- La colaboración ciudadana, que respetó el aviso de no circular, fue fundamental porque hubo cientos de desprendimientos
- Se resistió una minoría que alarmó y obligó a desalojar la cumbre
- Se activó un operativo de más de mil personas
- El Plan de Emergencias pasa a prealerta en previsión de los efectos posteriores al temporal, sobre todo desprendimientos
Las Palmas de Gran Canaria, 11 de enero de 2021.- El paso de la borrasca Filomena por Gran Canaria obligó a activar un operativo de más de mil persona y se produjeron cientos de desprendimientos sobre las carreteras que mantuvieron a los equipos en auténtica tensión, pero con todo, no hay que lamentar daños personales, y para ello fue fundamental la colaboración ciudadana que atendió el aviso de no circular, y además las presas acopiaron más de 11 millones de metros cúbicos de agua, tres años de riego para el sur y el oeste de Gran Canaria.
Se trata de las dos buenas noticias que deja Filomena, que finalmente ha causado más beneficio que perjuicio, celebró el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, quien quiso reconocer la labor de los grupos del dispositivo -seguridad, equipos operativos, reposición de servicios y logística-, así como a la población que respondió a la información emitida desde Comunicación, un aspecto igualmente clave integrado en el operativo en coordinación con Emergencias en pro de la seguridad ciudadana, que ha demostrado que cuanto más comprende la situación, más colabora.
Ello es clave porque minimiza riesgos de toda índole, desde evitar sus propios daños a poner en riesgo a los equipos que tienen que acudir al rescate, y facilita además enormemente el trabajo porque los equipos pueden moverse sin obstáculos y centrarse solo en las incidencias inevitables, que fueron muchísimas.
Siempre hay una minoría que se resiste y alarma, ahondó Morales, de hecho hubo que cerrar carreteras, la grúa tuvo que acudir y la Guardia Civil tuvo que desalojar el Pico de las Nieves, donde había hielo, pero quiso destacar que la inmensa mayoría de la población sí respetó los avisos y fue clave.
Los servicios de Emergencias destacan que persistir en las actividades en la montaña con alerta hace que las aseguradoras no cubran los gastos de daños y rescates, un aspecto a tener en cuenta a la hora de persistir.
Así, el Plan de Emergencias Insular (PEIN) ha pasado ya de alerta a la fase de prealerta en previsión de los efectos posteriores al temporal, pues los peligros de desprendimientos aún perdurarán varios días y la atmósfera sigue inestable.
En cualquier caso, si la semana evoluciona favorablemente, el próximo fin de semana por fin llegará el momento de visitar las presas, ya que el disfrute siempre debe producirse tras la fase peligrosa de cualquier fenómeno.
Soria y Las Niñas, 2,2 millones de m3 cada una
Gran Canaria arrastraba una sequía importante, con sus presas casi secas o muy vacías, una imagen que resulta hasta dolorosa de contemplar, pero el paso de Filomena ha aliviado esa situación, pues solo las presas del Cabildo de Gran Canaria acopiaron en el sur 3,7 millones de m3 de agua, lo que supone casi triplicar la que había, que era apenas 1,4 millones de m3.
Ahora almacenan 5,2 millones de m3, lo que las sitúa en una media del 37 por ciento de su capacidad y garantiza el riego de más de 3.500 agricultores durante cerca de tres años.
Morales destacó el 1,5 millones de m3 recogidos por Soria, el millón recogido por Chira, y los 600.000 m2 recogidos por Gambuesa, a lo que se suma el agua que entró en Ayagaures, Candelaria, Fataga, Vaquero y el Mulato.
Eso en cuanto al sur, pero las presas del suroeste y oeste recogieron aún más agua, pues las Niñas acopió 2,2 millones de m3 y las de la Comunidad de Regantes de La Aldea -Caideros de la Niña, Parralillo y Siberio- 5 millones, esto es, 7,2 millones que sumados a lo que ya almacenaban, eleva el agua disponible a 9 millones de m3.
Ello sin contar con que aún está entrando agua y además no habrá que regar en las próximas dos e incluso cuatro semanas en el sur, dependiendo del cultivo, de modo que el paso de la borrasca por Gran Canaria deja agua para los próximos años y un paisaje de ensueño que la población adora especialmente.