(AUDIO) (VIDEO) Las asociaciones benéficas realizan una labor tan necesaria como compleja. Son muchas alrededor de la isla y en el archipiélago las que tratan de forma solidaria y sin ánimo de lucro de ayudar a todas las personas que no tienen los recursos necesarios para mantener una vida digna.
En muchos casos, estas asociaciones no reciben ningún tipo de ayuda de las administraciones públicas. Son las personas solidarias las que con sus donativos permiten que sigan adelante, haciendo un trabajo altruista. Es el caso de Todo Suma Canarias, del Proyecto Vecinal de Alimentos de Mogán y de Hoy Por Ti Gran Canaria, que aseguran no recibir ni un euro de las instituciones.
En el caso específico de Karuna Maspalomas, su fundador, Paco Molina, aclara que sí que recibe ayudas por parte de la consejería de Presidencia del Cabildo de Gran Canaria y del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana. Sin embargo, esta última institución lo hace con un retraso de un año: “nos dieron una ayuda para 2022, y no nos llegó hasta febrero de 2023, la gente tiene que comer de enero a diciembre”.
La colaboración entre las propias asociaciones es un aspecto fundamental que permite mantener una red de voluntariado y ayuda a todos aquellas personas necesitadas. “Los que no quieren colaborar acaban desapareciendo por falta de apoyo”, asegura Jenni, fundadora del Proyecto Vecinal de Alimentos de Mogán. También las comunidades de vecinos y personas extranjeras constituyen un refuerzo esencial. Los Warriors de Puerto Rico, por ejemplo, prestaron ayuda durante la pandemia a la asociación de Jazael, Hoy Por Ti Gran Canaria y a la de Jenni.
Pero es difícil reconocer a quienes verdaderamente necesitan ayuda. La picaresca española ha hecho que muchos que no se encuentran en una situación real de necesidad, acaben pidiendo en este tipo de asociaciones por comodidad. Montse Ramírez, una de las fundadoras de Todo Suma Canarias, sostiene que la exigencia significa que no hay necesidad: “El que realmente lo necesita no te pide nada, ese aunque se esté muriendo prefiere vender todo lo que tiene y quedarse en bragas antes de pedirte nada”.
Asimismo, lo cree también Jazael, que destaca que “mucha gente vive de la ayuda, hay bastante trabajo y nadie quiere trabajar” y esto complica cada vez más la situación en la que se encuentran este tipo de plataformas. Son pocos los ayuntamientos que prestan ayudas, según la fundadora del Proyecto Vecinal de Alimentos de Mogán “dinero hay lo que no hay, es voluntad”. La explicación que da Paco Molina a esta situación es que los ven “como un peligro, porque la gente cuando tiene necesidad ya no va al ayuntamiento”
En lo que coinciden las 4 entidades solidarias es que no quieren grandes reconocimientos, quieren menos impedimentos de los que se están encontrando y más ayudas que les permitan continuar con la labor que hasta ahora han realizado de forma altruista.
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