Me complacería que algún inventor de este siglo, tuviera la gran idea de crear una pinza con características parecidas a las pinzas que todos tenemos en casa, para colgar nuestra ropa cuando la ponemos a secar al sol. Pero, la pinza que yo deseo que se invente, no sería para colgar la ropa. Las tenacillas que yo deseo, serían para poner a secar ante el gran astro luminoso, el tan húmedo razonamiento humano. Utilizo el adjetivo -húmedo- para referirme a la razón humana por una sencilla razón; la humedad puede tener graves consecuencias negativas para la salud. Nadie en su sano juicio, se pondría, ni ropa, ni calzado, estando éstos aún mojados, sería incómodo y poco higiénico, y no hablemos del olor ¡Sí, mejor no lo hagamos! La humedad y la razón no son buenas aliadas. Lo racional nace de lo mental, es decir de la mente, y la mente es pura electricidad. ¿Sabes lo que sucede cuando la electricidad y la humedad están cerca? Por favor, no lo pongan en práctica, pues de hacerlo, sus vidas correrían un gran peligro. Así pues, pido con urgencia que algún amante de la ciencia, se anime a inventar una pinza adecuada, para poner a secar todo el razonamiento humano, que para mi entender está empapado de ignorancia. Y todo ésto lo digo, porque no entiendo muchas de las reflexiones de la humanidad. Para serles sincera, me esfuerzo en comprender muchas cosas que defendemos como incuestionables y válidas, pero muchas de ellas me cuesta mucho entenderlas, y es que todo lo blanco y en botella, para mi, no siempre es leche. Para ser sincera, nunca me ha gustado este refrán, que ni tiene sentido, ni rima. ¿Cómo es posible que algunas personas crean en la pureza racial? Yo no soy experta en el tema, pero hay cosas que no requieren de mucha maestría, para uno darse cuenta de la simpleza ante la idea de la existencia de la raza pura. Pienso, que las personas que creen en la pureza racial tienen en su mente, no sé si de forma consciente o subconsciente, un esquema clasista acerca de la existencia del hombre, donde unas razas son superiores a otras. Me va a perdonar por el comentario pero ¡Ésto es una solemne necedad! – Benditos sinónimos, que sería de mi sin ellos, cuantos bichos feos me saldrían por la boca cada vez que quisiera dar mi opinión ante argumentos como éstos – Es más que evidente, y ya muchos de ustedes se habrán dado cuenta, de que no estoy a favor de la idea de que exista una raza pura y mucho menos de que ésta, en el caso de su existencia fuera superior a las demás. Y es que, es tremendamente cómico ver como los que se consideran raza pura, adoptan una aptitud de seguridad chulesca ante los demás. ¡Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces! Yo soy de las que pienso que todos somos en contenido, la misma cosa, y que la materia prima de la que todos y cada uno de nosotros estamos hechos procede de la misma cantería. Somos piedras de la misma naturaleza, pero esculpidos por un artesano muy creativo, que nos creó de diferentes formas. Todas y cada una de ellas perfectas, todas y cada una de ellas auténticas, todas y cada una de ellas iguales en valor. Es decir, defiendo la idea de que nuestro formato nos diferencia los unos a los otros, y cuando digo formato, me refiero a la carcaza que todos llevamos, o como solemos llamar, nuestros cuerpos físicos. No obstante, nuestra sustancia, o lo que llaman los científicos ADN, nos une y mucho, mucho, mucho, mucho, mucho. ¿Les he dicho mucho? Por si las moscas, se los repito, mucho. A veces, me pongo a mirar mapas antiguos, y me maravillo al ver como la tierra, que nuestras pasadas generaciones pisaban, estaba tan unida fisicamente. Y como con el paso del tiempo y los factores climáticos, éstas fueron haciendo de las suyas, separando así el terreno en continentes. Siempre he creído que en tiempos pasados, había una sola humanidad, una sola fuente de agua donde todos bebíamos sin problema. Y que por razones, de las que hoy