.Desde hace algunos años las administraciones públicas vienen sufriendo un tremendo descredito ante la ciudadanía. La corrupción, la ineficacia y la desinformación causan la defenestración de administraciones y políticos.
Ante esta situación aparece una gran oportunidad de la mano de las nuevas tecnologías; hablamos de relacionarnos de modo diferente con la administración, de entender que lo público es de todos y todas, que la fiscalización de lo público es una responsabilidad compartida, entendiendo la transparencia y la participación ciudadana como un elemento enriquecedor.
En la práctica, las administraciones están obligadas por ley a tener un portal de transparencia donde figure toda la información relevante de la administración y esta información debe estar actualizada de manera permanente. Debe reflejar el día a día de la administración. Además debe hacerlo en un lenguaje que la ciudadanía pueda entender.
Pero, más que como un aspecto legal , hay que abordarlo como una oportunidad de progreso social, si el ciudadano ó la ciudadana tiene acceso a la misma información que el grupo de gobierno podrá examinar con mayor claridad las decisiones políticas que tome la administración local. Además si esta administración tiene bien informada a la ciudadanía podrá consultarles, y con todo ello se generan las sinergias para tener un gobierno en constante mejora y más asertivo. Los miembros del gobierno pasarán a tener una evaluación continua en vez de un examen cada cuatro años.
Para abordar este cambio es necesario disponer de herramientas:
-
Administración Electrónica.
-
Portal de Transparencia.
-
Eparticipación.
Con estas herramientas y voluntad política, algunos ayuntamientos ya han puesto en marcha procesos de presupuestos participativos, en muchos de ellos se solicita la participación ciudadana para una parte de las inversiones. Y lo hace en tres fases, primero se solicita a la ciudadanía la aportación de proyectos que les gustaría que se hicieran en su ciudad. Posteriormente, son analizados por los técnicos municipales descartando los que no se ajusten a presupuesto o sean irrealizables. Los que quedan se publican en la web de participación ciudadana y se les pide que elijan el más que les guste. De esta votación salen las obras a ejecutar al año siguiente.
De tal forma que son los propios ciudadanos y ciudadanas quienes deciden en que se gasta el presupuesto de inversiones.
La práctica de la participación ciudadana se convertirá en un hábito y los procesos de participación se normalizaran, dando pasos hacia una conciencia colectiva que crea o refuerza los vínculos entre los ciudadanos y la administración.
La concejalía de Nuevas Tecnologías de Santa Lucía se ha iniciado dos de estos tres proyectos, se inicio la contratación de la administración electrónica y se ha iniciado la implantación de la transparencia, con estos proyectos la administración va cediendo el protagonismo a la ciudadanía.