El Grupo Popular ve “un claro conflicto de intereses” en la reclamación de más de 70.000 euros a la Institución insular por parte de Miguel Ángel Rodríguez
El Grupo Popular en el Cabildo de Gran Canaria ha exigido hoy al consejero tránsfuga de Medio Ambiente y Emergencias, Miguel Ángel Rodríguez, que elija “entre la pasta o el cargo” después de conocerse que reclama más de 70.000 euros al propio gobierno insular del que forma parte por un conflicto laboral como ex trabajador del Instituto de Atención Social y Sociosanitaria (IASS).
Para el portavoz del Grupo Popular, Felipe Afonso El Jaber, “el consejero tránsfuga de Medio Ambiente está en su perfecto derecho a reclamar lo que estime oportuno, pero no se puede estar en misa y repicando, no se puede ser juez y parte al mismo tiempo, y si decide demandar a la Administración de la que forma parte como miembro del gobierno debería renunciar a su cargo de inmediato por pudor y decoro político”.
Según Felipe Afonso El Jaber, el caso de Miguel Ángel Rodríguez representa “un claro conflicto de intereses”, pues es “no es de recibo que un cargo público, que por encima de todo debería defender el interés general, mantenga un litigio personal contra la propia Institución a la que representa”.
Ante tan rocambolesca situación, el Grupo Popular exigirá al presidente de la Corporación insular, Antonio Morales, que tome cartas en el asunto y que, “para no dañar más la imagen del Cabildo de Gran Canaria”, retire sus competencias al consejero de Medio Ambiente y Emergencias hasta que la justicia resuelva su reclamación.
La felicidad era esto
En cualquier caso, al Grupo Popular no le ha sorprendido el caso de Miguel Ángel Rodríguez, “pues qué se puede esperar de una persona que, apenas una semana después de haber tomado posesión como consejero de Podemos (en sustitución del dimitido Juan Manuel Brito), decide abandonar la disciplina de su partido y convertirse en tránsfuga para mantenerse dentro del gobierno”.
“Ahora entendemos también a qué se refería el tránsfuga Miguel Ángel Rodríguez cuando en su toma de posesión confesó que le hubiera gustado ser consejero de la Felicidad”, sentencia Felipe Afonso El Jaber.