Aun teniendo en cuenta los diversos métodos terapéuticos para disminuir la “rabia contenida”, existe una herramienta casera y útil que se puede emplear en cualquier momento. Solo requieres de una pluma y una hoja de papel.
Sobre ella puedes escribir y expresar lo que piensas o sientas. Si tienes que usar malas palabras, adelante. Si es aquello que no pudiste decirle a una persona, escríbelo también en el papel. Si se trata de algo especialmente negativo, puedes usar el mismo método, aunque sin obviar una terapia al respecto y con un profesional.
Generalmente hay personas que sufren y enferman por “aquello que no pudieron decir”, por la ira que amargan sus días y al no haber sido debidamente expresadas.
No pagues con nadie tu sentir: ni con el odio, la frustración o el enojo. Anota lo que te perturba, siente la “ligereza interna” al hacerlo y encuentra tu paz con esta sencilla herramienta terapéutica.
En este sentido, la Licenciada en Psicología por la Universidad de Valencia, Valeria Sabater, resume en un artículo que «Nunca una terapia ha podido ser más económica que la escritura emocional… Abre un mecanismo personal para ahondar en los pensamientos y emociones. ¿Qué es lo que siento ahora? ¿Es rabia, es tristeza?».
Hay quienes después de aplicar este ejercicio terminan sintiéndose mejor, “acariciando sus cicatrices con amor” o, incluso, perdonando.
David Valentín Torres
Escritor e investigador