El sol, esa gran esfera luminosa que ha proporcionado vida a nuestro planeta tierra, desde el primer instante, que a través de él salió el primer rayo de luz, y que ha sido venerado durante siglos por las primeras civilizaciones, quienes creían que entre el gran astro y los dioses existían una estrecha relación, es sin lugar a dudas, la gran estrella del firmamento, que con su resplandor, ha iluminado a cientos de pensadores, e inspirando a otros cientos de artistas, y cuya misión principal es la de mantener con vida, cualquier ser viviente en éste, nuestro hogar. Un hogar donde parece ser, que a pesar de las buenas intenciones del gran sol por cuidarnos, la humanidad se esfuerza cada día, por hacer todo lo contrario, dedicándonos pues, a destruir todo lo que encontremos a nuestro paso. Muchas personas se empeñan en buscar la felicidad en lo material, y no se dan cuenta que la verdadera riqueza se haya en las pequeñas, pero no por ello, insignificantes cosas, como puede ser el hecho de contar cada día con la luz solar. Sin embargo, perdemos el interés por algo tan importante, como lo puede ser el sol y nos comportamos como niños malcriados, que pierden el interés por las cosas que tienen y sienten como seguras. En eras pasadas, donde las civilizaciones, bajo mi punto de vista, eran mucho más civilizadas de lo que nosotros somos ahora, no sólo valoraban, sino que además, agradecían cada día, todo lo que tuviera relación con la naturaleza, desde la puesta del sol, hasta el movimiento de una estrella, pues para ellos, todo tenía un significado, un simbolismo, un mensaje. Y nosotros, en cambio vamos como borregos de un lado para el otro, con la mirada siempre hacia el suelo, y atendiendo como mensajes de la vida, aquellos que nos entran en nuestros móviles. Muchas veces siento vergüenza debido a nuestros comportamientos tan deshumanizados, a pesar de que reconozco que cada día son más las personas que están despertando y descubriendo que lo que creíamos como auténtico en nuestra historia, realmente no lo es tanto. Tengo este sentimiento porque no comprendo como es posible que nos hayamos dejado manipular y engañar ofreciendo nuestra libertad a cambio de nada. Pero a pesar de esta sensación, quizás no muy positiva por mi parte, también es cierto que en mi alberga la esperanza de un mañana fuera de la oscuridad. ¡No crean que es imposible! porque en esta vida y en cualquiera de las que vivamos, todo es posible. Sino que se lo pregunten a los vikingos, de los que una vieja leyenda cuenta que, para encontrar su camino en el océano, utilizaban una piedra muy especial que, elevada hacia el cielo, revelaba la posición del Sol, incluso en un día nublado. Una piedra que los marineros vikingos bautizaron como la piedra solar, y que según los científicos estas piedras podrían haber sido cristales polarizadores, con los que los antiguos marinos lograban cruzar el Atlántico Norte, en un tiempo donde la brújula aún no existía. Yo no sé cuanto tendrá de cierto esta leyenda, la verdad es que lo desconozco pero según he leído, sus textos narran como durante los días nublados o incluso cuando azotaba la nieve, el Rey Olaf consultaba a Sigurd sobre la posición del Sol. Olaf quien sostenía una piedra solar, miraba al cielo y observaba de dónde procedía la luz, a partir de la cual adivinaba la posición del invisible Sol. Tras leer esto, y no sé si les habrá pasado a usted lo mismo, a mi mente vino, el tan querido, o por lo menos en mi casa lo es, muñeco de nieve Olaf, de la película Frozen, ¿Saben de quien les hablo? Es curioso pero las casualidad en esta historia no son pocas, y tampoco son para dejarlas pasar por alto. En primer lugar, estos marineros vikingos viajaban con sus barcos por los países más al norte del planeta tierra en busca de aventuras y tesoros, precisamente el escenario donde esta película fue ambientada. También nos encontramos con que el muñeco de nieve Olaf, con el mismo nombre del Rey que antes les mencioné, quién sirvió de guía, a la hermana de Elsa, Anna, y a sus ayudantes Kristof y al tan humanizado reno Sven, mostrándoles el caminó hacia el gran castillo de hielo, que Elsa había construido con sus poderes, tras huir de su reino el mismo día de su coronación, tal y como lo hizo en el pasado, el Rey Olaf con su tripulación, a través de las heladas