· 60 militares de las UME de Gran Canaria y Tenerife, y 35 del resto del país, junto a los operarios de la Corporación Insular han realizado quemas prescritas en San José del Álamo y en Moriscos
Las Palmas de Gran Canaria, 31 de mayo de 2022.- La Consejería de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, en concreto, el personal de la Unidad Operativa de Fuegos Forestales junto a 60 miembros de las Unidades Militares de Emergencia (UME) de Tenerife y Gran Canaria, así como otros 35 del resto del Estado que participan en un curso de la Escuela Nacional de Protección Civil, se hallan inmersos en varias jornadas de formación, destinadas a entrenar a los responsables de combatir las incendios forestales a la vez que a realizar labores de prevención, mediante la limpieza de las zonas más sensibles y la creación de cortafuegos.
Estas operaciones forman parte de la campaña de quemas prescritas que lleva a cabo la Corporación Insular, que se enmarca en un Plan General de Quemas que, a su vez, forma parte de un Proyecto de Selvicultura Preventiva, y cuyos objetivos son dotar Gran Canaria de enclaves estratégicos limpios y tratados mediante fuego prescrito, para que la Isla esté mejor preparada ante posibles incendios forestales.
A lo largo de la jornada del hoy, martes, se llevó a cabo un simulacro de incendio en San José del Álamo, en Las Palmas de Gran Canaria, en donde se limpiaron el pinar y algunas zonas situadas alrededor del área recreativa, con el fin de evitar que los incendios que se puedan producir en la zona salgan de ella o, por el contrario, que puedan entrar fuegos que se generen fuera.
A su vez, durante el pasado domingo y ayer lunes, se realizaron tareas similares en la zona de Moriscos, en el municipio de Ingenio, en donde se trataron tres parcelas pequeñas, con los mismos fines preventivos y de formación y entrenamiento.
En concreto, el domingo se operó en media hectárea y el lunes en dos superficies de otras dos hectáreas, con el propósito de la defensa de las instalaciones de telecomunicaciones propias y de telefonía, así como del radar de la AEMET que se hallan en la zona, para que, en caso de incendio, no se vean afectadas, como ya sucedió en 2019, cuando los fuegos de Artenara y Valleseco apenas las dañaron, dado que había sido preparado el terreno para esa defensa.