- Es el paso previo para poner aerogeneradores en las desaladoras de Guía, Gáldar y La Aldea y en la depuradora de Jinámar
- Esta actuación se enmarca en el Plan Renovagua
- Las estaciones anemométricas disponen de instrumentos para medir los parámetros del viento y la humedad en cada zona
- Tendrán hasta 80 metros de altura, la mista que el aerogenerador que se colocará a escasos metros
El Cabildo ha adjudicado por 154.000 euros la colocación torres anemométricas en cuatro instalaciones del Consejo Insular de Aguas de Gran Canaria para realizar los estudios de viento, temperatura y humedad que permitirán la posterior instalación de aerogeneradores en las desaladoras de Guía, Gáldar y La Aldea, así como en la depuradora de Jinámar, explicó el consejero de Sector Primario, Miguel Hidalgo.
Esta iniciativa está enmarcada en el Plan Renovagua del Cabildo, que destinará más de 18 millones de euros para implantar el uso de energías renovables en 26 instalaciones del Consejo Insular de Aguas para dejar de emitir 17.423 toneladas de CO2 a la atmósfera y dejar de importar 4.700 toneladas de petróleo, lo que supondrá un ahorro de más de 2 millones de euros al año.
La instalación de estas torres anemométricas, que ha sido adjudicada a la UTE Normawind-Vértigo Montajes Renovables, es el paso previo a la instalación de aerogeneradores en estas dependencias a las que se sumarán la desaladora de Arucas-Moya, la depuradora de Guía-Gáldar y la nave de Los Corralillos.
Las torres o estaciones anemométricas son estructuras triangulares metálicas que sirven para verificar el potencial eólico que existe en la zona, por lo que tienen la misma altura que los aerogeneradores, es decir, 78 metros de altura en el caso de la desaladora de Roque Prieto en Guía, mientras que las situadas en Bocabarranco en Gáldar y La Aldea tendrán 80 metros y 76 metros la colocada en la depuradora de Jinámar en Telde.
Estas torres metálicas disponen de distintos instrumentos de medición, como anemómetros, veletas, sensores de temperatura y humedad, barómetros, un pararrayos y un sistema de alimentación y balizamiento que permitirán conocer los datos de la velocidad del viento, la temperatura y el nivel de humedad para garantizar el correcto funcionamiento y la seguridad de los parques eólicos que se colocarán en un plazo de seis meses.
El proceso para la instalación de cada estructura, que tendrá en cuenta el posible impacto medioambiental, consistirá en la cimentación de cada torre metálica, la colocación de los instrumentos de medición, del cableado y los armarios de control eléctrico, para acabar con la restauración del terreno.