La jornada de voluntariado se desarrolló este sábado con el objetivo de concienciar sobre el impacto de la contaminación en los ecosistemas marinos.

Con la ayuda de buceadores, los participantes se esmeraron en retirar los residuos traídos por la corriente o generados por la acción humana: plásticos, latas, maderas, colillas y redes o artes de pesca abandonadas que suponen una amenaza para los ecosistemas marinos. Muchos de los residuos que no se gestionan responsablemente acaban en el mar, donde tardarán años en desaparecer, afectando a la mortandad de tortugas, cetáceos y otros animales. La costa de Arinaga no se libra de este problema y cada día el impacto es cada vez más notorio. De ahí la importancia de concienciar sobre la necesaria protección de las costas canarias y su extraordinaria riqueza ambiental.
