bomberos de Maspalomas

  • El Cuerpo de Bomberos de Maspalomas recuperó este sábado la celebración festiva del día de su patrono, San Juan de Dios, una conmemoración que se paralizó con el Covid en marzo de 2020

El servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana ofreció este sábado, coincidiendo con la festividad de su patrón San Juan de Dios, un reconocimiento oficial al mérito profesional por sus 25 años de servicio a los bomberos Antonio González González (Loreto IV), Javier Armas Armas, Juan Andrés Coruña Medina y Santiago Mejías Ramírez.

El acto de distinción a los cuatro funcionarios con mayor antigüedad y todavía en activo se desarrolló solemne en la explanada de cocheras del propio Parque de Bomberos, oficiado por el sexto teniente de alcalde y concejal de Seguridad y Emergencias José Carlos Álamo Ojeda, y por el jefe del Servicio José Felipe Santana Rodríguez, en presencia del primer teniente de alcalde Alejandro Marichal y con la asistencia de efectivos del Cuerpo, bomberos ya jubilados, autoridades de la Corporación municipal, los máximos representantes de los cuerpos de seguridad del municipio y numerosos familiares.

El jefe de los bomberos calificó el “homenaje” a sus compañeros como “un día especial” por “tantos años de servicio ofrecidos a la seguridad y el bienestar del municipio de San Bartolomé de Tirajana con entrega, compromiso y cariño por la profesión”. También agradeció a las familias su “apoyo incondicional a tantas guardias y noches de incertidumbre”, y animó a “cada uno de los componentes del Cuerpo a seguir construyendo un servicio cada vez más profesional y más humano”. José Felipe Santana también agradeció a los cuatro bomberos distinguidos que sirvieran de motivación especial para que los Bomberos de Maspalomas recuperaran este sábado la conmemoración festiva del día de su patrón “después de tantos años”, pues dejó de celebrarse con la declaración de la pandemia del Covid.

“Reconocemos la trayectoria ejemplar de cuatro profesionales con una vida de sacrificio y vocación. La medalla que reciben refleja incontables días y noches de entrega, momentos de riesgo y responsabilidad e incontables actos de valentía y compromiso de servicio público con la sociedad”, afirmó José Carlos Álamo, que valoró el nivel de equipamiento material del cuerpo de bomberos del municipio y la preparación de sus agentes. “Tenemos un cuerpo de bomberos excepcional, preparado con el máximo rigor y profesionalidad. Su formación continua y su capacidad de adaptación a situaciones extremas les permite afrontar con solvencia cualquier contingencia”, dijo. También destacó “el liderazgo y la visión de la jefatura del servicio, que ha sabido colocar a nuestro cuerpo de bomberos en un nivel de referencia dentro del mundo de las emergencias”, y anunció que el Ayuntamiento ya está trabajando en la consecución de un nuevo y moderno parque de bomberos. “Cuando se hacen las cosas bien la obligación es seguir mejorando. El camino puede ser largo y complejo, pero lo importante es que estamos en marcha”, afirmó. También hizo hincapié en “el valor” del trabajo en equipo en materia de seguridad y emergencias, y recalcó “la dignidad” de dichos servicios “prestados con vocación y generosidad”.

121 años como bomberos de Maspalomas

Antonio González (Loreto IV), el de mayor antigüedad, se incorporó al cuerpo de bomberos de Maspalomas el 1 de junio de 1988, mientras que sus compañeros Javier Armas, Andrés Coruña, y Santiago Mejías lo hicieron juntos el 5 de mayo de 1997. El primero, “si todo sale bien”, dice, se jubilará oficialmente el 11 de enero de 2026, con 59 años y 37 de servicio, mientras que sus otros tres compañeros lo harán a lo largo de 2030 y 2031. Juntos suman 121 años de servicio como bomberos de Maspalomas.

También se da la circunstancia de que Loreto, Armas y Coruña fueron afamados deportistas practicantes de Lucha Canaria, los dos primeros como tumbadores del antiguo y afamado Club de Maspalomas, y que Santi Mejías hizo lo propio pero como futbolista polivalente en las defensas o centros del campo del Maspalomas, Tunte y El Estrella.