no les voy a contar, pero sí lo haremos en otro blog, la tierra se fue fragmentando y de este modo, distanciando. A veces, salgo a la calle y observo a la gente, y luego pienso; ¿Qué diferencia tiene este ser humano conmigo? La respuesta es sencilla, “Nada” Yo no encuentro ninguna diferencia. Las diferencias que se puedan apreciar entre los humanos, son nuestras propias creaciones; idiomas, música, moda, comidas, creencias… ¡sólo eso! ¿Y por estas cosas, vamos a pensar que no somos iguales? Te invito a que hagas el siguiente ejercicio, despréndete por un minuto de todas estas cosas que te dije antes…¡Se valiente y hazlo! Olvida por un instante, tu nacionalidad, tus creencias, tu idioma, tu cultura, tu religión… ¿Sabes que vas a ver? Verás que detrás de la carcaza, habrá seres, o hijos de un mismo Dios – ¡Vale, lo admito esto último es del cantante Macaco, pero es que este hombre me tiene loca de felicidad, cada vez que escucho la letra de sus canciones, imposible no poner algo de él en mis blogs- A mi me han dicho que mi nariz es parecida a la de las mujeres de Túnez, que mis ojos tienes rasgos egipcios, que los dedos de mis pies proceden de la cultura griega, que mi carácter es parecido al de la mujer italiana, y creanme que podría seguir, me han dicho de todo e incluso me han preguntado en ocasiones con cara de circunstancia si realmente soy canarias. Pues que quieren que les diga, Canaria soy porque nací aquí ,pero vaya usted a saber. Aunque después de este análisis de opiniones sobre mis rasgos, se podría decir que, yo entonces de pura no tengo nada, hablando a nivel racial, claro está, porque les voy a confesar algo, dentro de mi, y estoy segura que también les pasará a ustedes, yo siento una pureza que rompe con toda frontera racial. El sol, las estrellas son esas señales que me hacen pensar que dentro de nosotros hay algo más que este cuerpo físico, y que nuestra auténtica pureza racial está en nuestro interior. Así que cada vez que me pregunten, si soy de America, ya sea la del norte o del sur, si soy de África, de Europa, de Asia, o de donde sea, mi respuesta siempre será; SI, porque YO SOY DEL MUNDO, me siento del mundo y no sólo de Canarias, o España. Estoy completamente segura que el análisis que se le puede dar a la existencia de tantas diferencias raciales, necesita de un estudio mucho más profundo, más elevado y más metafísico, para poder llegar a una conclusión veraz acerca de lo que podría ser una “raza pura”. Es más, hasta las piedras, esa a las que tanto quieto yo, les ocurre los mismo que a nosotros. Si observas una montaña cualquiera, y la analizas, te darás cuenta de algo que ya los científicos han afirmado, las diferentes capaz de una montaña pueden contener piedras que pertenecen a otros contienes, y que ni siquiera los expertos saben como han podido llegar ciertas piedras hasta una montaña en concreto, ¿Es por tanto, impura esa montaña? ¿El hecho de que una montaña este formada por piedras de diferentes lugares del mundo, la convierte en una mala montaña, en una montaña indigna? Quizás, y ya concluyo con ésto, la auténtica pureza del hombre radica en aquellas personas que están compuesta de la suma de muchas más cosas. Me encantaría tener un poco de todas las culturas, y lo digo enserio y como estoy segura de ello, desde aquí lanzo un saludo a todos mis familiares que están repartidos por todo el planeta tierra, y quien sabe, quizás tengamos hasta primos hermanos en otros planetas. ¡Un saludo para ellos también! Bueno, me despido porque la secadora me acaba de avisar de que mi ropa ya está seca, que envidia les tengo a mis calcetines, mientras ellos están bien secos, yo en en cambio me encuentro con mi “razonamiento húmedo” Por favor, compartan este llamamiento “La humanidad necesita con urgencia, una pinzas para poner a secar la razón humana” esta humedad podría terminar con la humanidad.
PINZAS PARA EL PENSAMIENTO
Johanna Pérez Hernández