- La doctora en Psicologíaparticipó en el curso sobre ‘Atención a la diversidad. Una respuesta hacia las familias’
- Ana Moscoso, orientadora de los Equipos de Orientación Educativa: “hay un 30% de niñas adolescentes identificadas con trastornos alimenticios que tienen TEA”
- Heriberto Rodríguez, psicólogo de los Equipos de Orientación Educativa y Psicopedagógicos: “desde 1995, la prevalencia de casos de TEA ha aumentado y es una realidad que va a ir a más”
Maspalomas, 14 de julio de 2022 “Es más difícil diagnosticar el autismo en las niñas”, afirmó Sol Fortea, doctora en Psicología, en el curso sobre ‘Atención a la diversidad. Una respuesta hacia las familias’, que organizan la XXX Universidad de Verano de Maspalomas y la Consejería de Derechos Sociales, Igualdad, Diversidad y Juventud del Gobierno de Canarias. Este curso se celebra gracias a la colaboración con la Estrategia Canaria deTransición Igualitaria de la Viceconsejería de Igualdad y Diversidad delGobierno de Canarias, a la que la Universidad de Verano de Maspalomas estáadherida. Se trata de un programa de acción a 16 años que busca dotar a lasislas de una base cultural que afiance el derecho a crecer en plena igualdaddela población canaria.
Sol Fortea intervino junto a Ana Moscoso, orientadora de los Equipos de Orientación Educativa y Psicopedagógicos en el equipo específico de Trastornos Generalizados del Desarrollo y Heriberto Rodríguez, psicólogo del equipo específico de TGD.
Fortea explicó que algunos datos afirman que la prevalencia del Trastorno del Espectro Autista (TEA) “es mayor en hombres”, pero que “está cuestión está en entredicho, “porque las niñas con autismo siempre han pasado más desapercibidas, debido a que tienen otras características como, por ejemplo, que ellas sí miran a los ojos mientras hablan”.
La doctora en Psicología desmintió algunas falsas creencias sobre el TEA, como que las personas que lo padecen son agresivas. “Lo que ocurre es que su forma de expresar determinadas situaciones puede ser agresiva, pero no tienen intención de hacer daño”. Además, afirmó que “la gente con autismo no quiere permanecer aislada”, sino que “aunque quiere relacionarse, no sabe hacerlo y se aleja de los demás por frustración”.
Por otro lado, la doctora en Psicología dijo que el TEA es “una desviación del desarrollo típico, para la que no sirve cualquier tratamiento”, y dijo al respecto que, “en nuestra sociedad hay un mercadodonde unos venden humo y hacen mucho daño, mientras otros son realistas” Explicó que “los tratamientos se deberán aplicar cuando sea necesario y en la medida que haga falta, porque el autismo varía a lo largo de la vida de las personas que lo padecen”.
En cuanto a los criterios de diagnóstico del autismo, Fortea mencionó los más frecuentes, como “observar si existe una alteración persistente en la comunicación, que los síntomas estén presentes en las primeras fases del desarrollo y que causen un deterioro clínicamente significativo”.
Por su parte, Ana Moscoso explicó que las claves que debe seguir el profesional con los familiares del alumnado TEA dependerá “del ciclo vital en el que se encuentre la familia, ya que no es lo mismo que esté en un proceso de negación, que en un proceso de aceptación”. En su opinión, lo importante “es el respeto, la confianza y la empatía”.
Moscoso afirmó que “lo más importante es saber cuáles son las necesidades de los implicados, puesto que la intervención debe ser individualizada y flexible” y, por lo tanto, se trata “de un compromiso compartido entre el profesional y la familia”.Asimismo, la orientadora comentó que las familias de los chicos y chicas con autismo “valoran sobre todo la inclusividad del colegio, a la hora de elegir el centro para sus hijos”, un aspecto que “es importante para todo el mundo, aunque no se padezca TEA”.
La orientadora también habló de la diferencia entre niños y niñas, a la hora de diagnosticar el autismo, “ellas pasan más desapercibidas y tienen especial dificultad en la regulación de las emociones”. Añadió que, al ser diagnosticadas más tarde,su situación deriva en otros problemas, por ejemplo, un 30% de
niñas adolescentes identificadas con trastornos alimenticios también tienen TEA”.
En su turno, Heriberto Rodríguez abordó el autismo en los centros educativos, “este último curso escolar, las peticiones de valoración en infantil de tres años se han incrementado a pesar de tener una ratio menor, respecto a años anteriores de niños y niñas de esa edad en la provincia de Las Palmas”. Desde 1995, la prevalencia de casos de TEA ha aumentado y es una realidad que va a ir a más”, por ello “el profesorado debe conocerla para ayudar al alumnado que la padezca”.
Sobre cómo abordar estas situaciones en los colegios, Rodríguez aseguró que “no existe ningún método que pueda ser único y universal para todo el mundo, porqueno hay dos alumnos o alumnas iguales” y destacó la necesidad de “establecer una relación positiva”, puesto que no se consigue nada usando métodos de coacción y de amenaza. Por último, el psicólogo destacó que “es importante que el alumnado con autismo comprenda muy bien todo lo que tiene que hacer y que pueda aprender sin errores, con actividades sencillas, para que progrese con un aprendizaje que siempre le sirva de algo”. Por este motivo, el contexto escolar debe estar adaptado a cualquier persona con diversidad funcional.
La XXX edición de la Universidad de Verano de Maspalomas está organizada por el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y el Cabildo de Gran Canaria, en colaboración con la Consejería de Derechos Sociales, Igualdad, Diversidad y Juventud del Gobierno de Canarias, Casa África y el Consejo Social de la ULPGC. Asimismo, colaboran GLOBAL, Moda Cálida, Rotary International, Instituto del Cine Canarias,Fundación Parque Científico Tecnológico, CANALUZ, librería Primicia, RIU Hotels, Grupo Dunas, LopesanGroup, Gloria Thalasso&Hotels, SeasideHotels y BungalowsVistaflor.