— Los elementos de protección personal frente al coronavirus pueden generar un fuerte impacto en el medio ambiente o en las redes públicas de saneamiento cuando son desechados de forma irresponsable.
La crisis sanitaria del coronavirus está produciendo importantes cambios en el día a día de la población. Uno de ellos es el uso generalizado de guantes y mascarillas desechables, recomendados para minimizar los posibles riesgos de contagio, especialmente en contextos en los que no se puede garantizar la distancia mínima interpersonal. Pero estos elementos de protección, a los que ya nos hemos acostumbrado, pueden producir serios problemas si en el momento de desprendemos de ellos no actuamos con responsabilidad.
Y es que el impacto de las mascarillas y los guantes abandonados comienza a ser notorio en la vía pública, en las infraestructuras de saneamiento y en la naturaleza. Por eso Ecoembes, la organización sin ánimo de lucro que se dedica a la recuperación y el reciclaje de envases en toda España, ha iniciado una campaña de sensibilización que trata de concienciar a la ciudadanía para un comportamiento responsable con su material de protección frente al COVID-19.
Se trata de informar sobre esta problemática, que está generando más basuraleza en nuestros entornos naturales, con el fin de adquirir buenos hábitos en el momento en que los guantes y las mascarillas deban ser desechados. Por su función, es lógico que deban tener un solo uso, pero no por ello dejan de ser materiales altamente contaminantes. La indicación es clara: no deben ser arrojados por el retrete, porque acabarían taponando las alcantarillas y colapsando las redes de saneamiento. Tampoco deben ser arrojados a la calle, ni al mar, ni al campo. Deben ser depositados en el contenedor adecuado: ni el verde, ni el azul ni el amarillo, sino en las papeleras urbanas o en el contenedor de basura para restos.
Ecoembes insiste en la importancia de cuidar, ahora más que nunca, los espacios naturales, pues está demostrado que la biodiversidad es un escudo protector frente a la expansión los virus de origen zoonótico, como el coronavirus. Cuanto más deteriorada se encuentre la naturaleza, más facilidad tendrán estas epidemias para propagarse. De ahí que, con ese simple gesto, el de desechar los guantes y mascarillas de forma adecuada, estemos contribuyendo a atajar un problema incipiente que, de agravarse, podría generar un enorme perjuicio en la gestión de los residuos, en el cuidado de la naturaleza y en la propia salubridad de nuestro entorno vital.