El consejero de Cultura del Cabildo de Gran Canaria, Carlos Ruiz, presentaba en la mañana de este miércoles, 7 de marzo, junto al alcalde de la Villa de Ingenio, Juan Díaz, y la concejala de Playas de este municipio, Chani Ramos, los restos extraídos en el sondeo arqueológico subacuático realizado en el pecio hundido de la playa de El Burrero. Pasado medio siglo desde su descubrimiento y tras cuatro intervenciones arqueológicas (1962, 1968, 1994 y 2008) el Cabildo vuelve a insistir en los restos al ser uno de los sitios arqueológicos subacuáticos más interesantes de Gran Canaria tanto desde el punto de vista histórico-científico como patrimonial.
El arqueólogo especializado en intervenciones subacuáticas, Josué Mata Mora, el cual estuvo acompañado del arqueólogo de la Unidad de Patrimonio Histórico del Cabildo grancanario, José Guillén, explicó los detalles de los trabajos acometidos en el transcurso de esta quinta campaña que tiene lugar en esta embarcación histórica, descubierta en 1962 por el buceador local Tomás Cruz. Un equipo de tres personas invirtió un total de 120 horas de inmersión durante los pasados meses de enero y febrero con la finalidad de delimitar sus restos y analizar su estado de conservación. Según los expertos, la cercanía de los restos a la costa (unos 80 metros) y la escasa profundidad (entre 3-4 metros) han influido sobre este yacimiento siendo la erosión, expolio y antropización una constante en la historia de este naufragio. A la propuesta de delimitación del yacimiento se sumó la operación de cubrimiento de los restos con arena una vez finalizada la intervención para su protección.
La Consejería de Cultura, Patrimonio Histórico y Museos del Cabildo ha invertido 18 mil euros en estos trabajos. Ha podido determinar a partir de los primeros estudios aportados por el equipo de arqueólogos que se trata de una embarcación datada probablemente de mediados del siglo XVIII. El sistema de construcción (uso de encabillado de madera, presencia de doble forro de madera, presencia de claras notables entre cuernas) apunta a una posible procedencia inglesa, probablemente militar, teniendo en cuenta que en los años 60 hubo una extracción de 15 cañones de hierro fundido, los cuales fueron retirados sin los cuidados y precauciones necesarias. Ahora se ha documentado la abundante presencia de piedras de sílex lo que permite vincular la construcción del barco a las costas inglesas o europeas. Además se han hallado fragmentos escasos de cerámica denominada “a la sal” (stoneware) que se inician en Renania (Alemania) en el siglo XVI y son posteriormente imitadas en Inglaterra en los siglos XVII y XVIII. Se han documentando también restos de pipas cerámicas, muy usadas por los marineros de la época, y restos de cubertería, como un cucharón de peltre con restos de decoración barroca. Se sospecha que es un barco corsario inglés que tuvo un encuentro en la ensenada de Gando, donde fue cañoneado y, herido de muerte, llegó a esta playa. Por ello se cree que no tenía ni siquiera cargamento ya que venía a conseguirlo para después venderlo en puertos donde fondeaba como Funchal o Londres. Esas corbetas eran barcos ligeros de unos 30 metros de eslora y 15 de manga, pero conservados de éste hay solo 7 metros lineales, por ahora, que se tenga constancia.
“Desde hace años la gente del Burrero y del municipio sabe que aquí hay un pecio y ha habido siempre una gran preocupación por este tema, por lo que ha sido un acierto el investigarlo para trasladar la información a los libros y quedarnos con la historia,” manifestaba el alcalde de Ingenio, Juan Díaz. “Hay que seguir trabajando y lo que se descubra darlo a conocer a la ciudadanía, viendo la posibilidad también de, a través de paneles y fotografías, mostrar lo que aquí se encuentra,” añadió el primer edil para concluir agradeciendo al Cabildo la labores que se están realizando.
Carlos Ruiz, por su parte, comentó que lo que se intenta es “conocer más acerca de este pecio, datarlo, saber su procedencia, la fecha de su hundimiento, e ir acumulando cada vez más información con medios más modernos y actuales para conservarla y difundirla”. Explicó que se está a la espera del informe para ver qué aconsejan los expertos, ya que hace tan solo una semana que han terminado y aún se están analizando los resultados, “pero dentro de la línea de la Consejería una de las propuestas que manejamos será la de ubicar algún panel informativo así como estudiar qué actuaciones futuras se pueden realizar para la conservación, ante la imposibilidad de sacar los restos ya que podrían dañarse”.