El pasado 20 de septiembre, el catedrático de Economía aplicada de la Universidad de La Laguna, Jose Luis Rivero Ceballos, en un debate dentro de las Jornadas Conecta organizadas por el Parlamento de Canarias, afirmó con rotundidad que el desarrollo económico de Canarias en este siglo es un “desastre” y que el PIB per cápita canario se distancia negativamente de la media española y europea desde el año 2000.
Los hombres y mujeres de Canarias son hoy más pobres que hace dos décadas, y se alejan cada vez más de la media europea de renta y poder adquisitivo, a pesar del crecimiento de los indicadores económicos del archipiélago. La tendencia es general en el conjunto del Estado (el crecimiento del PIB y del empleo son mayores de lo esperado), pero los datos negativos en nuestra tierra están por encima de la media.
Para el expresidente del Consejo Económico y Social de Canarias, la realidad es que Canarias “va para atrás” y que es necesaria una reflexión muy importante y muy intensa haciendo especial hincapié en que Canarias no va bien, que “flojea” y que tras el salto enorme de la economía canaria en positivo a partir de la década de los cincuenta debido al “turismo de masas”, el crecimiento económico “se va agotando” y cada vez cuesta más crecer. Afirma que esta realidad obliga a buscar nuevas fuentes de desarrollo económico, compatibilizándolo con lo ya existente. Según Rivero Ceballos, la evolución negativa de la economía de las islas precisa de la potenciación de otras fuentes de desarrollo económico ligadas al I+D+i, la digitalización y la transición ecológica.
Estas opiniones vertidas en las jornadas por el catedrático hicieron saltar las alarmas en Canarias, aunque no difieren mucho de lo que venimos defendiendo en el Cabildo de Gran Canaria en los últimos años. De eso trata el modelo de Ecoísla que defendemos.
Vamos a ver los datos porque son elocuentes. En el año 2000 el PIB per cápita de Canarias era de 20.703 euros, mientras que el estatal ascendía a 21.401 euros. Esto suponía que el PIB de Canarias era el 97% del español, presentando una diferencia de casi 700 euros. En el año 2021 el PIB per cápita de Canarias fue de 18.990 € euros, frente a los 25.498 € euros de PIB per cápita en España, lo que nos sitúa en el último puesto de España en lo que a riqueza por habitante se refiere.
Como vemos, en dos décadas hemos perdido más de 1.700 euros de renta por persona y año y el diferencial con el resto de España ha pasado de menos de 700 euros a más de 6.500 euros. Son realmente unas cifras extremadamente preocupantes que nos hablan de un cierto fracaso de Canarias como comunidad política.
Es evidente que estos malos datos se deben a una situación compleja resultado de un conjunto de factores, algunos de ellos estructurales. No obstante, a mí me gustaría detenerme en tres cuestiones que me parecen especialmente relevantes: el “monocultivo turístico”, la cuestión demográfica – en este caso el insostenible aumento poblacional- y la desigualdad.
En el año 2000 llegaron a las islas Canarias 9.975.977 turistas, y en 2022 14,6 millones, una cifra que es prácticamente seguro que se superará este año (la llegada de turistas hasta agosto había aumentado en un 16%) y alcancemos los 15 millones. Es decir, en estas dos décadas hemos logrado incrementar la llegada de visitantes en un 50% y sin embargo hemos perdido 1.700 euros de renta per cápita. Sin embargo sí se han incrementado los impactos negativos vinculados a esta actividad como el consumo de energía, de agua o las emisiones derivadas del traslado de 15 millones de personas.
Es evidente que el aumento en la llegada de turistas no se traduce en mayor bienestar para la población canaria y que la estrategia de “contar turistas”, es decir, centrar nuestros esfuerzos en aumentar la llegada de visitantes, ha fracasado. Tenemos que trabajar para mejorar la calidad del destino, haciéndolo más sostenible y generando servicios de alto valor añadido vinculados a la cultura, la gastronomía y el medio ambiente que puedan ser provistos por actores locales. E implantar una ecotasa que ayude a corregir y paliar estos efectos.
Otro de los elementos fundamentales para entender el descenso del PIB per cápita es el insostenible aumento de la población en Canarias. Ya en 2016 un estudio de la Fundación DISA explicaba que el 70% del proceso de divergencia de Canarias viene explicado por la evolución (aumento) de la población. Y es que en el año 2000 la población canaria era de 1.667.449 personas y en el año 2023 es de 2.223.951, y sigue aumentando. Incluso aunque consigamos hacer aumentar el PIB, si la población sigue creciendo a este ritmo nos vamos a seguir empobreciendo. Se hace urgente abrir el debate sobre una Ley de Residencia.
El último punto que me gustaría abordar es el de la desigualdad, porque no solo es que nos estemos empobreciendo, es que cada día somos más desiguales. Y es que un 0.3% de los canarios (6.477 personas) acumula 22.417,5 millones, una cifra equivalente a la mitad del PIB. Es la mayor suma que nunca hayan acumulado. Siendo la comunidad con menos PIB per cápita, somos la cuarta comunidad en grandes fortunas. Mientras tanto, Canarias registra una tasa de pobreza y exclusión del 35,5%, cuando la media en España no llega al 28%.
Y la tendencia es que siga aumentando. España es el segundo país más desigual de la UE-27 y Canarias la segunda Comunidad más desigual del Estado. De hecho, entre 2007 y 2012 la brecha entre los más ricos y los más pobres en Canarias se incrementó alrededor del 25%, lo que situó al Archipiélago, junto con Andalucía y Madrid, como la comunidad con un mayor nivel de desigualdad con respecto a la media nacional.
El problema es que, además de que nuestro modelo económico no genera el crecimiento necesario, este se reparte de manera muy desigual y deja fuera a amplias capas de la población. Es evidente que si excluimos a buena parte de los canarios y canarias de las oportunidades económicas que se crean es casi imposible tener una economía próspera, ya que la pobreza y la exclusión limitan la movilidad social y por lo tanto el crecimiento potencial de la economía.
Desde el Cabildo de Gran Canaria llevamos 8 años haciendo nuestra humilde pero importante contribución a esta situación, fomentando la diversificación económica (con apoyo al sector primario, las energías renovables, el I+D+i, las nuevas tecnologías para la desalación de agua, las economías circular y azul, el sector audiovisual, la industria, el comercio, las políticas de cuidados, la adaptación y la mitigación de los efectos del cambio climático, la isla inteligente, etc.), la generación de empleo, la lucha contra la pobreza, la creación de oportunidades para los jóvenes, etc.
Es evidente que el modelo de desarrollo que se ha implementado al menos en las últimas 5 o 6 décadas, está claramente agotado. Tenemos que tener determinación e imaginación política para promover medidas y generar el consenso necesario para cambiar el rumbo. Porque lo cierto es que tenemos potencialidades para ser un referente de sostenibilidad y bienestar.
Antonio Morales Méndez
Presidente del Cabildo de Gran Canaria