La primera jornada de vendimia en la Villa de Agüimes recolecta cerca de 4.000 kilos de uva
La Bodega Municipal Señorío de Agüimes abrió sus puertas a la primera jornada de la vendimia 2018, el pasado jueves 30 de agosto, en la que participaron ocho viticultores y se han recolectado un total de 3.644 kilos de uvas, 918 kilos de la variedad blanca (moscatel y malvasía) y 2.726 kilos de la variedad tinta (listán negra y tintilla).
Las viñas de Agüimes están bajo la influencia de factores como el suelo, el clima y las variedades de vid, que vienen a confirmar la singularidad de un fruto sometido durante buena parte del año a una temperatura media de entre 20 y 22 grados, a los alisios dominantes y que nacen de una tierra que en otra época fue productora de cereales y que imprimen al vino Señorío de Agüimes su peculiar carácter.
La vendimia, en un proceso que dura aproximadamente un mes, continuará en las próximas semanas, por lo que hay zonas del municipio en las que la recolección de la uva finalizará a mediados de septiembre.
El proceso que lleva la uva a transformarse en vino tiene necesidad de cepas, suelos y condiciones climáticas óptimas, además de correctas técnicas de dirección de la viña. El ritual de la vendimia desde siempre ha sido un gran atractivo, más allá de un valor histórico y antropológico. Se trata de un real acontecimiento anual de trabajo y compartir social en el territorio. El proceso se divide en varias fases, pero todo empieza con la recolección de las uvas.
Los meses en que se realiza la vendimia son julio y agosto, incluso septiembre para las uvas a fermentación tardía. En general, se identifica con el período en que las uvas han alcanzado el grado de maduración deseado, más precisamente cuando se habla de madurez fenólica, cuando los perfumes y los aromas inician a estar presentes en la uva, o bien cuando los tres partos que componen el grano de uva, cáscara, pulpa y semillas han alcanzado no sólo la madurez completa de valores analíticos, cierto grado azucarado y acidez, pero también de expresión sensorial. El período de recolección, sin embargo, puede depender de muchos factores: condiciones climáticas, zona de producción, tipo de uva o tipo de vino que se quiere conseguir.
En la Villa de Agüimes el método de recolección de las uvas elegido por los viticultores es el manual, tiene bastantes ventajas ya que les permite hacer una selección de los racimos, incluso de las uvas que permanecerán enteras, no se rompen ni estrujan, ni pierden mosto.
Desde siempre, durante la fase de la cosecha se respetan algunas reglas de base. Se evita ante todo recoger uva mojada, porque el agua pudiera influir en la calidad del mosto. Además es buena norma no recoger durante las horas más calientes del día para impedir fermentaciones indeseadas. Los racimos son puestos en pequeñas cajas para evitar aplastamientos y llevados rápidamente a la bodega municipal donde será efectuada la vinificación, para evitar maceraciones o fermentaciones indeseadas. Esta es una fase delicada porque es fundamental hacer transcurrir el menos tiempo posible entre la recolección y la pisa para evitar el deterioro de los granos de la uva. Los racimos duros con la cáscara íntegra son la premisa para tener un buen vino.
En el pasado la vendimia fue un ritual que involucró a toda la familia, ocupados en el trabajo de los campos durante los meses de julio y agosto. Hoy el proceso ha cambiado, pero el espíritu siempre ha sido el mismo, un tenderete que concluye las pesadas semanas de trabajo, hechas de cuentos y de brindis al vino que vendrá.