-
Cerca de 40 personas visitaron el Molino de Viento, El Curato, la Iglesia de San Antonio de Padua y el quiosco de la Plaza Sarmiento y Coto en un paseo cultural guiado.
El casco de Mogán fue protagonista el sábado de una jornada divulgativa de su historia y patrimonio a través de un recorrido por varios puntos de interés. El paseo cultural, promovido por la Asociación de Cultura y Patrimonio de Canarias (CUPACAN) en colaboración con el Ayuntamiento de Mogán, contó con cuatro ponentes y la participación aproximada de cuarenta personas.
Hay que remontarse a la fundación de Mogán como municipio independiente en 1815 para entender el patrimonio agroindustrial que hoy todavía se conserva, muy vinculado a la llamada ‘cultura del cereal’ que tanta importancia tuvo en el desarrollo de la economía local y en la vida diaria los moganeros del siglo XIX y XX. Es por ello que el recorrido comenzó el sábado con una visita al emblemático Molino de Viento, símbolo de identidad del barrio que hereda su nombre así del resto del territorio moganero. El edificio data del siglo XIX y fue restaurado en 1999 tras décadas en ruinas a causa de un incendio, hecho que motivó que también se le conozca como Molino Quemado.
En el lugar, Emilio García, vecino del barrio, belenista y gran conocedor de la historia y valor de este molino, uno de los pocos de viento que se conservan en Gran Canaria, analizó su relevancia y mostró su interior y funcionamiento a los asistentes. Sin embargo, esta infraestructura no es la única a lo largo del Valle de Mogán, ya que dentro de su patrimonio se llegaron a contabilizar ocho molinos, siendo dos de agua, cuatro de viento y otros dos de fuego. De estos se conservan la mitad y uno se trasladó a Tasarte.
El paseo continuó con un acercamiento al casco histórico, visitando en primer lugar el edificio de El Curato, por su relevancia como testigo de la evolución y transformación del pueblo. Frente a esta construcción, Francisco Suárez, personal del Archivo Municipal, ofreció una breve panorámica de la gestión política y eclesiástica de los últimos siglos con apuntes y detalles sobre la formación del núcleo urbano, destacando el antes y después que experimentó el Valle tras romper su aislamiento con la llegada de las primeras comunicaciones con el resto de la isla.
Seguidamente, el grupo se trasladó a la Plaza Sarmiento y Coto, corazón de Mogán y lugar donde se ubica la Iglesia de San Antonio de Padua, protagonista de la tercera ponencia a cargo del historiador Aurelio Torres, que centró su relato en cómo fue posible su construcción, finalizada en 1814, así como en el arte sacro que esta acoge.
Por último, frente al Centro Cultural El Mocán, Francisco Hernández Artiles reflexionó sobre uno de los elementos esenciales en la vida social del casco de Mogán, el quiosco, enclave de reunión, de júbilo, música y, en definitiva, de vida. Sus planos datan de 1949 y tras los últimos 28 años en desuso ha sido rehabilitado y abrirá próximamente como bar-cafetería.
El paseo concluyó con la lectura de un poema de la autora moganera Alicia Llarena, inspirado en la plaza como centro neurálgico, y con las palabras concejala de Patrimonio y accidental Cultura, Consuelo Díaz, asistente a la jornada junto al edil de Festejos, Víctor Gutiérrez.
Díaz agradeció a CUPACAN, los ponentes y participantes, y resaltó el “especial aprecio” de los vecinos y vecinas del pueblo de Mogán hacia el Molino de Viento, El Curato, la Iglesia de San Antonio de Padua y el quiosco, pues han crecido “a su vera”. “Forman parte de nuestras vidas y, como ha quedado manifiesto, de nuestra historia”, dijo.
La edil, además moganera natural del casco histórico, resaltó que, a pesar de que los usos de las infraestructuras visitadas han cambiado con el paso del tiempo, estas continúan muy presentes y “de un modo u otro despiertan en nosotros un sentimiento de pertenencia muy positivo, como de orgullo”. Una emoción que aseguró “es difícil de explicar” pero que entiende sienten la mayoría de las personas con sus respectivos lugares de procedencia.
Asimismo aseguró que actividades como esta contribuyen a que Mogán sea conocido y definido más allá de destino turístico de sol y playa. “Tenemos una historia y un patrimonio rico, mucho aún por catalogar, y estamos trabajando para darlo a conocer”, apuntó. La jornada se despidió con un enyesque en la plaza Sarmiento y Coto a cargo del restaurante del municipio Los Almácigos Industria Qulinaria.