Antonio Morales subraya que Canarias ha sido pionera en la instalación de belenes, ya que llegaron a las Islas de la mano de los italianos, un siglo antes de que se conocieran en la Península
Las bellezas naturales y las tradiciones inherentes a la Isla jalonan cada una de las escenas que se van sucediendo en la obra del belenista Fernando Benítez
El árbol principal de la decoración navideña es una alegoría marina, con la que se busca representar que la Navidad canaria es diferente y siempre está asociada al mar
Gran Canaria, 1 de diciembre de 2023. El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, junto a consejeros y consejeras de la Corporación insular, ha inaugurado esta noche el belén de la lnstitución insular que, como cada año, aparece jalonado de los símbolos de la naturaleza y de las costumbres y tradiciones de la Isla, y, asimismo, ha procedido al encendido de la iluminación y de la decoración, que adornarán la fachada de la Casa Palacio durante todas las fiestas navideñas.
El presidente Morales ha manifestado en su intervención que, con esta inauguración, “desde el Gobierno de Isla, abrimos la Navidad al conjunto de los territorios de Gran Canaria con el belén, que es una tradición profundamente arraigada en nuestra tierra”.
Y es que, como ha recordado, los belenes nacieron en el siglo XIII, en Italia, de la mano de San Francisco de Asís, y llegaron a Canarias un siglo antes de que se conocieran en España, debido a las relaciones que mantenían las Islas con Nápoles y Génova, por lo que el primero de ellos se instaló en el Archipiélago en el siglo XVII. “Y es desde aquí desde donde los belenes se trasladan después a Latinoamérica, también antes incluso de que lleguen a la Península”, ha rememorado. “Una muestra más de la influencia de Canarias, con esta y con otras tantas cosas”.
Asimismo, el presidente insular también ha ensalzado la labor de Fernando Benítez, creador del belén del Cabildo desde hace años, de quien ha alabado el trabajo de orfebrería que desarrolla, detalle a detalle, ya sea en la vestimenta o en los paisajes y en las escenas costumbristas “que recrea de una manera extraordinaria”, ha aseverado.
Y es que, el mismo Benítez ha puesto de relieve que el belén del Cabildo de esta Navidad vuelve a estar impregnado de esos elementos naturales que son símbolos de Gran Canaria, así como de recreaciones de la vida cotidiana de la Isla, que se van sucediendo en los pasajes religiosos relacionados con el nacimiento de Jesús.
Así, esta creación se abre con la escena de la Anunciación, en la que aparece un caidero de agua, donde se ve la reserva forestal de Los Tilos de Moya y, a partir de esa primera referencia, discurren diversas escenas cotidianas de oficios relacionados con el ayer de Gran Canaria, con el pastoreo y con la ganadería, sectores con los que el autor ha indicado que, “desde el belén, siempre tengo un compromiso especial, para que haya una elevación de los valores que representan los ganaderos y los agricultores de las Islas”.
Y, ya en las estampas finales, están presentes las cumbres de Gran Canaria, con el Nublo y el Bentayga. Porque, como ha detallado Benítez, “a través de la gruta del nacimiento, se ve la escenificación de la Virgen y de San José, con los reyes magos adorando al niño, y, en el fondo, están Risco Caído y los macizos centrales de la Isla”.
De la misma manera, el belenista ha destacado que se exaltan valores inherentes a la tradición canaria, siempre con el realce y el valor de la familia, en escenas protagonizadas por padres, hijos y abuelos, “para fomentar esos valores que deben perdurar en la sociedad, como el respeto a los mayores o el tener una bonita infancia”, ha subrayado. “Con las figuras, que están vestidas a la usanza del siglo XIX y la transición al XX, se consiguen estampas entrañables, como el carretero que va con su mula y con su carro, con su familia a cuestas, en la que ella amamanta a un bebé y los niños sentados a su lado, con todas sus pertenencias”, ha relatado, “o escenas de labor de ganaderos con las vacas, de alfareros, de pastores con las ovejas y todo ello con la esencia siempre de Gran Canaria al fondo, con el Nublo, que es la estampa natural y espiritual de nuestra Isla”.
Benítez ha finalizado afirmando que este “es un Belén que está hecho con todo el cariño y con todo lujo de detalles y, sobre todo, para transmitir al visitante que vale la pena conservar nuestra Isla y mantener vivo y fresco nuestro pasado”.
Una alegoría marina hecha árbol de Navidad
La fachada del edificio del Cabildo de Gran Canaria cuenta, además, con una decoración navideña de la que forman parte varios árboles, creados por Aday Eventos-DéQú, de los que destaca el central, que es una alegoría al mar, con elementos como un faro y animales marinos, entre otros, con los que se busca representar que la Navidad canaria es diferente y siempre está asociada al océano.
Por último, más de 150 cortinillas de bombillas led de bajo consumo iluminan la fachada de la Casa Palacio, junto a nueve estrellas con guirnaldas también de bombillas flasheantes de consumo moderado.