El Observatorio de Derechos Sociales de Canarias ha realizado un detallado análisis sobre la realidad del absentismo laboral en nuestras islas por el que ha podido demostrar los siguientes hallazgos:
En relación a la contratación
En primer lugar, Canarias se encuentra por encima de la media en contratación temporal con un 18,70%. Para el caso de las mujeres en Canarias con contratos temporales representan el 22,1%, mientras que en los hombres es del 15,30%.
En cuanto a la saturación laboral, Canarias es la segunda Comunidad Autónoma en horas trabajadas efectivas en el sector servicio con 124,6 horas mensuales de media, sólo superada por Madrid con 129 y superando la media estatal en 3,04 puntos porcentuales. Debido a los datos disponibles por el Instituto Nacional de Estadística no ha sido posible para este Observatorio desagregar esta variable por género, incluso cuando se encuentra previsto por ley.
Tras analizar el número de personas con formación universitaria en situación de desempleo en las islas, el Observatorio de Derechos Sociales de Canarias, apunta a un incremento sustancial de más de 8 puntos porcentuales desde el año 2014 (17,5%) hasta la actualidad (25,8%), por lo que una de cada cuatro personas formadas en Canarias, no encontraría empleo, según datos del Instituto Nacional de Estadística.
En relación a las jornadas laborales y la incapacidad temporal
En relación al informe publicado por el Ministerio de Trabajo se evidencia la probabilidad de duplicar una incapacidad temporal de larga duración a partir de las jornadas de 35 horas semanales de trabajo. Con respecto a las jornadas completas con datos del cuarto trimestre de 2023 la media nacional se sitúa en 167 horas y Canarias es la Comunidad Autónoma con el mayor número de horas mensuales trabajadas en este sector alcanzando las 170 horas, una media de 42,5 horas semanales, superando así en un 21,4% el límite de horas recomendado.
Otro de los factores para considerar la incapacidad temporal en el trabajo es el salario, pues en términos generales a medida que este disminuye, aumenta la probabilidad de incapacidad temporal. La media estatal se sitúa en los 17.022,89 € mientras que en Canarias el salario mediano se sitúa en los 14.082 €, es decir, un 17,28% menos que la media estatal. Dicho de otra forma, por cada euro que gana una persona en Canarias una persona en el País Vasco obtendría 1,54 €.
Para el caso de las personas que deben conciliar el trabajo con cuidados en el entorno familiar el 89,8% de ellas son mujeres, mientras que los hombres representan el 10,2% para el caso de Canarias. Como consecuencia, las mujeres disponen de más probabilidades de acabar con una incapacidad temporal de larga duración por la sobrecarga de cuidados, la falta de corresponsabilidad y las dificultades de la conciliación.
En relación a la Salud Mental en el sector servicios en Canarias
Al analizar el periodo entre los años 2015 y 2021 este observatorio ha podido evidenciar que a medida que aumentan las horas trabajadas crece el número de trastornos ligados a la salud mental. Es decir, el modelo productivo del sector servicios en Canarias lleva al límite la salud de su personal laboral.
Para el año 2021 Canarias era la tercera Comunidad Autónoma en consumo de hipnosedantes, la segunda en prevalencia de trastornos mentales, casi duplicando la media estatal, y la segunda en horas efectivas trabajadas en el sector servicio.
El Observatorio de Derechos Sociales de Canarias advierte de la creciente confusión entre los conceptos de absentismo y baja laboral. Asimismo, señala que si esta situación no se corrige para el año 2025 la prevalencia de trastornos mentales en Canarias llegará al 37,56% y en 2026 al 39%. Es decir, si continuamos en esta deriva de temporalidad, bajos salarios, tareas de cuidados y saturación laboral, 4 de cada 10 personas en Canarias deberán comprometer su salud mental si quieren seguir trabajando.
En relación a posibles medidas
Entre las medidas que se aconsejan adoptar se encuentran la de garantizar una jornada semanal de 35 horas, flexibilizar la jornada laboral para el cuidado ajeno y propio e implementar un modelo de salud mental centrado en la prevención y no en medicalizar las vidas dedicadas al trabajo por no contar con un modelo productivo menos lesivo para la salud física, psicosocial y económica de la población.