Querida amiga:
El amor ni se ruega ni se mendiga, solo se ofrece o se acepta con reciprocidad y gratitud. Nadie es indispensable en la vida del otro, quien quiera estar contigo lo estará con absoluta determinación y libertad. Compartirá los mejores y no tan buenos momentos a tu lado, aunque sin desgastantes reclamos, deponiendo los desmanes del ego y haciendo lo posible para que el camino en compañía sea fructífero.
Los amargos amores del pasado traerán, si se presentan otra vez a ti, nuevas tristezas y desequilibrios. No te han cambiado ni ignorado por alguien mejor, sino por alguien más fácil de engañar o manipular.
No es lo que el otro crea de ti por lo que le haya contado un tercero, es lo que tú creas de ti lo que te posiciona con la dignidad que te caracteriza. Las personas fácilmente influenciables son inseguras e inestables por naturaleza, no están preparadas para amar. Recuerda que tu estabilidad emocional y tu consciencia en paz tienen el valor que no existe en ellos.
Acuérdate de la “gente trepa”, esas que utilizan a quienes les conviene únicamente para alcanzar sus propios objetivos. Van con unos y con otros para llenar sus vacíos emocionales u objetivos personales en su escalada de egoísmo; no saben amar, el juego emocional es su especialidad.
La variedad, como ves, es extensa. Pienso que no necesitas más letras para entender que no eres juguete para complacer a nadie, que el amor por ti es un tesoro sobrado de preciosas gemas de respeto, consideración y dignidad que no merece ser arrebatado sino compartido con quien realmente lo valore.
Y lo más importante es que no tienes que convencer a nadie para que esté a tu lado. El amor, la reciprocidad y el respeto forman el único lazo para permanecer juntos, el resto son caprichos del ego.
Atte. David Valentín Torres
Escritor de psicología y filosofía
Gracias por compartirlo. Muy bonito.. <3