Hace quince años, el 29 de junio de 2005, el Consejo Internacional del Programa sobre el Hombre y la Biosfera (MaB) de la UNESCO, declaró Reserva de la Biosfera la zona terrestre suroeste de Gran Canaria que abarca el 42% de la isla, así como una amplia franja marina. La Reserva de la Biosfera de Gran Canaria (RBGC) comprende un territorio distribuido en 7 municipios: 3 en su totalidad (Artenara, Tejeda y La Aldea de San Nicolás) y 4 parcialmente (Mogán, San Bartolomé de Tirajana, Agaete y Vega de San Mateo), con más de 100.000 hectáreas terrestres y marinas y una población local de aproximadamente 17.000 habitantes.
Fue una decisión acertada y justa que reconocía, además del enorme valor medioambiental de nuestra isla, el esfuerzo de colectivos ecologistas que lucharon desde la transición democrática por la conservación y valoración de nuestra riqueza natural. También significó un espaldarazo al trabajo técnico, profesional y riguroso del personal funcionario, agentes y expertos, que desde el Cabildo de Gran Canaria han mantenido vivo el aprecio y la estima en toda la población grancanaria por esa riqueza inconmensurable.
El Programa Hombre y Biosfera de la UNESCO se inicia a principios de los años 70 con la finalidad de armonizar la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad del planeta, declarando lugares representativos de la relación personas y naturaleza, reconocidos a nivel mundial. Nuestra biodiversidad, costumbres, agricultura, ganadería, fiestas tradicionales, arquitectura, gastronomía, paisaje, pesca tradicional, senderos, geología, leyendas, naturaleza y el conjunto de las actividades culturales desarrolladas en la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria por nuestras gentes durante siglos son las que nos hicieron merecedores de este reconocimiento internacional.
Esta figura constituye una potente herramienta para la preservación de las formas de vida y los ecosistemas en los que se integran y conforma un modelo de equilibrio entre el desarrollo socioeconómico y el respeto a los valores naturales y culturales de nuestra tierra. Es, asimismo, un laboratorio natural donde investigar y una gran aula abierta en la naturaleza en la que formar y concienciar sobre los problemas ambientales locales y globales y sus soluciones. Es una oportunidad excelente para avanzar en las investigaciones científicas sobre un territorio de enorme interés para el mundo como se ha comprobado durante estos quince años.
Desde la declaración de la RBGC se han realizado diversas acciones, que se han organizado en los últimos siete años teniendo como marco de gestión el “Plan de Acción 2013-2020” que ahora se prorroga, amplía y potencia. Lo primero ha sido la comunicación y la divulgación para dar a conocer este reconocimiento al conjunto de la población, tanto de la Reserva como del resto de Gran Canaria. A través de material audiovisual, redes sociales propias de la Reserva, exposiciones, canciones infantiles y espectáculos con títeres hemos incidido en la importancia de conocer esta relevante declaración internacional para hacerla cada vez más nuestra.
Otra de las prioridades ha sido la Educación para un Desarrollo Sostenible dirigida a la población infantil y adolescente garantizando de esta manera el futuro de la conservación de esta Reserva. Destacan los proyectos “Somos Biosfera Somos Gran Canaria” y “Ecoescuelas” de la RBGC. Este último ha sido desarrollado durante años en todos los centros educativos de esta área y su zona de influencia. Un proyecto de educación ambiental y cultural que involucra, más allá de las aulas, a la comunidad educativa del entorno, haciendo partícipes a madres y padres, asociaciones, actores y actrices claves del territorio, entidades locales, ayuntamientos, etc. Una labor con la que creamos identidad, sentido de pertenencia y fomentamos el trabajo en comunidad.
El Cabildo de Gran Canaria trabaja con la población local, los protagonistas y principales responsables de conseguir la declaración. Hemos ido mejorando el funcionamiento de los órganos que permiten la participación de la sociedad civil en la gestión de la Reserva, como el Consejo Rector, el Consejo de Participación y Consejo Científico. Asimismo se creó el programa Ecobarrios que nos acercó y ayudó a conocer mejor a las personas que habitan distintos pagos diseminados por el territorio. Hace poco también se editó un libro con las recetas tradicionales de esta zona como trabajo en comunidad y se han impulsado diversos procesos participativos para identificar las demandas de la población. En definitiva, son todas acciones que integran a la población y a la sociedad civil organizada en un nuevo modelo participativo de gobernanza que es la base de cualquier proyecto de desarrollo sostenible.
Parece evidente que el turismo rural respetuoso con el medio es uno de los ejes que más puede contribuir a dinamizar la economía de esta zona y además encaja perfectamente con los valores que promueve el reconocimiento. Por ello, desde el Cabildo hemos trabajado para incentivar el turismo sostenible elaborando una “Guía de ecoturismo”, un “Manual de Emprendimiento”, así como la coorganización del I Foro de Turismo Sostenible de Canarias-VERODE. También destaca el Proyecto internacional ECOTOUR, que en Gran Canaria se centra en la zona costera y el humedal de La Marciega, en La Aldea de San Nicolás, donde se han desarrollado acciones de impulso y recuperación de este espacio tan singular.
Este décimo quinto aniversario coincide además con el primer aniversario de la declaración como Patrimonio Mundial de la Humanidad de Risco Caído y los Espacios Sagrados de Montaña, una distinción que tiene valores compartidos con la Reserva de la Biosfera y que afecta a un territorio que coincide con el de la Reserva en un gran porcentaje, confirmando que se trata de un paraje único en el mundo. Este doble reconocimiento nos va a permitir avanzar en un modelo de gestión integral a través del Instituto para la Gestión Integral del Patrimonio Mundial y la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria, que va a suponer un antes y un después para esta zona de la isla. Contaremos con un instrumento que abordará los problemas de manera coordinada y multidisciplinar, con mayor agilidad administrativa y generando sinergias que multiplicarán los efectos positivos de los proyectos. Vamos a contar para hacerlo posible con más recursos humanos y mayor financiación. También se sumará a esta iniciativa el proyecto La Cumbre Vive que contempla una importante inversión en infraestructuras necesarias para fijar a la gente en el territorio, mejorar sus condiciones de vida, posibilitar alternativas de futuro…
Estoy convencido de que la experiencia y la organización social generada por la Reserva de Gran Canaria fue decisiva para alcanzar la declaración de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria como Patrimonio Mundial de la UNESCO. Esto nos demuestra el valor del trabajo coordinado, generoso y constante de todos quienes lo están haciendo posible. La isla renace con este espíritu constructivo.
La situación actual nos obliga a posponer los eventos relacionados con el 15 aniversario de la RBGC para el año 2021 debido al carácter insustituible de encuentro e intercambio social de las actividades que estaban programadas, pero esperamos poder ir retomando estos importantes actos para seguir construyendo y desarrollando en conjunto el concepto Reserva de la Biosfera “in situ”, en el área declarada como tal y con sus habitantes.
El proyecto de ecoisla que defendemos desde el Cabildo de Gran Canaria se sustenta en realidades concretas y cotidianas como las que constituyen la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria. Estoy convencido de que con el impulso de la nueva herramienta de gestión vamos a construir un ejemplo mundial de desarrollo sostenible, integrando patrimonio histórico y cultural, sector primario, ecoturismo, innovación y participación, afianzando y ampliando los logros de los últimos tres lustros. Una muestra de la Gran Canaria que queremos y hacia la que nos acercamos día a día.
Antonio Morales Méndez
Presidente del Cabildo de Gran Canaria