- Están situadas en Teror, Firgas, Moya, Guía y la capital
- Serán laurisilva y bosque termófilo
Las Palmas de Gran Canaria, 14 de abril de 2021.- El Cabildo destinará más de 400.000 euros a plantar 8.000 árboles de laurisilva y bosque termófilo en las ocho fincas de mayor extensión que posee en las medianías del norte de Gran Canaria en el marco de la lucha contra los incendios forestales y el fomento de la biodiversidad.
Se trata de las fincas de Osorio en Teror, La Cazuela de Firgas, El Brezal de Guía, Los Chorros, Los Tilos y el Peñón de Moya, y San José del Álamo y Montaña de San Gregorio en la capital, para lo que el Cabildo licitará un contrato de cuatro años por el que se plantarán 2.000 ejemplares en cada anualidad.
La repoblación extenderá fundamentalmente las poblaciones de laurisilva con fayas, paloblancos, laureles, aceviños y viñátigos, así como especies termófilas como dragos, acebuches, sabinas y palmeras en San José del Álamo y Montaña de San Gregorio.
Las fincas se encuentran dentro de las Zonas de Alto Riesgo de Incendios Forestales (ZARI), por ello el contrato comprende también el desbroce de 25 hectáreas de matorrales y zarzas cada anuales para despejarlas del combustible vegetal que se acumula en esta zona, que es la más húmeda de la isla.
El contrato incluirá la dirección técnica medioambiental para establecer la programación anual de los desbroces, que se realizarán antes del verano, es decir, de la época de mayor riesgo, de las repoblaciones, que se realizan tras el periodo estival para aprovechar las lluvias, así como del seguimiento de lo plantado, siempre en coordinación con el área de Medio Ambiente del Cabildo.
El gasto se ha distribuido en 50.000 euros para 2021, algo más de 100.000 para las anualidades de 2022 a 2024, y otros 50.000 para el primer semestre de 2025.
Esta iniciativa es una vertiente más del trabajo continuado del Cabildo a favor de la biodiversidad que abarca acciones como el Proyecto Life Nieblas para repoblar con 20.000 árboles de laurisilva hasta 2024 más de 30 hectáreas quemadas con alto riesgo de desertificación en el Barranco de la Virgen y contribuir también a la regeneración de acuíferos, básicos para recuperar la Selva de Doramas, el gran escudo verde y húmedo contraincendios de Gran Canaria.