– Las organizaciones no gubernamentales que trabajan en este ámbito advierten de los 500 millones de personas en todo el mundo que han quedado expuestos a la pobreza como consecuencia de los efectos económicos de la pandemia.
La pandemia de Covid-19 está provocando muchas transformaciones en nuestros modos de vida, cambios que ya se están empezando a sentir en las sociedades de todo el mundo. Uno de los más notorios es el aumento del número de personas en serio riesgo de padecer pobreza y exclusión social. De acuerdo a los cálculos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), si no se toman medidas urgentes, cerca de 500 millones de personas, aproximadamente el 7% de la población mundial, engrosarán en los próximos meses las cifras de personas en situación de pobreza.
Según el PNUD, esto podría suponer un retroceso de una década en la lucha contra la pobreza en el mundo, y de hasta 30 años en algunas regiones, como África subsahariana, Oriente Próximo, América Latina y el Norte de África, con consecuencias en los flujos migratorios hacia zonas del mundo con mayor renta, como Estados Unidos o Europa. En los próximos meses, más de la mitad de la población mundial podría quedar viviendo en condiciones de pobreza. Así se refleja en el manifiesto elaborado por la Plataforma Pobreza Cero y respaldado por la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Agüimes con ocasión de la celebración este viernes, 16 de octubre, del Día Internacional por la Erradicación del Pobreza.
Agüimes se suma así a la petición de no renunciar, pese a la pandemia, a la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la hoja de ruta mundial para mejorar el bienestar de las personas y del planeta. Frente al Covid-19 y sus efectos socioeconómicos, el manifiesto de Pobreza Cero pone particular énfasis en la necesidad de adoptar decisiones urgentes desde las instituciones públicas para estimular la economía y la creación de empleo, invertir en los sistemas sanitarios, promover la educación y el comercio justo, proteger a los colectivos más vulnerables y combatir la discriminación, el odio, la aporofobia y el racismo que se están abriendo camino en este contexto de crisis, poniendo en peligro las libertades y los derechos fundamentales de las personas.
El panorama actual de recesión en todo el mundo, insiste el manifiesto, no puede dejar de lado la respuesta de los gobiernos a los desafíos del cambio climático, ni las políticas para la conservación de la biodiversidad, ni el apoyo a las organizaciones que luchan en primera línea contra la pobreza, frente a catástrofes, conflictos bélicos o crisis de refugiados. Una respuesta correcta de las instituciones públicas frente a la pandemia podrá suponer el renacimiento de una humanidad más justa y solidaria, para beneficio de las generaciones actuales y futuras.