¿Sabes que el complejo de superioridad lleva a hacer cosas para las cuales no se está realmente preparado?
Es muy fácil mostrar aquello que aparentemente se sabe sin haber estudiado ni trabajado para conseguirlo. Iniciarse en un proyecto, cumplir con un cometido o llevar a cabo una labor vocacional, implica dedicar innumerables horas, meses y años al propósito en cuestión.
Se van a cometer errores por el camino, pero hasta a los grandes artistas, científicos o diversos profesionales les ocurre, incluso en sus últimas labores de vida. ¿Qué significa esto? Que nadie nació aprendido y las obras, cuando no pretenden la mera fama ni figurar, se pueden cumplir sin competir, sin creerse superior y, sobre todo, con una buena dosis de humildad.
Aunque se tenga la facilidad para desempeñarse en algo, no hay que olvidar formarse aún más en ello. A la gente se la conoce por su dedicación y entrega, no por lo que presume ser o saber. Todo se consigue haciendo y volviendo a hacer.
En definitiva, la práctica hace al maestro y no con lo que se jacta en decir lo que practica.
David Valentín Torres
Escritor e investigador