- Una treintena de palmeras, almácigos, lentiscos, acebuches, dragos y otras termófilas ocuparán 1.500 m2 del perímetro
- Evitará que los visitantes tengan que aparcar en los arcenes y caminar por la calzada
- El público podrá acceder directamente desde el aparcamiento a la nueva puerta de entrada que se habilitará en la parte baja
- Obras Públicas reanudó las obras tras modificar el proyecto al detectarse partes del terreno que debían ser estabilizadas
Las Palmas de Gran Canaria, 29 de septiembre de 2020.- El Cabildo de Gran Canaria culminará antes de que finalice el año el aparcamiento del Jardín Canario, un espacio de 3.000 metros cuadrados con capacidad para 80 coches y 5 guaguas tras una inversión de 836.000 euros para que los visitantes accedan de forma cómoda y segura a la parte baja de este botánico, el mayor de España y unidad asociada del CSIC.
El aparcamiento quedará delimitado con un muro de mampostería sobre el que se instalará un vallado diáfano, detalle que forma parte de los planes mimetización junto al suelo de hormigón en tono tierra y jardines perimetrales que ocuparán 1.500 metros cuadrados que el Cabildo poblará con una treintena de especies termófilas aportadas por el propio Jardín Canario para que acebuches, dragos, palmeras, lentiscos y almácigos abriguen el lugar.
El área de estacionamiento, que entre las plazas incluye tres para personas con movilidad reducida y dos con cargadores eléctricos, evitará que los visitantes se vean abocados a dejar los vehículos en los arcenes y caminar por la calzada para entrar al Jardín Canario, un centro científico de interés turístico, tanto que recibe al mes en torno a 10.000 visitantes.
La marcha de las obras fueron supervisadas hoy por el consejero de Obras Públicas, Miguel Ángel Pérez, y la consejera de Medio Ambiente, Inés Jiménez, quienes comprobaron la buena marcha de los trabajos y resaltaron la importancia que tiene para la seguridad, pues hasta ahora se usaban los arcenes de la carretera.
Así, la Consejería de Obras Públicas del Cabildo reanudó este mes las obras tras haber sido paralizadas para modificar el proyecto para garantizar la estabilidad del firme tras detectar la presencia de partes arcillosas en el terreno que había que reforzar y que exigieron la utilización del georradar para redefinir la intervención.
El proyecto se sustenta en el desvío de un tramo de 400 metros de la carretera GC-310 que conecta Tafira con Almatriche, actuación que ya se ejecutó en la primera fase y permitió liberar espacio suficiente entre el nuevo trazado y el Jardín Canario para crear esta zona de aparcamiento con conexión directa a la vía, de modo que se regulará de forma definitiva el flujo de entradas y salidas de los coches y guaguas que trasladan a los visitantes.
El paso al aparcamiento estará controlado por barreras de seguridad y el Cabildo habilitará igualmente una nueva entrada para el público a la que se llegará directamente desde el área de estacionamiento, un acceso con puertas de forja que replicarán la silueta de las ramas de cardón de los portones originales del Jardín Canario, inaugurado en 1952.
La Institución insular da con este aparcamiento un paso más en el camino para mejorar la gestión del Jardín Canario, donde la Consejería de Medio Ambiente invertirá 355.000 euros para tender una red de saneamiento subterráneo para la evacuación de aguas residuales, realizar una preinstalación de fibra óptica y crear un módulo de aseos públicos que sustituirá al actual y se integrará visualmente en el paisaje natural del espacio con un diseño que recuerda a un alpendre con su abrevadero.
Asimismo, los planes de futuro para el Jardín Botánico Viera y Clavijo, referente de la investigación de la flora y la biodiversidad insulares, prevén el proyecto actualmente en fase de desarrollo para la instalación de paneles solares en el espacio dentro del programa de cero emisiones del Cabildo.
La renovación y mejora de su eficiencia energética y adaptación a la sociedad de la información del Jardín Canario ya se ha traducido en la implantación del sistema de riego automático en su parte baja, medida que próximamente se extenderá a sus laderas, o en la incorporación de códigos QR para ofrecer información detallada de las especies vegetales a los residentes y turistas que en pocos meses podrán llegar con mayor comodidad y seguridad a sus instalaciones para descubrir sus tesoros botánicos.