aguas del norte. Da la sensación, o al menos a mi me la da, que el muñeco fuera un símil de la supuesta brújula de piedra, tal y como lo fue la piedra solar para el Rey Olaf. Por cierto, aprovecho la oportunidad para recomendar esta película, a todos aquellos que no la han visto, porque es una película que engancha, yo por ejemplo, me enamoré, desde el primer instante, y creo que no les voy a sorprender en absoluto, de la familia de piedras que cuidaron de Kristof cuando éste era tan sólo un crío. Para no liarlos más, y seguir con el blog, les contaré sobre esta peculiar piedra solar que su descubridor Keller, dice que la idea de que los vikingos usaran «piedras solares» para él es muy creíble. Y por ello, está esperando con muchas ansias a que aparezcan pruebas arqueológicas que pruebe su teoría, como por ejemplo un barco vikingo hundido cerca de los países nórdicos donde se encuentre una piedra solar en su interior. Pues no pide nada el amigo, jajajaj. A ver , aclaremos una cosa, yo soy de las primeras que me encantaría ver su deseo cumplido, pero su forma de verbalizar el deseo me resultó muy cómica, daba la sensación que estaba pidiendo un menú en la ventanilla de esa gran empresa americana, con la super M en mayúscula y de color rojo, y que garantiza con la letra Q a todos sus clientes la máxima calidad del cartón, perdón quise decir carne, que en ese establecimiento se ofrece, como comprenderán no voy a dar más pistas sobre el lugar, porque no sé si ésto me puede traer problemas con el actual presidente americano, por estar relacionando a los países nórdicos con su gran y querida patricia EEUU, y es que este señor parece estar enojado con el planeta entero menos con él mismo, porque como todos sabemos; America First. Para ir concluyendo con el blog de hoy, decirles que no creo en las coincidencias, y por tanto defiendo la idea de que hay más verdad oculta en las películas y libros de fantasía, que en los propios textos que compramos para que nuestros niños estudien y aprendan en sus escuelas. Y un ejemplo claro lo tenemos con esta película, donde hemos aprendido sobre un rey vikingo llamado Olaf que usaba como brújula, una piedra solar, cuando la oscuridad y la nieve le complicaban la tarea de avanzar con su barco por las heladas aguas de los países nórdicos. Sin lugar a duda, hacer que nuestros pequeños estudien y aprendan con alegría e interés es una asignatura pendiente en España. Ojalá hubiese una piedra sol que sirviera para iluminar y guiar a todos aquellos responsables del sistema educativo de España, un sistema que al igual que el muñeco de nieve de esta película, anda un tanto perdido y sin saber que hace la nieve en verano, y es que mi opinión, nuestro sistema educativo hace exactamente lo mismo con sus responsabilidades educativas, que la nieve en verano, es decir “Nada”. Lo lamentable en este asunto es que en nuestra historia no haya ningún Kristoff que quiera contarles la verdad a nuestro políticos. Así que, mientras esperamos a que aparezca un Kristoff en nuestra vidas, tendremos que seguir soplando dientes de león y tararear junto a Olaf, la tan pegadiza canción de esta divertida película de animación ¿Se animan? -Johanna Pérez Hernández-
gracias a radio faro por compartir este articulo escrito por johanna pérez hernández ..Tengo que decir que me ha encantado leerlo y saber más sobre la piedra solar …bajo mi humilde opinion hace un tiempo que sigo a la escritora del libro “las piedras también sueñan “una bonita historia y cada viernes leo sus blogs donde ella me enseñan cosas nuevas sobre piedras y el mundo mineral …Felicidades johanna por escribir tan bonito y hacerme llegar la lectura y mil gracias a radio faro por hacernos disfrutar de los blogs de johanna pérez hernández…
Pues tengo que decir que cuando leí el libro de Johanna me encantó y investigué más por saber sobre lo que escribía y cuando leo cada viernes sus blogs admito que me gusta cada historia que cuenta así que será un placer poderle seguir mediante este periódico radio faro los blogs de Johanna Pérez Hernández
Muy buen artículo, Johanna, he aprendido mucho con él, hasta he podido comprobar la relación que hay entre los vikingos y los americanos, o el muñeco de nieve Olaf y el rey vikingo Olaf. Que sigan los artículos de este tipo en el Digital Faro Canarias.