La crisis sanitaria, social y económica que estamos sufriendo está dañando profundamente al conjunto de la ciudadanía. Los responsables públicos tenemos que concentrarnos en ayudar, acompañar, socorrer y propiciar alternativas para quienes están en una situación límite por razones de salud o de la inactividad económica. También tenemos que dinamizar la economía para que las pequeñas, medianas y grandes empresas mantengan el empleo y contribuyan a la normalización. No hay tiempo que perder.
Tenemos que volcarnos en lo inmediato porque vivimos una tragedia con todas las letras y al mismo tiempo proyectar, invertir y transformar para abrir las puertas a un nuevo tiempo que ya no será como el que dejamos antes de la pandemia. Lo prioritario es reducir la pobreza, el paro, la exclusión social y la enfermedad, pero la solución a esta urgencia debemos abordarla respondiendo a las carencias estructurales que padecemos en relación con la emergencia climática, la digitalización de nuestra sociedad, la extensión del sector primario, el desarrollo de la economía azul y verde o la potenciación de la isla de los cuidados y de los servicios públicos.
Es en este contexto en el que la Unión Europea ha puesto en marcha la iniciativa “Next Generation” (Próxima Generación) que representa un incentivo económico temporal, dotado con 750.000 millones de euros, cuyo objetivo es reparar los daños económicos y sociales causados por el COVID avanzando hacia una sociedad más digitalizada, sostenible e innovadora. A su vez esto forma parte del “Plan de Recuperación para Europa” que es el mayor paquete de estímulo jamás financiado por las instituciones comunitarias y que cuenta con 1,8 billones de euros.
En España y en Canarias esos fondos están gestionados por el Ministerio de Transición Ecológica y la Consejería de Transición Ecológica del Gobierno de Canarias a través del Plan Nacional de Recuperación, Transformación y Resiliencia y el Plan Reactiva Canarias, que son ante los que hay que presentar las propuestas para el reparto de los 150.000 millones de euros que recibirá España, aunque solo 81.000 millones van a ser ayudas directas, siendo el resto préstamos.
Canarias se ha visto afectada por esta crisis en mayor proporción que otros territorios por partir de peores condiciones y por ser muy dependiente del turismo, uno de los sectores más afectados debido a las restricciones a la movilidad. Por ello es vital para las islas y para Gran Canaria aprovechar esta oportunidad histórica para sentar las bases de la transformación de nuestro modelo de desarrollo, dando un salto hacia la sostenibilidad, diversificando nuestra economía y creando empleo de calidad.
La buena noticia es que la filosofía con la que la UE ha diseñado estos fondos está en total consonancia con el proyecto de ecoísla que estamos implementando desde 2015 en el Cabildo de Gran Canaria. Así, gracias a un intenso trabajo del Gobierno insular, hemos sido capaces de presentar 473 proyectos para captar 1.285 millones de euros, que, sin duda, supondrán un antes y un después para la isla de Gran Canaria y para el bienestar de sus habitantes.
En primer lugar, destacan los proyectos destinados al fomento de las energías renovables, no solo para cambiar las energías fósiles por limpias, sino para avanzar hacia un modelo distribuido y democrático en el que la ciudadanía tenga un mayor control sobre la generación de su electricidad. En este sentido sobresalen las “comunidades energéticas” que permiten a un colectivo producir su propia energía de manera cooperativa y cerca de donde se va a consumir.
Queremos poner en marcha las primeras comunidades energéticas industriales de España en colaboración con el Instituto Tecnológico de Canarias. Serían 11 y estarían situadas en los municipios de Las Palmas de Gran Canaria, Telde, Gáldar y Agüimes, por 35 megavatios de potencia. Además queremos poner en marcha comunidades de agrovoltaica por 20 megavatios y 21 proyectos de Comunidades Energéticas Locales por 43,25 megavatios con el fin de distribuir energía entre los propios vecinos de los barrios en los que se sitúen.
En segundo lugar, vamos a seguir ampliando la Red de Generación Renovable del Cabildo de Gran Canaria con 61 proyectos, 22 de marquesinas fotovoltaicas en el Jardín Canario, el Polígono Industrial de Arinaga, Playa del Inglés, San Agustín, Puerto Rico, el Puerto de Mogán o el Centro de Mayores de Taliarte entre otros. Además habrá otras 39 instalaciones fotovoltaicas fuera de marquesinas a las que se sumarían 7 instalaciones eólicas.
La tercera pata de los proyectos de transición energética serían los puntos de recargas para coches eléctricos. Hemos solicitado fondos destinados a la instalación de 750 puntos de recarga para vehículos eléctricos dentro de la Red Insular, con el objetivo de situarlos en instalaciones del Cabildo, la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y en la vía pública para aquellos vehículos que aparquen en la calle. A esta propuesta se suma también la de incrementar en cincuenta unidades la flota de vehículos eléctricos del Cabildo. Para cerrar el bloque energético queremos generar producción de hidrógeno verde, una central de energía de las olas en Taliarte y el desarrollo de invernaderos sostenibles e inteligentes, además de un cable submarino que mejore la capacidad de la Plataforma Oceánica de Canarias (PLOCAN).
Por supuesto el turismo no puede quedarse fuera de este plan de recuperación, por lo que hemos diseñado un Plan de Sostenibilidad Turística.
Para la promoción del producto de proximidad hemos presentado un programa de certificación de productos de km0. Asimismo, queremos implantar un plan que permita compensar de forma voluntaria las emisiones de los vuelos en avión mediante reforestación, lo que sería un gran atractivo para los turistas con más conciencia social. Por último dotaremos de plantas fotovoltaicas a los espacios públicos turísticos.
Otra de las apuestas es convertir a Gran Canaria en un laboratorio mundial de turismo circular, con el proyecto CirTourLab. Con 21 socios de 10 países el proyecto se centra en la gestión del agua, la energía y los residuos de la planta alojativa turística, reduciendo en un 25% las emisiones de CO2 asociadas a estos establecimientos y en un 40% el uso de agua. También pretendemos convertir los residuos orgánicos de los hoteles en energía y mejorar el reciclaje.
Se presentaron, igualmente, distintos proyectos para la gestión sostenible del agua con parques eólicos asociados a los complejos de desalación de La Aldea, Bocabarranco, Roque Prieto y en la EDAR de Jinámar y propuestas de mejora e innovación tecnológica para la depuración de aguas, emisarios submarinos y redes de distribución de aguas. Y también para la recuperación de las zonas afectadas por los incendios y la mejora del tratamiento de los residuos.
Al ser uno de los territorios del mundo más afectados por los efectos del cambio climático, estamos obligados a adaptarnos para proteger la seguridad de las personas, nuestro medio y nuestra economía. Dentro de los proyectos presentados se encuentra el estudio de soluciones de adaptación para zonas costeras susceptibles de ser inundadas por el aumento del nivel del mar.
Como ya he dicho en otras ocasiones la salida de la crisis no puede consistir en volver al mismo modelo que teníamos anteriormente. Necesitamos una economía más diversificada, más sostenible medioambientalmente y justa socialmente, que nos haga menos dependientes y nos permita resistir mejor futuras crisis. Los fondos “Next Generation” pueden suponer un antes y un después para Gran Canaria y su población, convirtiéndonos en un referente internacional de desarrollo sostenible.
Antonio Morales Méndez
Presidente del Cabildo de Gran Canaria