Diez creadores de la Asociación Sociocultural Villa del Arte exponen en la Galería Casa Condal de Maspalomas una muestra atípica y exclusiva basada en la idea conceptual de grupo y colectividad
La Galería Casa Condal de Maspalomas acoge hasta el próximo lunes 18 de julio una novedosa y exclusiva exposición colectiva con obras de una decena de artistas y artesanos pertenecientes a la Asociación Sociocultural Villa del Arte, de Agüimes.
La muestra, integrada por pinturas, esculturas e instalaciones realizadas con distintas técnicas y materiales expresivos, se ha realizado para ser expuesta expresamente en la Galería Casa Condal, y con un objetivo de debate interior, profundo y plural. ¿Qué cohesiona al grupo?.
Fue inaugurada este pasado viernes por la concejala de Cultura de San Bartolomé de Tirajana, Esther Delgado. Al acto asistieron también la concejala de Participación y Juventud, Amanda Cárdenes, y el concejal de Cultura de Agüimes, Francisco González.
Para montar esta exposición sus autores han trabajado durante un año con carácter embajador y experimental sobre una idea base y primitiva, el grupo, y un concepto general común: lo colectivo. De ahí que decidieran titular este proyecto creativo y reflexivo como ‘Alquimia’.
El resultado es que en esta exposición atípica por sus técnicas y contenido, cada obra invita a los espectadores a descubrir y explorar esos conceptos de matriz plural, donde las individualidades se mimetizan, los esfuerzos se dosifican y las ideas se confabulan.
El objetivo se alcanza porque muchos de los artistas que participan en esta colectiva se conocen y retroalimentan desde hace al menos 4 años, los mismos que llevan compartiendo el taller artístico abierto al público en el casco histórico de Agüimes, donde engendran, exponen y venden sus piezas.
María Asensio muestra el tríptico ‘Con la corriente’, de arena natural y pimentada con tintes acrílicos sobre lienzo; Pedro Marín ofrece la instalación colorista y planetaria ‘System-A’ de papel reciclado y teñido; Tasio Mena nos delita con su ‘Paisaje musical’, en técnica mixta, y también ‘Trazos’, una especie de tótem bereber de metro y medio trabajado con varias maderas, pintura acrílica y barniz.
A dúo, Rocío Álvarez y Laura Cabrera sorprenden y atrapan al público con su instalación ‘Inercia’, una especie de hormiguero gigante en el que sustancian el concepto gregario base de la exposición, realizado en técnica mixta, con cerámica esmaltada, metal y cartón.
Laura Cabrera despunta con un díptico intitulado, trabajado en óleo y tinta china sobre tabla, mientras que Luis Torres plasma en ‘Esperanza’, un único óleo sobre lienzo, una visión incisiva sobre la vida, la paternidad, el amor, la inocencia, el dolor, la migración, el miedo, la necesidad y el hambre en toda su extensión.
Rafael Hernández concreta la idea de la pluralidad y la colectividad con la instalación ‘Tapati Brigiti’, hecha con papel mache, donde los individuos conformados a semejanza de las palabras escritas y silentes aparecen con carácter grupal, a modo de familia, a veces partidos o divididos, como las estructuras humanas o la razón cívica y social. Como las infancias robadas.
La también escultora Noemí Arrocha participa con la instalación ‘Serie reflexión’, en técnica mixta de piedra y metal. Entre sus lecturas cabría escudarse que incluso en las naturalezas supuestamente muertas existen claras muestras de una interrelación viva y ejemplar, como la que ofrecen entre sí los callaos de cualquier playa, y esos callaos con el resto de los integrantes de su entorno, aún teniendo cada uno su propia singularidad.
La exposición la abre o la cierra, según se mire, Eva Cabrera con sus ‘Huchas y Mascaruchas’, hechas en cerámicas esmaltada y patinada, respectivamente. Desde su posición observadora en mitad de la sala, sus obras parecen decir que ningún rostro es idéntico, y que sin rostros (físicos, cultural, filosófico, religioso…) los individuos difícilmente podrían apreciarse como entes comunitarios y actuar en colectividad.
En el fondo, la exposición ‘Alquimia’ es la escenificación de un concepto posible; un canto a la solidaridad artística y al trabajo en común; una reflexión artística compartida sobre la endeblez del edificio social y/o colectivo atenazado por las visiones individualizadas. Lo resumen en la pequeña obra escultórica que el colectivo ha situado estratégicamente junto a un mapa ideal del cosmos. Frente a la puerta de entrada y salida.