La pardela Adela cuenta que sufrió un accidente porque chocó contra unas rocas tras deslumbrarse por una luz inesperada la otra noche, el delfín Mular es feliz navegando por las aguas cercanas a Gran Canaria, pero reconoce que la contaminación que provocamos los humanos pone en peligro su existencia, Graciosa es una niña que representa a una isla del mismo nombre, que está muy orgullosa de formar parte del archipiélago Chinijo, una de las tres reservas marinas de Canarias.
Alumnos y alumnas del CEIP la Cerruda en Doctoral recibieron este viernes la visita de estos personajes, unas marionetas que protagonizan un espectáculo en el que se intercalan las preguntas al público con la descripción de los peligros de contaminar los mares. La participación de los títeres se complementa con la proyección de un vídeo donde se puede ver la riqueza de los fondos marinos canarios.
El documental muestra los bosques de corales negros que están a menos de cien metros de profundidad rodeando Canarias, y “forman anillos de vida que está amenazada por la acción de los seres humanos”. El espectáculo que se estrenó este viernes en el CEIP La Cerruda podrán verlo también los alumnos y alumnas de otros 15 centros de infantil y primaria de Santa Lucía de Tirajana, los de 11 centros de Agüimes y el alumnado de los 9 centros de Ingenio. Además del espectáculo el proyecto Islazul contempla la celebración de 35 talleres que también tienen como objetivo transmitir a la comunidad educativa los conceptos básicos sobre la contaminación marina, los residuos y el impacto generado por el ser humano.
El alcalde de Santa Lucía de Tirajana y presidente de la Mancomunidad del Sureste, Francisco García, destaca que “nuestra mancomunidad es pionera en iniciativas de este tipo que pretenden concienciar y sensibilizar al alumnado en materia de mediambiente y sostenibilidad y, en este caso, en la situación de nuestros mares y los problemas de la contaminación de las aguas”. García cree que “es importante tomar conciencia sobre estos problemas para actuar y reducir la huella que dejamos en nuestro medioambiente”.
Una de las niñas que vio el espectáculo, Camila, manifestó que “hay que cuidar mucho al mar, porque si no se pueden morir todos los animales que hay en el mar”. La pequeña dijo que “para cuidar el mar yo nunca tiro plásticos en la playa, porque me gustan mucho los animales y me da pena que se mueran los peces”.
Un aplauso de varios minutos puso fin a la actividad, los niños y niñas volvieron a sus clases y la tortuga Careta, el delfín Mular, la ballena Borondona, Adela la pardela, o los niños Doramas, Tirma y Graciosa regresaron a las maletas de los titiriteros, hasta la siguiente función en otro colegio del Sureste de Gran Canaria, donde otros alumnas y alumnas conocerán mejor toda la vida que hay en nuestros fondos marinos y los peligros del tráfico marítimo masivo o los residuos descontrolados.