El paisaje del desierto siempre ha representado un desafío formidable para los competidores del Dakar, y la sexta etapa de este año no fue la excepción. En esta etapa, el Elefante Rosa se enfrentó a un recorrido de más de 100 kilómetros dominado por dunas y arena blanda.
Desde el comienzo, la jornada se presentó como un reto abrumador. El terreno, caracterizado por su arena suave y movediza, planteó un obstáculo significativo. A pesar de que muchos competidores lucharon por avanzar en este laberinto de dunas, el Elefante Rosa logró mantener un ritmo constante y seguro, demostrando una habilidad notable para sortear los peligros.
Durante un momento crítico de la carrera, un coche provocó un retraso menor. Sin embargo, la rápida reacción y la buena preparación del equipo permitieron resolver la situación en aproximadamente 20 minutos, utilizando planchas de arena. Este fue el único contratiempo en un día que, por lo demás, transcurrió sin problemas.
Una vez superada la parte más desafiante del recorrido, el resto de la etapa se llevó a cabo sin mayores inconvenientes. El equipo del Elefante Rosa, mostrando una gran satisfacción, destacó la dificultad de esta etapa, describiéndola como “un auténtico infierno”. No obstante, su capacidad para atravesar exitosamente el complicado terreno es un testimonio claro de su habilidad y determinación.
Con la etapa seis completada con éxito, el equipo del Elefante Rosa ya se prepara para enfrentar los desafíos que les esperan en las próximas etapas, llevando consigo la confianza ganada en una etapa excepcionalmente bien ejecutada.