Los políticos y las políticas, nos tratan a nosotros y a nosotras como tontos y tontas. Los ciudadanos y las ciudadanas de este país, seamos trabajadores o trabajadoras, no somos ni estúpidos ni estúpidas.
Pues si, así hablan algunos de nuestros políticos.
Podría seguir con un sinfín de estupideces que hace que me sonroje de vergüenza ajena por la capacidad que tienen de decir estupideces.
Siempre creí que los políticos debían de tener un alto nivel cultural para poder representar a la ciudadanía.
La Real Academia de la Lengua Española, máxima autoridad de nuestra Lengua, ya ha advertido del mal uso que se está haciendo al hablar de género.
Cuando hay dos o más personas de género masculino se dice: “trabajadores”, “compañeros”, “vascos”, ciudadanos”, etc…
Cuando hay dos o más personas de género femenino se dice: “trabajadoras”, “compañeras”, “vascas”, ciudadanas”, etc…
Cuando hay dos o mas personas de ambos sexos, ya no se hace mención al género sino al conjunto, por lo cual está estipulado que coincida, solo eso, con el que se utiliza para el género masculino, sin que eso pueda ser motivo ninguno de discriminación sexista.
Ni los políticos lo hacen “en la intimidad”, ellos solo tienen esa forma de hablar cuando tienen micrófonos delante y además siempre se les escapa algún error. Pero ¿no hay ningún asesor que les diga, a quienes utilizan este lenguaje, que están haciendo el ridículo?.
Utilizar ese lenguaje no es una forma de defender los derechos de las mujeres, a estas, no se las defiende dándoles solamente “coba”, se las defiende de otra forma: con hechos y no con una “estúpida palabrería”.
Y no lo digo yo, lo dice la Real Academia de la Lengua Española.
Diego Gutiérrez de Ávila es colaborador de Radio Faro Canarias y digitalfarocanarias.com