El Informe de Ecologistas en Acción “Efectos de la crisis de la COVID-19 sobre la calidad del aire urbano en España”, elaborado a partir de mediciones oficiales en 24 ciudades del Estado, concluye que la reducción drástica del tráfico se está traduciendo en una mejora sin precedentes de la calidad del aire en las ciudades de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria.
Las medidas de restricción de la circulación derivadas del vigente estado de alarma han provocado entre los días 14 y 31 de marzo el desplome del dióxido de nitrógeno en las principales ciudades del archipiélago como consecuencia de la caída del tráfico motorizado.
La organización ecologista subraya que esta reducción de la contaminación se ha producido en el marco de una situación extrema, en absoluto deseable, que está originando graves problemas a muchísimas personas. En este sentido, Ben Magec-Ecologistas en Acción se solidariza con todas las personas que están padeciendo la pandemia y sus consecuencias, así como con los servicios públicos esenciales que están enfrentando la emergencia sanitaria y social.
El informe elaborado por Ecologistas en Acción (organización en la que se integra la federación ecologista canaria) analiza los datos oficiales de dióxido de nitrógeno (NO2) recogidos en 125 estaciones de medición repartidas entre las 24 principales ciudades del Estado español, durante el mes de marzo de 2020 y de los diez años anteriores. Presenta por lo tanto una foto fija de la calidad del aire urbano en el último mes, antes y después de la declaración del estado de alarma y las medidas de confinamiento.
Entre sus principales conclusiones, destacan:
– Desde la declaración del estado de alarma el pasado 14 de marzo, se ha producido una reducción drástica de los niveles de contaminación atmosférica por dióxido de nitrógeno (NO2) en las principales ciudades españolas, reducción que se ha cuantificado en un 55% de los niveles de contaminación habituales en estas fechas, durante la última década. Los datos recogidos se encuentran muy por debajo de los límites legales y las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
– En el caso de Las Palmas de Gran Canarias la reducción de los niveles de NO2 se cuantifica en un 59%, y en el caso de Santa Cruz de Tenerife dicha reducción de concentración de dióxido de nitrógeno es de un 62% menos al habitual a estas fechas en la última década. Llama especialmente la atención la estación orientada al tráfico que se sitúa en la zona de la Casa Cuna en Santa Cruz de Tenerife, que muestra unos niveles de reducción de niveles de NO2 del 72%.
– La mejora de la calidad del aire está siendo general. En todas las ciudades analizadas los niveles de NO2 han descendido desde la declaración del estado de alarma por la crisis sanitaria provocada del COVID-19. Y ello tanto en los centros de las ciudades como en las periferias urbanas, al igual que son generales las medidas de limitación de la circulación adoptadas. Si bien persiste una cierta diferencia entre la contaminación registrada, mayor en las estaciones orientadas al tráfico que en las de fondo urbano. Es necesario añadir que las variaciones atmosféricas de marzo también influyen en las medidas.
– El dióxido de nitrógeno (NO2) es el contaminante típico emitido por los tubos de escape de los automóviles (además de por las calderas industriales y domésticas), por lo que su evolución está directamente ligada a las emisiones del tráfico motorizado, siendo ésta su principal fuente en las ciudades y el principal factor que influye en la calidad del aire urbano.
– El NO2 provoca cada año en España alrededor de 7.000 muertes prematuras, según el Instituto de Salud Carlos III y la Agencia Europea de Medio Ambiente. Es un gas irritante que agrava las enfermedades respiratorias y merma la resistencia a las infecciones, por lo que su drástica reducción es una buena noticia, en el contexto de emergencia sanitaria actual.
En definitiva, esta dramática situación creada por la COVID-19 viene a corroborar algo en lo que viene insistiendo Ben Magec-Ecologistas en Acción y toda la comunidad científica: que la reducción del tráfico motorizado en las ciudades tiene claros efectos en la disminución de la contaminación, algo que a su vez supone una importante mejora de la salud pública. En este sentido, la reducción estructural del tráfico motorizado y los cambios en las pautas de movilidad son la mejor herramienta para rebajar la contaminación del aire en las ciudades. La federación ecologista canaria insiste en evidenciar lo indeseable de la situación actual marcada por la crisis sanitaria, pero a la vez señala que no hay que obviar este descenso de contaminantes en el aire que afecta gravemente a la salud de manera continuada.
Según Ben Magec-Ecologistas en Acción, una vez se salga de esta dura crisis, del confinamiento y de las limitaciones a la circulación de las personas, esta constatación debería marcar las políticas de movilidad urbana en las islas, implantando zonas de bajas emisiones ambiciosas, recuperando el transporte público y potenciando la bicicleta y el tránsito peatonal, como medios de transporte alternativos al vehículo privado.