Antonio González (Loreto IV)

“Loreto es un nombre de mujer. El apodo me viene por el nombre de mi abuela”, afirma Antonio González, nacido el 11 de enero de 1967 en la Montaña de San Francisco, en Agüimes. Su antigüedad como bombero de Maspalomas se remonta al 1 de junio de 1988. Valora la distinción por sus servicios “con la importancia que tiene el trabajo con el que me identifico y donde he forjado muy buenos amigos, unos que están y otros que ya se han ido, y donde ha habido buenos y malos momentos, cosas buenas y también malas que no se olvidarán en la vida, como las intervenciones complicadas en accidentes. Aún así, tengo claro que si volviera a nacer volvería a ser bombero, porque reconozco que es una profesión que me hace feliz”.

Javier Armas

“Todos los reconocimientos se agradecen. Éste me enorgullece”, afirma Javier Armas, nacido en Puerto del Rosario, en Fuerteventura, el 15 de abril de 1970. Recuerda que pisó Gran Canaria por primera vez en 1987 “para hacer la mili”, y que en 1990 regresó para establecerse definitivamente en Maspalomas, en cuyo equipo de lucha militó hasta 1997 y al que regresó para retirarse del deporte en activo en la temporada de 1999. De sus años de bombero en este municipio se queda “con lo vivido, con las vivencias y amigos que he tenido por el camino. Estoy contento. Han sido años espectaculares. Los bomberos prestamos servicios de muchas clases, y reconfortan los agradecimientos humildes de la gente. Desde niño quise ser bombero, y acerté de pleno”. Su experiencia más amarga en estos años fue el desarrollo de la excarcelación de un joven fallecido en un accidente de tráfico ocurrido en la bajada al Castillo del Romeral, donde se presentó el padre y se le prohibió el paso pese a su insistencia. “Aquella experiencia y el dolor humano que aprecié me removió por dentro, porque yo también era padre y desde entonces rezo para que nunca me vea en la misma situación”, afirma.

Juan Andrés Coruña

“No milité con ellos, pero me enfrenté a Loreto y Armas cuando estos coincidieron en el Maspalomas”, recuerda Andrés Coruña, natural del barrio de San Roque, Las Palmas de Gran Canaria, nacido el 21 de noviembre de 1970 en la Clínica del Pino, “porque antes no estaba el Materno”, afirma. La distinción al mérito profesional la recibió con ropa de servicio, pues este sábado tenía turno. La valora como “un reconocimiento a todo lo que hemos aprendido y desarrollado en el trabajo del día a día, pero también al aspecto humano de la colaboración que prestamos a la ciudadanía en muchas y diversas situaciones”. Destaca de ese transcurso temporal “la gran evolución favorable que ha tenido el cuerpo de bomberos, tanto a nivel de recursos y dotación material como de profesionalidad y formación de sus integrantes hasta convertirse en un cuerpo puntero y de referencia en Canarias. No se puede olvidar que empezamos con apenas un par de botas y un chaquetón”, recuerda. El servicio que más le ha impactado durante todos estos años fue el rescate y estabilización que efectuó a un bebé de apenas año y medio que salió despedido en una ladera, en un accidente de coche despeñado donde murió la madre, ocurrido en los altos del barranco de Ayagaures.

Santiago Mejías

“Soy un hombre de pocas palabras. La distinción por estos 25 años reconocen las prestaciones de los servicios que los bomberos hemos realizado siempre que se nos ha requerido. Ser bombero durante todo este tiempo ha sido mi profesión. La elegí cuando dejé el fútbol porque necesitaba un revulsivo y un trabajo que fuera de lleno con mi forma de ser. Siempre me ha gustado ayudar”. En su memoria laboral de estos más de 25 años de servicio destacan dos eventos: las intervenciones en el rescate de la guagua accidentada con turistas en Ayacata y en el accidente inmediatamente posterior en Cruz Grande de un helicóptero cuyas aspas chocaron con un cable de alta tensión y donde murieron las cinco personas que iban a bordo, y la intervención de colaboración y ayuda que realizó junto a otros compañeros de Maspalomas a los afectados por la riada en la dana de Valencia. “En ambos aprendí mucho escuchando a la gente”, afirma.

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