Podríamos decir que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde.
Y es eso lo que ocurrido con las Fiestas de nuestros Pueblos y Ciudades. Esos momentos que, tras dos años de pandemia, hoy añoramos, y en los que echamos de menos hasta el olor a quemado del algodón de azúcar. Hoy por hoy nadie quiere perderse tan nuestro, como nñson Nuestras Fiestas.
Las fiestas populares son el momento de revivir las tradiciones e historia de los pueblos, a través de la ruptura de lo cotidiano.
Las fiestas tienen diferentes significados. Desde una perspectiva más tradicional, la fiesta es sinónimo de descanso y ocio después del trabajo; es tiempo de reflexión y de rezos, es un tiempo de suspensión, asociado a romper la rutina. Pero tambien es momento de reencuentro, de recuerdos y emociones. Si a cualquier persona le oímos hablar se sus fiestas, seguro que nos dibuja una sonrisa en su rostro, porque nuestros mejores recuerdos de la infancia se asocian a las Fiestas.
Cada vez más, los vecinos y vecinas nos pisen que vuelvan su fiestas por una razón muy sencilla: que son suyas.
Fiesta, es una palabra que ha sido maltratada, que San Bartolomé de Tirajana la Fiesta ha prevalecido, pero cuando hablamos de fiesta, hablamos tradición y de ocio, dos elementos que van unidos.
Cabe destacar que las fiestas actuales han tomado prestada la fórmula tradicional, pero han cambiado las lágrimas por la opulencia y el exceso.
Sin embargo, las constantes cancelaciones a causa de la pandemia han dejado a la sociedad tan sedienta de actos sociales que ahora celebramos hasta lo incelebrable. Hasta los bautizos, a los que acudían sólo los mas hallegados, se apunta ahora hasta la vecina del cuarto.
Otro motivo que nos hace pensar que habrá mayor influencia de público en esta
nueva etapa lo encontramos en las redes sociales, que se han encargado de convertir momentos que antes se vivían en la intimidad en espectáculos destinados al consumo digital. Nos hemos acostumbrado a dar a los eventos especiales de nuestra vida una
narrativa pensada para la dimensión virtual.
Los ciudadanos y ciudadanas acabaron cansados de restricciones y de no poder llevar una vida como la de antes. Cuando se le restringe al ser humano hacer algo, en el momento que se le devuelve libertad, regresa con el doble de ilusión y ganas.
Tampoco podemos olvidar que hay quienes piensan que su Ayuntamiento tiene que hacer las mejores fiestas para compensar tantos meses de prohibiciones, con el ahorro que ello ha supuesto en las arcas municipales.
La celebración de las Fiestas Populares marca un nuevo comienzo en nuestras vidas con fiestas dignas de quedar en la memoria. Existe un ambiente efervescente, que hará que éstas sean las celebraciones más recordadas, porque son las mas deseadas. Y Las administraciones públicas debemos estar a la altura de lo que la ciudadanía nos demanda.
Unas Fiestas en Mayúsculas
Alfredo Dominguez Franco