El pasado martes los representantes de la Mancomunidad del Sureste recibimos en Madrid el Premio Eolo a la Integración Rural que nos ha otorgado la Asociación Empresarial Eólica (AEE) a los ayuntamientos de Agüimes, Ingenio y Santa Lucía. Se trata de un reconocimiento al trabajo que hemos realizado en políticas del bien común. Hace 40 años se nos conocía como el triángulo de la miseria. Nuestra gente vivía sobre todo de la agricultura en unas condiciones laborales muy penosas. El acceso a los recursos básicos: sanidad, el agua, la educación…no estaba garantizado.
En el año 1979 Santa Lucía era una ciudad con poco más de 23.000 habitantes, 6 médicos, 10 talleres de mecánica y un centenar de comercios al por menor. El desarrollo que se impuso con el aprovechamiento de un recurso como el mar, el sol y nuestro viento, hizo de este sureste un lugar donde el entorno se volvió más humano. Hoy somos 73.000 habitantes que disfrutamos de servicios básicos públicos fundamentales, del comercio, del sector servicio, de la educación, la formación, la cultura,….
Es de justicia reconocer que en un territorio empobrecido e inhóspito hubo unos dirigentes políticos que supieron tomar decisiones desde una postura inteligente, conociendo y reconociendo la riqueza de nuestra tierra, siendo respetuosos con el medio ambiente y sobre todo con criterios de sostenibilidad. Como dijo uno de los padres de Europa: “un político mira a las próximas elecciones, un estadista mira a las siguientes generaciones”. Eso fue lo que hicieron aquellos alcaldes con el respaldo de la ciudadanía que los había elegido, mirar por las próximas generaciones, crearon la Mancomunidad del Sureste y comenzaron a compartir proyectos de interés general, como la desaladora, la depuradora, las políticas de residuos, reciclaje, etc.
Además de infraestructuras para abaratar costes, realizamos campañas conjuntas de sensibilización ciudadana, talleres entre nuestros escolares y eventos que son una referencia en nuestra isla como la Feria del Sureste, que forma parte de nuestro compromiso por la soberanía alimentaria. Recientemente Europa ha concedido 12 años más para que todos los estados miembros cubran el 30% con fuentes limpias su consumo energético. Desgraciadamente nos seguimos marcando objetivos muy cortos y espacios de espera muy largos.
Hace casi una década, durante la celebración del Seminario internacional de Comarcas Sostenibles organizado por la Mancomunidad del Sureste, el presidente de Foundation on Economic Trends y experto en la energía del hidrógeno, Jeremy Rifkin, afirmó “Canarias es la Arabia Saudí de las energías renovables y puede ser un modelo para el resto del mundo creando empleo y oportunidades”. Rifkin reconoció que nunca había visto un sitio tan idóneo como las Islas para apostar por las energías renovables.
La ceguera política y las presiones de algunas empresas energéticas frenaron la posibilidad de que Canarias fuese pionera en el uso de energías limpias. Al contrario, el propio Ministerio de Energía, cuando estaba gobernado por un canario, intentó llevarnos un siglo atrás imponiendo el gas y dando vía libre para la búsqueda de petróleo en nuestras aguas.
Pero la gente del sureste grancanario vamos a seguir con nuestro compromiso con las energías renovables. Al premio que recogemos estas semana hay que sumar otros reconocimientos como, el Premio Livcom 2006 (avalado por la ONU) a las prácticas sostenibles, Premio Whole City Awards 2010, el Premio Ecomed-Forum Ambiental 2010, y el Premio ONU Agua 2014. Mientras en las últimas décadas el gobierno estatal y el canario se han distinguido por ponernos freno a los vientos del progreso que significan las energías limpias, a nivel internacional y estatal reconocen nuestro trabajo. Con motivo de la entrega del Premio Eolo recordé a Séneca: “Ningún viento es favorable para quien no sabe a dónde va”. En el Sureste sabemos a dónde queremos ir y nos encontraremos en el camino con quienes quieran sumarse a los vientos del progreso.
*Dunia González Vega Alcaldesa de Santa Lucía