El Tablero, Tunte, El Pajar, Castillo del Romeral, Juan Grande y Aldea Blanca, entre otros, rememoran a sus antepasados entre castañas y piñas asadas a cargón
La fiesta en la que se recuerda a nuestros difuntos tuvo múltiples celebraciones en el entorno y amplitud geográfica de San Bartolomé de Tirajana. Diversos pueblos y barrios del municipio dispusieron distintos actos para poder mantener la tradición de la Noche de los Finaos, en una recreación a las reuniones que se hacían antaño en torno a las mujeres de más edad de las familias, que se encargaban de contar las historias de las personas fallecidas a las que se estaba recordando. Así, de algunos años a esta parte, fundamentalmente desde el mandato anterior, el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana ha puesto todo de su parte para recuperar esta tradición, y que la juventud emergente también se vaya impregnando de costumbres de sus antepasados. Sin condenar a los adolescentes a la renuncia sobre el preponderante Halloween, los Finaos no se olvidan.
En El Tablero, la Plaza Pepe El Barbero se convirtió en el centro neurálgico de la celebración, si bien en el Centro Cultural se organizó un concurso de repostería asociado a la Noche de Finaos. La primera teniente de alcalde de San Bartolomé de Tirajana, Elena Álamo Vega, acompañó a los vecinos en todos los actos, departiendo en la mayoría de carpas ubicadas en la plaza, en un alegre recordatorio a los seres más queridos que ya no están con nosotros. Algunos jóvenes, hicieron una pequeña derivación hacia Halloween, pero el espíritu de los Finaos fue el que se impuso sobre el pavimento de la plaza.
Por todo lo alto se celebró también en los pueblos de El Pajar y Cercado Espino, los fronterizos de San Bartolomé de Tirajana. El concejal de zona, José Carlos Álamo Ojeda, estuvo apoyando a los vecinos de ambos lugares, departiendo con ellos en los tradicionales asaderos de castañas y otros condimentos propios de esta celebración. Tanto en El Pajar como en Cercado de Espino, previo a los Finaos hubo celebraciones de Halloween para los más pequeños, con ambientaciones maléficas, hinchables y demás consideraciones acorde al festejo en cuestión.
En Tunte, la capital administrativa de la Villa, también se dispuso una especial celebración en la Plaza de Santiago. Con una climatología acorde, que contrarrestaba el calor desprendido por los productos asados, numerosos vecinos se concentraron en el recinto principal del pueblo para conmemorar a los Finaos; también hubo Halloween para los chiquillos. Similar fue también la celebración en Fataga, con una considerable participación en el acto programado al efecto.
Aldea Blanca convirtió su Noche de Finaos en un gran encuentro de costumbres musicales. La de este lunes 31 de octubre fue la séptima edición de esta especial noche, en la que la participaron cuatro agrupaciones folclóricas de otros tantos municipios grancanarios. La concejala Saida Valido Suárez, representante directísima del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana como vecina de ese pueblo, fue testigo del amplio dispositivo festivo desplegado en la plaza. Mesas para disfrutar de las taifas y música canaria, mientras las castañas asadas servían para impregnar el ambiente con su olor y acompañaban como condumio.
La víspera de Todos los Santos también se recordó en Castillo del Romeral y Juan Grande. Los actos tradicionales presidieron la noche en el Centro Cultural de Castillo del Romeral y la Plaza Doña Flora. Ambos pueblos recordaron a sus familiares fallecidos con este estilo tradicional de los canarios, sin querer robar a los más jóvenes esa ilusión de acciones terroríficas que se viven en torno a la incursión del Halloween; por eso, los adolescentes que quisieron ir disfrazados al estilo más moderno tuvieron una particular celebración. Esther Delgado Sánchez, concejala del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana responsable de esos dos núcleos de población, departió con los vecinos la alegría de la noche más nostálgica, en recuerdo de los antepasados.