Activistas del colectivo El Turcón, parte de la confederación canaria Ben Magec-Ecologistas en Acción, se encadenaron ayer a las palmeras centenarias de la Vega de San José, las cuales pretenden ser trasladadas para construir un Hiperdino y una Iglesia en su lugar.
La cadena de supermercados Dinosol ha llegado a un acuerdo con la Diócesis de Canarias por la que ésta cederá parte de sus terrenos al grupo empresarial para la construcción de un supermercado con dos plantas subterráneas de aparcamientos y, como contraprestación, se construirá un centro social para Cáritas y una nueva parroquia que sustituirá a la antigua Nuestra Señora de la Vega, de 1988. Para la realización de esta obra es necesario el traslado de las centenarias palmeras que se encuentran en el terreno donde se va a construir la obra.
Ya una de las cinco palmeras ha sido trasladada y es por ello que dos miembros de Ben Magec se han encadenado literalmente a las cuatro restantes. Honorio Galindo, uno de los activistas encadenados, señala que “estamos haciendo una acción directa para acabar con el vicio que tiene la administración de trasladar el medio ambiente para dar cabida a negocios particulares”. Ben Magec-Ecologistas en Acción, y sus colectivos, han querido con esta acción visibilizar la repulsa e indignación que suponen prácticas como la realizada para dar cabida a diferentes obras urbanísticas. Así, Domingo Afonso, ingeniero agrícola y otro de los activistas encadenados, reivindica con contundencia que “estas palmeras de la Vega de San José no deben ser trasplantadas, tienen casi 200 años”.
Las palmeras canarias (Phoenix canariensis) es una especie incluida en el Decreto 62/2006, de 16 de mayo, por el que se establecen medidas de protección, conservación e identidad genética de esta especie. Entre estas medidas se destaca la prohibición de su trasplante cuando éstas se encuentren en estado silvestre, estado en el que se encuentran las de la Vega de San José al haber sido parte de un palmeral de estas características que se encontraba antaño en la zona. La confederación ecologista recuerda que este hecho no es aislado y que continuamente reciben denuncias de vecinos y vecinas que ponen en conocimiento de la organización diferentes prácticas irrespetuosas con la vida de los árboles. “Es rara la semana que no tenemos en nuestros correos o redes sociales denuncias de personas indignadas con talas de diferentes árboles incluso de palmeras canarias, podas indiscriminadas o árboles que se utilizan como basurero o cenicero. Consideramos que las administraciones públicas competentes tienen que asumir la responsabilidad que tienen en este tema, tanto por su acción directa como por su pasividad ante casos como el actual de las palmeras de la Vega de San José”.
Las obras en el terreno originario de las cinco palmeras centenarias pretenden ser comenzadas dentro de unos quince días. Y es por ello que ya han comenzado con el desplazamiento de los ejemplares, que serán trasladados unos metros. No obstante, estos pocos metros pueden ocasionar la muerte de estas palmeras. Ante esta posibilidad, la persistencia de continuar con el traslado por parte del grupo empresarial Dinosol y la pasividad de las administraciones públicas competentes, como el Ayuntamiento y el Cabildo, los ecologistas afirman que seguirán en pie de lucha para defender a las palmeras canarias y a otros ejemplares autóctonos del arboricidio que dicen se está practicando en el archipiélago canario.