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AMURGA, PATRIMONIO GRANCANARIO

El debate que se ha originado con la compra por parte del Cabildo de Gran Canaria de la finca de Amurga es una gran oportunidad para recordar el enorme valor medioambiental que tiene ese espacio, para justificar la decisión adoptada y para apreciar el gran paso que damos en Gran Canaria, garantizando la propiedad pública para un territorio integrado en la Zona de Especial Conservación dentro de la Red Natura 2000.

La escasez de bosque y la falta de suelo público han sido las dos constantes que en el pasado han condicionado básicamente la recuperación ambiental de Gran Canaria. En 1910, solo un 4% de la superficie de la isla, unas 6.000 hectáreas, estaba arbolada. Tras cerca de cuatrocientos años de tala y explotación maderera, las primeras actuaciones de reforestación de la isla de Gran Canaria se remontan al primer cuarto del pasado siglo XX. Consistieron fundamentalmente en tratar de recuperar parte del bosque en la escasa superficie de titularidad pública que existía, apenas 15.000 hectáreas, ya de por sí muy afectadas por la sobrexplotación.

La adquisición de fincas con vocación forestal y ambiental por parte del Cabildo de Gran Canaria se remonta a la mitad del pasado siglo (1946). A partir de 1941, con la promulgación de la Ley de Patrimonio Forestal del Estado, que conlleva una repoblación forestal obligatoria de grandes espacios ganaderos en la cumbre de la isla, el Cabildo de Gran Canaria emprende una decidida política de compra de terrenos como única manera de evitar la confrontación con propietarios y así abordar planes de reforestación de mayor alcance.

La implantación del Fondo Verde Forestal en este mandato ha convertido al Cabildo de  Gran Canaria en pionero en todo el Estado en implantar esta medida dedicada en exclusiva a la reforestación y la lucha contra los incendios. Se trata de un marco presupuestario estable que tiene una consignación de unos 4 millones de euros al año, al que se suman otros 5 millones para adquirir terrenos. Esto supone multiplicar por diez la partida que existía hasta ahora para comprar suelo con el objetivo de reforestar  nuestra isla.

Así, en 2017 el Cabildo crea –para garantizar los principios de publicidad, concurrencia, transparencia e igualdad- la Bolsa Insular de Fincas Rústicas destinada a actuaciones ambientales y de repoblación forestal. Los técnicos del Servicio de Medio Ambiente propusieron unas comarcas de compra preferente, consideradas como zonas de alto interés ecológico. Así se determinaron la cuenca alta del Barranco de la Mina, el corredor Inagua – Roque Nublo, el corredor de los Tilos de Moya-Barranco Oscuro, las medianías de Gáldar y Santa María de Guía, el entorno de la Finca de Osorio y el corredor del Pinar de Tirajana y Amurga.

El pasado 24 de junio de 2018, el Servicio de Patrimonio del Cabildo publicó el listado de admitidos y excluidos de la Bolsa Insular de Fincas Rústicas, de fincas ubicadas en zonas preferentes. Dentro de esa zonificación se presentaron siete fincas, de las cuales dos no cumplían con los requisitos legales básicos para ser adquiridas y dos fueron retiradas por sus propietarios por no interesarles el precio ofertado.  Las tres fincas que quedaron fueron: Pico Viento y Los Peralillos, en Gáldar, y Amurga en San Bartolomé de Tirajana.

Las tres fincas están en fase de adquisición, dependiendo la tramitación de los expedientes del Servicio de Patrimonio. Pero la aprobación en un Consejo de Gobierno de la compra de las ubicadas en Amurga donde 6 de los 22 propietarios son familiares directos de Román Rodríguez (su esposa y cinco cuñados) ha dado pie a una campaña desaforada de un periódico – no es la primera vez que ataca con saña y con manipulaciones al Gobierno del Cabildo-  y a su seguimiento por algunos medios de comunicación. Y para ello no ha dudado en tergiversar los datos y en manipular la realidad.

No conocíamos ese dato, nadie nos lo hizo saber. Pero aunque lo hubiésemos sabido, no habríamos podido paralizar la compra, porque estaríamos conculcando un derecho. ¿Es que acaso debemos rechazar un suelo de ese valor medioambiental porque 6 de los 22 propietarios sean parientes de Román Rodríguez? ¿Es que acaso los parientes de cualquier cargo público que no tengan presencia directa en el Cabildo están deslegitimados legalmente para concurrir a un concurso público, arrastrando además al resto de los propietarios?

Lo cierto es que el procedimiento ha sido impecable. Dispone de todos los informes técnicos preceptivos y previos al acuerdo del Consejo de Gobierno. Cualquiera está legitimado para denunciarlo si no fuera así. Pero es que, además, el expediente nace en el anterior mandato, cuando el Cabildo estaba presidido por José Miguel Bravo de Laguna y gobernado por el  PP. Y por si fuera poco el Cabildo dispone de un importante informe de expertos desde 2005 que recomienda que esa zona se convierta en Parque Natural por su enorme valor para la conservación de especies animales y vegetales endémicas.

En octubre de 2014 llega a la Corporación Insular una propuesta ofreciendo en venta varias parcelas situadas en la zona alta del Macizo de Amurga y en el corredor del Pinar de Tirajana. Las parcelas son visitadas en varias ocasiones, por técnicos del Cabildo, para su estudio previo y delimitación con el fin de realizar el informe de valoración. En febrero de 2015 se emite un primer informe y se envía al Servicio de Patrimonio. En dicho informe se concluye que es de interés para su adquisición bajo un precio estipulado según los baremos que se manejan en el Servicio de Medio Ambiente.

