- Terrae concluye su segunda edición con la Declaración de Gran Canaria, en la que los cocineros rurales se comprometen a la salvaguarda de los valores de los entornos rurales.
- Gastón Acurio, el cocinero que consiguió posicionar la cocina peruana en el mapa gastronómico mundial mientras ponía en valor el trabajo de sus productores, ha recibido el Premio Terrae
Terrae Gran Canaria, el Encuentro Internacional de Cocina Rural, ha cerrado su segunda edición con la proclamación del chef Luis Alberto Lera (Restaurante Lera*, Castroverde de Campos, Zamora) como alcalde de los cocineros rurales. La elección de un representante que liderara el colectivo de los cocineros rurales era uno de los objetivos fijados en este evento, un congreso que ha demostrado que la gastronomía tiene un papel fundamental en la supervivencia y evolución de los entornos rurales. Objetivo cumplido con creces, pues Lera ha contado con el apoyo de sus compañeros y ha asumido el cargo por mayoría absoluta en unas elecciones en las que todos los cocineros participantes en el congreso, más de cuarenta, eran elegibles.
Además, la última jornada ha estado cargada de emociones, pues también ha contado con la entrega del premio de Terrae al chef peruano Gastón Acurio como ejemplo de toda una vida dedicada a la cocina popular y a sus productores. Acurio ha aceptado el premio “no solo en nombre de mi persona sino también en nombre de todos los que han participado en estos últimos 20 años en la puesta en valor de la cocina peruana”.
“Han sido tres jornadas intensas, de mucho aprendizaje y mucha exposición de la riqueza de nuestros productos, solo espero que los cocineros que nos han visitado se vayan sorprendidos y con ganas de incorporarlos a sus creaciones” apuntó el director insular de Industria y Comercio, Juan Manuel Gabella, encargado de entregar el reconocimiento a Acurio.
Gabella, quiso también felicitar al chef elegido como alcalde de los cocineros rurales, a quien deseó “un fructífero mandato en la defensa y la lucha por la visibilidad de este oficio y de la importancia que tiene para el territorio”, objetivo que según añadió “está totalmente alineado con los del gobierno insular”, por eso se mostró confiado en que este evento “siga creciendo y año tras año vaya descubriendo al mundo lo que cada comarca de nuestra Isla puede aportar a la gastronomía”.
En cuanto al nuevo alcalde, cabe mencionar que Lera es uno de los representantes más destacados del movimiento de la cocina rural del país, vehemente defensor de la tradición y la cercanía del producto la cocina que practica se apuntala en la cultura cinegética de su zona, Castroverde de Campos, municipio zamorano de apenas 250 habitantes en el que su restaurante ha revolucionado la gastronomía castellano leonesa.
El flamante alcalde de los cocineros rurales ha estrenado el cargo asegurando que hará todo lo posible “para que el cambio que necesita el medio rural sea real”. Lera, quien ha agradecido “el cariño de los compañeros”, afirmaba que todos ellos se encuentran “en entornos en los que debemos diferenciarnos y es imperativo luchar por las ventajas que estos nos ofrecen”. Y es que el cargo no es meramente decorativo; de hecho, ya está prevista la recepción del alcalde -y de los concejales que elegirá para darle apoyo en esta legislatura- en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, donde podrán exponer sus inquietudes y su visión del mundo rural actual.
La elección de Luis Alberto Lera como alcalde de la cocina rural ha ido acompañada de la presentación de la Declaración de Gran Canaria, un documento que recoge el espíritu del Manifiesto de Zafra y lo actualiza cinco años después. En este documento, los cocineros y cocineras que han formado parte de esta edición canaria han plasmado su voluntad de contribuir a la supervivencia del medio rural y a apoyar el trabajo y la figura de los proveedores locales.
En casa del productor
Al inicio de este tercer día de Terrae Gran Canaria, los participantes en el congreso han tenido la oportunidad de conocer de cerca la realidad de los productores locales con dos visitas de marcado carácter canario. Primero, han podido degustar la fruta de la isla en la plantación de la Finca La Gloria, a los pies de la Montaña de Guía, en la que crece el reconocido plátano canario.
Y la mañana continuaba en la fábrica de ron Arehucas (Arucas) con la visita no solo a la fábrica sino también a la zafra donde crece la caña de azúcar, materia prima esencial de esta bebida que se ha convertido en identidad de Gran Canaria.