El acto de cambio de nombre del antiguo CEIP Barranco de Balos congregó a decenas de amigos, docentes, familiares y ex alumnos de Domingo Socorro
El CEIP Barranco de Balos se llama desde este sábado CEIP Balos Domingo Socorro, en homenaje al quien durante muchos años dio clases en sus aulas, el maestro Domingo Socorro. El acto del cambio de nombre congregó la tarde de este viernes a decenas de amigos, familiares, docentes y antiguos alumnos y alumnas de Domingo Socorro. Los asistentes expresaron su deseo de que en el centro educativo se imparta la docencia con el estilo que lo hizo Domingo, que él mismo denominaba la ‘Escuela del Corazón’, una escuela para difundir valores como el respeto, la solidaridad, la cooperación o la alegría.
El acto comenzó con la visita a una exposición de fotografías y textos dedicados a la figura de Domingo Socorro, fallecido en 2022, que además de maestro fue un militante de la solidaridad y la cultura en el municipio de Santa Lucía de Tirajana, donde se implicó en la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui, en actos del Encuentro de Solidaridad con los Pueblos de África y Latinoamérica (ESPAL)o la muestra de San Rafael en Corto (SREC). Alfredo Ramírez dio la bienvenida a los asistentes recordando que recordó que “la Escuela del Corazón de Domingo es la del respeto, la cooperación, la solidaridad, la superación, el esfuerzo y la alegría”. Ramírez añadió que “esa escuela también es la de la vida, la de las emociones donde se mezclan los sentimientos para formar a las personas felices capaces de crear un mundo justo y compartido”.
José Socorro, hermano de Domingo, agradeció la decisión de poner el nombre del colegio “a Mingo, que fue más que un educador; fue un faro de sabiduría y excelencia. En las aulas, no solo enseñó materias, sino que impartió lecciones de vida, inculcó valores y encendió la llama del conocimiento en los corazones de su alumnado. Su pasión por la enseñanza trascendió los límites del currículo, convirtiéndose en una fuerza motriz que inspiraba a todos a buscar su propio camino hacia el éxito, el entendimiento y la humanidad”. “ Qué su memoria y su ejemplo- añadió José Socorro- continúen iluminando el camino de este colegio, ahora y siempre, y que su nombre sea sinónimo de excelencia educativa, y sobre todo de integridad y humanidad”.
Tras la intervención de José Socorro se proyectaron dos audiovisuales donde se repasaba la vida de Domingo y sus viajes. El acto finalizó con una actuación de Los Faycanes y la visita a un drago que fue plantado hace dos años en el centro educativo en memoria de Domingo Socorro.
Fue un acto de expresión de amistad y admiración por Domingo Socorro, un maestro que se ganó el respeto de sus compañeros y compañeras y del alumnado. Un acto alejado de solemnidad, porque seguramente Domingo Socorro hubiera pensado lo mismo que Pedro Lezcano cuando le pusieron su nombre a un centro educativo de Jinámar. El poeta describió aquel acto con los versos: “Jamás imaginé ver mi apellido/en una placa impreso/que no fuera en la última morada/en donde todos nos veremos./Pero sobre este manantial de vida,/humano semillero de un colegio,/ jamás pude soñarlo ni en el más ilusorio de los sueños./Hoy no quiero vestir de ceremonia/mi reconocimiento”. A partir de ahora, el “humano semillero” del CEIP Balos Domingo Socorro podrá ver el nombre de Domingo en el centro educativo y quizá el profesorado se sienta inspirado por el legado de Domingo que, como dijo su hermano Jose: “como las obras de Van Gogh, su legado se ha vuelto inmortal en los corazones de aquellos a quienes enseñó a ver el mundo con una maravillosa explosión de color”.