- “El futuro de estos paisajes depende del pastoreo”, asegura el presidente de la Denominación de Origen de los Quesos del Casar
- Los integrantes del proyecto ‘Fire Shepherds’ recuerdan que “el pastor presta un servicio esencial a la comunidad” en la lucha contra el fuego
- El sector ganadero insular recuerda que parte del problema se debe a las fincas abandonadas donde no pueden entrar a pastar los rebaños
- El ganadero Cristóbal Moreno ofreció una cencerrada a los 40 pastores y técnicos de Europa en ruta por el interior de Gran Canaria
Las Palmas de Gran Canaria, 13 de febrero de 2020.- El fuerte arraigo, su huella ancestral y la pervivencia de la cultura quesera, del pastoreo y la trashumancia en Gran Canaria han sorprendido hoy a los 40 ganaderos, cargos públicos y técnicos de escuelas de ganaderías y de capacitación agraria de España, Portugal, Francia y Alemania que se adentraron guiados por el ingeniero del Cabildo Didac Díaz en las zonas altas de la isla y visitaron diversas explotaciones en el marco del proyecto europeo ‘Fire Shepherds’ para capacitar a los pastores del siglo XXI en técnicas de prevención de incendios.
“El futuro de todo este paisaje depende del pastoreo”, aseguró el presidente de la Cooperativa de Ganaderos de Extremadura Cooprado y de la Denominación de Origen de los Quesos del Casar, Ángel Pacheco, durante la visita realizada a las queserías Cortijo El Montañón y Cortijo Caideros, en la zona alta de Gáldar, con el imponente pinar de Tamadaba al frente como referencia clara de la Reserva de la Biosfera y del Patrimonio Mundial del Paisaje Cultural de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria, escenarios fundamentales de la trashumancia y la actividad pastoril.
Pacheco apuntó que la tradición de producir quesos de flor arribó a la isla con toda probabilidad de la mano de la población extremeña que se asentó en Gran Canaria tras la Conquista y subrayó “el enorme potencial quesero” insular. A su lado, Laia Batalla y María Díaz, profesoras de la Escuela de Pastores de Cataluña, reconocían que no esperaban encontrarse en este rincón del Atlántico con una cultura “tan profunda” ligada al pastoreo y la transformación de la leche.
La ruta de los pastores de fuego se enmarcó dentro de una visita de tres días para empaparse de la experiencia grancanaria en la tradición milenaria de la trashumancia, quemas prescritas y la creación de paisajes mosaico que eviten la propagación del fuego con las denominadas ‘ovejas bomberos’. “El pastor presta un servicio esencial a la comunidad en la defensa del paisaje y la lucha contra incendios forestales que cada vez son más agresivos”, recalcó Paulo Aguas, pastor y concejal del municipio portugués de Fundao, en el centro del país.
“Me ha fascinado la capacidad de la ganadería de Gran Canaria de pasar de generación en generación y que se pueda sacar tanto rendimiento con tan poca agua”, indicó Silvia García, técnica de proyectos de cooperación internacional en el Cfppa de Ariège, un centro de formación profesional especializado en pastoreo de alta montaña del Ministerio de Agricultura de Francia.
El problema de las fincas abandonadas
Las cicatrices de los incendios de agosto de 2019 en Gran Canaria han estado presentes en la jornada. De hecho, las llamas llegaron “hasta la misma puerta” del Cortijo El Montañón, tal y como recordó la veterinaria Dunia Moreno Gil, hija de los propietarios de la explotación, Flora Gil y Domingo Moreno, y orgullosa heredera por tanto de una tradición quesera, pastoril y trashumante que sigue su camino con 250 ovejas y 50 cabras. “El problema son las fincas abandonadas y que hay gente que no deja entrar a los pastores en sus tierras”, advierte.
Los también catalanes Pau Figueras y Domenec Puiñet hicieron una pausa en la cata de quesos del Montañón para manifestar que les ha llamado la atención tanto la actividad trashumante como los bajos precios a los que se venden los quesos de Gran Canaria en comparación a otros equivalentes en calidad y esfuerzo de otros lugares de la Península, de Europa y del mundo. “Hay que poner mucho el valor los quesos que se hacen aquí”, enfatizaron.
El ganadero García Polo, llegado desde el Pirinero francés, alabó los paisajes de la cumbre de Gran Canaria y, pese a los contrastes con su lugar de origen, incidió en el hecho de que “el problema de los incendios y del abandono del campo es común en todo el planeta”, mientras que Pedro Magallaes, técnico de la Asociación de Ganadores Ancose del centro de Portugal, matizó que “la orografía y el clima quizás cambien”, pero los retos a los que se enfrenta el campo son los mismos.
Cencerrada final con el pastor Cristóbal Moreno
El silencio que reina en la parte alta de Gran Canaria se vio alegremente truncado en el recorrido del grupo por las instalaciones de la quesería del Cortijo de Caideros, donde Cristóbal Moreno, cuya piel curtida bajo miles de soles en jornadas de pastoreo y trashumancia hace honor a su apellido, les mostró su colección de cencerros y garrotes.
Pero más alto que los cencerros sonaron las palabras de Moreno cuando aseguró que la lucha contra el fuego se juega en gran medida con el pastoreo y su capacidad para acabar con el combustible vegetal sobrante. “Está más claro que el agua”, clamó.
Los ‘pastores de fuego’, que recibieron el día anterior una charla sobre la importancia del pastoreo y la transhumancia entre los límites de las 18.000 hectáreas del Paisaje Cultural de Risco Caído y las Montañas Sagradas y que visitaron además su Centro de Interpretación en Artenara, participan en un proyecto cofinanciado por el programa Erasmus+ de la Unión Europea y tiene como objetivo mejorar la profesionalidad de los pastores en la ganadería extensiva, los incendios forestales y el paisaje, que arrancó en 2018 y se extenderá hasta finales de 2021.
El proyecto ‘Fire Shepherds’ lo integran 16 socios de Extremadura y Cataluña, además de Portugal, Francia y Alemania, a los que se suman la Asociación Insular de Desarrollo Local Rural (Aider), de la que forma parte el Cabildo de Gran Canaria, institución que impulsa junto a Aider la Escuela de Ganadería y Pastoreo de Gran Canaria, y Productores de Quesos del Noroeste de Gran Canaria (Proquenor) por Gran Canaria. Además, bajo el paraguas de Aider participa un representante de la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo.
Además del aspecto formativo de los jóvenes, la intención de este proyecto es crear una red de experiencias reales, por lo que tras los intercambios realizados en Alemania y Cataluña, ahora le ha tocado el turno a Gran Canaria, donde se ha previsto un intenso programa de actividades que culmina este viernes.