- Los 20 profesionales, 6 vehículos ligeros, la autobomba y el helicóptero vuelven tras quedar estabilizado el fuego de Garafía
- El peligro de incendios, la denominada ventana GIF, se mantendrá al menos hasta el jueves en Gran Canaria
- La quema en el Barranco de las Madres pone de manifiesto que las imprudencias son el mayor peligro
- El Cabildo de Gran Canaria insiste en hacer un llamamiento a la responsabilidad colectiva
Las Palmas de Gran Canaria, 24 de agosto de 2020.- Los 20 profesionales entre grupos Presa, Bravo y mandos, agentes entre ellos, los 7 vehículos y el helicóptero de la Unidad Operativa de Fuegos Forestales del Cabildo de Gran Canaria desplazados a La Palma regresan este lunes a la isla tras darse por estabilizado el incendio de Garafía, que ha arrasado 1.200 hectáreas.
Las tareas del equipo del Cabildo se centraron en uno de los focos más violentos y preocupantes, el del Llano Negro, donde vivieron una situación muy complicada cuando el fuego saltó la línea de defensa trazada para evitar que las llamas traspasaran la carretera LP-1 y convirtió el lugar en “zona de hombre muerto”, es decir, que sería arrasada en cuestión de minutos, aunque el domingo ya lograron estabilizar una gran parte del frente, rematado este lunes con la creación de nuevas líneas de defensa preventivas con motosierras y remojado del terreno, explicó el jefe de Emergencias del Cabildo, Federico Grillo.
La situación que se encuentra el equipo a su regreso a Gran Canaria es tan preocupante como la que dejaron, ya que continúa la alerta máxima por altas temperaturas y las previsiones indican que la “ventana GIF”, es decir, las condiciones para que se desate un gran incendio forestal, seguirá abierta al menos hasta el jueves.
El helicóptero que pilota Marlene Nogueira regresa a su base de Artenara en un vuelo que durará 1 hora y 15 minutos con equipo Presa 3, formado por el técnico helitransportado, un capataz y tres operarios, a bordo para reincorporarse al dispositivo en Gran Canaria.
También regresan Grillo y la ingeniera María Matilla junto a otros 5 miembros del equipo, en este caso en avión, mientras que los 7 restantes lo hacen en barco, cada uno al volante de un vehículo.
La acumulación de días de fuerte calor, vientos intensos y humedades relativas por debajo del 30 por ciento obligan a mantenerse en guardia y el Cabildo vuelve a hacer un llamamiento para evitar desplazamientos innecesarios a la cumbre y medianías mientras sigan estas condiciones extremadamente adversas porque cualquier chispa puede dar lugar en segundos a un panorama tan dantesco como el que se ha visto en La Palma.
Los helicópteros del Cabildo por el día y las Brigadas Forestales por la noche seguirán haciendo vuelos y patrullas cuya necesidad queda patente con actitudes como hoguera de este domingo en plena alerta máxima en el Barranco de Las Madres, lo que corrobora que la imprudencia humana sigue siendo un problema en Gran Canaria debido a la falta de percepción del riesgo y a la desobediencia.
Los medios del Cabildo también tuvieron que actuar este fin de semana en Santa Brígida para refrescar un pequeño conato que la Policía Local logró sofocar con extintores, pero que certificó que un incendio puede nacer en cualquier momento y lugar en estas circunstancias meteorológicas.
El Cabildo informa de que la declaración de alerta máxima endurece automáticamente las prohibiciones, así que están prohibidas no solo las barbacoas portátiles, sino usar los lugares habilitados para ello, el carboneo y las fogatas para la apicultura, así como el uso de maquinaria que genere deflagraciones o chispas, al margen por supuesto de los fuegos artificiales y quemas, en definitiva, usar cualquier elemento de ignición para que el fuego no se inicie puesto que los desencadenantes ya están servidos.