El destacado divulgador científico, Jordi A. Jauset, doctor en comunicación, músico e ingeniero, máster en psicobiología y neurociencia cognitiva y autor de varias obras relativas a la interacción música-cerebro y sus aplicaciones, impartirá un ciclo de conferencias y cursos en Canarias a través de la Escuela Europea de Enseñanza Empresarial, Grupo Forcaem.
Jordi se interesó por este ámbito de investigación poco después de presentar su tesis doctoral en relación a un estudio estadístico de las audiencias de televisión en Cataluña, fue como un cambio de chip….comenta. “Decidí regresar a la música, que fue mi primera e intensiva formación desde los 4 a los 15 años, pero con el bagaje de la ingeniería, la investigación y posteriormente, la neurociencia“.
“Durante estos 12 últimos años he ido estudiando, analizando, contrastando y publicando todo aquello que consideraba interesante relacionado con la interacción música-cerebro y sus aplicaciones en diversos ámbitos que considero importantes para nuestra sociedad. En un principio me interesé por su incidencia en la mejora del bienestar, de la salud, de la calidad de vida. Y descubrí un mundo apasionante, lleno de potencial y, en especial, con referencias de centros de investigación muy reconocidos a nivel europeo y mundial, como puede ser Harvard o el Instituto Tecnológico de Massachusetts, entre otros“.
Como músico Jordi aprendió a tener disciplina, constancia, técnica, y también responsabilidad y respeto, valores que sin ser conscientes, se trabajan durante un aprendizaje musical. Pero por aquél entonces –te estoy hablando de hace más de cinco décadas- la enseñanza musical iba dirigida a ofrecer una obra musical casi perfecta a la audiencia, sin más. Lo único que importaba era la técnica, las emociones no existían o no podías mostrarlas.
“No veas como me sentí cuando comencé a leer investigaciones y medidas de cómo la música puede mejorar la calidad de vida, ayudar a recuperar parte de la memoria en personas con enfermedades neurodegenerativas, a mejorar su movilidad, por ejemplo al caminar,…y también todos los beneficios que comporta en la edad infantil, cuando el cerebro se está desarrollando y requiere de estímulos para conectar redes (miles de millones de neuronas) y estimular las funciones cognitivas incrementando la velocidad de proceso, la adquisición del lenguaje verbal,….La verdad es que no dejo de sorprenderme cada vez que leo estos estudios, acompañados de neuroimágenes mostrando cambios en la estructura cerebral (antes y después) y evaluando a su vez, cambios de habilidades y aptitudes“.
“La comunidad científica ya acepta que la música es el arte que más recursos cognitivos demanda al cerebro y, de ahí, sus resultados tan esperanzadores. Ya no es magia, sino ciencia. Aunque, debo decirte, que no hay que caer en el tópico de pensar que la música lo arregla todo, no, ni mucho menos. Tiene sus limitaciones, pero también sus ventajas, entre ellas que es poco o nada invasiva, y muy motivadora. Entre sus puntos fuertes puedo citarte que su gran “poder” es la evocación emocional, lo cual se traduce en cambios bioquímicos cerebrales (neurotransmisores) relacionados con nuestro estado de ánimo y, por tanto, conductuales.”
“Por ello, la música, y te adelanto como primicia que es el tema de mi próximo libro que aparecerá la primera semana de febrero (“Pero..¿qué le hace la música a mi cerebro?“. Neuromarketing, consumo y branding), tiene su influencia en la probabilidad de compra y, por tanto, del consumo. O, ¿tal vez crees que el hilo musical de un determinado establecimiento comercial no está pensado y gestionado para que el género musical varíe en función de la hora, del gentío y de otras variables?. El neuromarketing, en este ámbito particular, intenta conocer qué siente y experimenta emocionalmente el consumidor ante los estímulos musicales y su posible influencia en el recuerdo y decisión de compra“.
“Ya ves…cuántas aplicaciones pueden obtenerse de la música…Y si me dejas terminar la entrevista con una frase personal, te diría que “la música no es mágica pero tiene magia, y la neurociencia nos ayuda a descubrirla”.
ASSOPRESS