Se consideró que al interés ambiental, que de por sí ya posee Amurga, habría que añadir su utilidad para realizar labores de restauración ya que  tiene grandes superficies adecuadas para repoblar, incluyendo pista de acceso a las zonas altas. También podría albergar los diferentes pisos altitudinales de vegetación que antaño cubrieron el territorio: cardonal-tabaibal en las zonas bajas, bosque termófilo con predominio de sabina en las cotas medias y pinar de sur en las partes altas. Además facilitaría la creación de una masa boscosa abierta en la zona más alta de un macizo que en la actualidad aparece desarbolado, sin propiedades públicas y que puede cumplir en un futuro la función de bosque dispersor por regeneración natural. Amurga cuenta con cerca de 220 Has, con muy baja pendiente. Se trata de una altiplanicie con abundante suelo y de muy fácil reforestación.

En el informe de valoración se esbozan múltiples puntos de interés que presentan las parcelas adquiridas por estar incluidas en Zona ZEC, en la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria y por incluir varias especies vegetales protegidas, aunque, irresponsablemente, el alcalde de San Bartolomé de Tirajana haya declarado hace unos días que “Amurga no sirve ni para criar lagartos”. Las fincas valoradas se incluyen en la Zona de Especial Conservación 43_GC Amurga (ES7010055) y cuentan con matorrales termomediterráneos con cardonal-tabaibal enriquecido con especies como la retama blanca, balo, cornical, tasaigo, verol, bejeques, leña buena y cardoncillo. También existen bosques de Olea y Ceratonia, palmerales de Phoenix, pinares endémicos canarios y presencia de acebuche, almácigo, lentisco y sabinas aisladas, acompañadas por esparraguera y tabaibas, entre otras. En definitiva, una joya de las especies que debemos conservar y proteger porque forman parte de nuestro patrimonio natural. Existen también poblaciones de las especies de flora Solanum lidii (en peligro de extinción), Teline rosmarinifolia ssp. y Limonium preauxi (de interés especial), que tienen la consideración de prioritarias según el Banco de Datos de Biodiversidad de Canarias.

En un interesante reportaje periodístico de agosto de 2017, publicado en el mismo medio que hoy miente sobre la compra de estas fincas y que entonces cantaba sus excelencias, se afirma que Amurga “Es una isla dentro de Gran Canaria, con la naturaleza en estado puro”. Continúa el relato comparando la visita con “un viaje al pasado desde el futuro”, pues los picos y barrancos están exactamente igual que en la época de la conquista de Gran Canaria, cuando previsiblemente sirvieron de refugio a los aborígenes. En el Plan Insular de Ordenación de Gran Canaria se recoge que Amurga “se caracteriza por la formación de un espacio natural muy bien conservado, conformado por lomos en los que en sus zonas bajas se localizan algunos de los mejores cardonales de la Isla, y barrancos encajados de gran espectacularidad”.

En este territorio que estará, en breve, a disposición de toda la ciudadanía, existen además importantes yacimientos arqueológicos. Este patrimonio está recogido en la Carta Arqueológica de San Bartolomé de Tirajana e incluye la Degollada de la Huesa, el Lomo del Pajarcillo, el túmulo de Amurga y el Talayón. Este capital arqueológico va a servir para recuperar toda la riqueza etnográfica que existe en esa zona del sur de nuestra isla.

Los argumentos ofrecidos por los técnicos se completan con la existencia de fauna endémica y en peligro de extinción que debemos proteger y que esta compra facilitará. Nos referimos a la lisa rayada de Gran Canaria, al lagarto gigante, al murciélago montañero o al halcón tagorote.

Por todas estas razones, debemos aumentar la protección de Amurga que es un paraíso desconocido para la mayoría de los grancanarios y grancanarias. La investigación del doctor en biología don Francisco Javier Sosa Saavedra recomendando la creación del Parque Nacional de Las Tirajanas donde se engloba el macizo de Amurga, debe ser tenida en cuenta y al menos debemos avanzar  hacia la declaración de Parque Natural por el Parlamento de Canarias.

Estamos empeñados –y nada ni nadie nos va a desviar de ese empeño- en cumplir con nuestro compromiso de hacer posible, desde un concepto integral de ecoisla, en convertir a Gran Canaria en una referencia en desarrollo sostenible. La energía, el agua, el sector primario, las economías circular y azul, el turismo y la movilidad sostenibles, la sociedad del conocimiento, la innovación y el crecimiento, el desarrollo tecnológico dentro de un marco global de Isla Inteligente son elementos imprescindibles que tienen que, necesariamente, convivir con la protección del paisaje y del territorio, con la defensa de nuestro patrimonio natural y cultural. Con la potenciación de nuestros valores, de nuestra identidad.

Queremos potenciar nuestra Reserva de la Biosfera, estamos iniciando el camino para hacer posible la consecución de un Parque Nacional para Gran Canaria, hemos hecho todo lo necesario para que Risco Caído y los Espacios Sagrados de Montaña de nuestra isla sean declarados Patrimonio de la Humanidad, hemos aprobado el equivalente al Céntimo Verde para seguir reverdeciendo nuestros montes, vamos a seguir aumentando nuestro patrimonio de suelo…

Estoy seguro de que la mayoría de grancanarias y grancanarios compartimos el amor y el deseo de que nuestra tierra sea conservada, admirada y disfrutada. La decisión de incrementar el patrimonio público de terrenos de alto valor natural como el de Amurga, los altos de Gáldar o Guy Guy, nos hará sentir las mismas emociones y el orgullo que cuando paseamos por el Nublo, por los Llanos de la Pez o Tamadaba. Son sentimientos que nos identifican con la isla de nuestra vida.

Antonio Morales Méndez
Presidente del Cabildo de Gran Canaria

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