“Soy inmortal”, “soy el más grande”, “seré recordado por los siglos de los siglos”… Frases de Usain Bolt, sin duda un gran campeón pero que celebrando sus triunfos no parece darse cuenta que de lo único que puede presumir es de ser un gran atleta. Los seres humanos inmortales, los más grandes, los que serán (y son) recordados durante siglos son Fleming, Pasteur, Aristóteles, Sócrates, Leonardo Da Vinci…etc.
Afirmaciones de este tipo, hechas por grandes deportistas, lo único que hacen es demostrarnos que serán grandes deportistas pero que la humildad en sus vidas, ni está ni se la espera.
Todos hemos disfrutado con las grandes gestas deportivas, después de muchísimos esfuerzos y preparación, los atletas salen a competir en los Juegos Olímpicos a dar todo de si mismos. Viven de ello.
La gran mayoría, y los menos importantes, dependen de una medalla para conseguir patrocinadores que les permita vivir del deporte, sabiendo que sus carreras deportivas son cortas. Todo ello es legitimo, su esfuerzo y dedicación merece ser recompensado.
Hay deportistas que, ante el éxito, responden con humildad, otros en cambio parecen “endiosados”, se creen los grandes protagonistas de la humanidad sin saber que hay gente, ajena al deporte, con muchísimos más méritos que ellos.
Todos hemos visto los grandes dispendios que hacen algunos deportistas famosos, alquilan villas por 450.000 euros a la semana, grandes yates, acumulan coches deportivos que no tienen tiempo para usar tantos… Está bien, ellos se lo ganan.
Pero si que es cierto que la culpa la tenemos “los más comunes de los humanos”, somos nosotros quienes contribuimos a su “endiosamiento”.
Se ve que el dinero les sobra, pues yo les aconsejaría que crearan una fundación para ayudar a esa gente mayor, que viven solos, que no tienen familia, que lo único que piden es que alguien “les hable”. Se lo digo a ellos por si no tenían ninguna idea de cómo emplear su fortuna, el dinero que les sobra lo podrían gastar en ayudar a aquellas personas que tienen mucho pasado y poco futuro.
Aparte de Usain Bolt tenemos los casos de futbolistas, donde sus gestos de celebración absurdos, sus gritos, en definitiva sus tonterías, a mi por lo menos me hace avergonzarme de “su nivel como persona”. ¿Como se puede ser tan tontos?.
Me ha llamado la atención el “atraco simulado” que han hecho deportistas de los Estados Unidos de América, campeones olímpicos en natación. Ryan Lochte y tres nadadores más,
Para evitar que la prensa se enterara de sus borracheras, agresividad, fiestas descontroladas, no se les ocurre otra cosa que decir que les han atracado, poner en juicio la seguridad de los policías brasileños y tratar a todo un país, Brasil, como un país de delincuentes.
Serán grandes deportistas, pero desde aquí yo quiero llamarles lo que ya les llama todo Brasil: SINVERGÜENZAS.
En definitiva, muy bien por esos deportistas, con los pies en la tierra, que saben comportarse. Y “tarjeta roja” a aquellos que por el hecho de ser campeones olímpicos se creen “DIOSES”.
Diego Gutiérrez de Ávila. Colaborador de Radio Faro Canarias y digitalfarocanarias.com
Estoy de acuerdo en que son muchos los deportistas endiosados y que también deben dar ejemplo que son muchos los jóvenes que los siguen