El presidente insular recuerda cómo, hace 34 años, en la Mancomunidad, “pusimos en marcha un proceso socioeconómico que busca siempre la armonía entre las personas y la naturaleza, que es lo que hoy conocemos como sostenibilidad”
El líder del Gobierno grancanario insta a mantener esa línea y a emprender acciones que frenen el crecimiento poblacional, el deterioro del territorio, el incremento infinito de turistas y de camas, y el despilfarro energético
Gran Canaria, 17 de julio de 2024. “Gran Canaria vive un apasionante camino hacia la descarbonización y la soberanía energética, y el Sureste ha tenido mucho que ver con el comienzo y el impulso a esta andadura que nos hará más sostenible y posibilitará ganar el siglo XXI”, aseguró hoy el presidente del Cabildo grancanario, Antonio Morales, quien no dudó en proclamar que “la ecoísla es el despliegue a nivel insular de la gran experiencia de éxito que está siendo la comarca sostenible del sureste”
Y así lo mantuvo en el encuentro ‘Sureste. Comarca sostenible’, que se celebró este miércoles, en el Teatro Auditorio de Agüimes, en el marco del programa de actividades que desarrolla la Cadena SER con motivo de su centenario. Una reunión en la que, junto al presidente de la Isla, estuvieron presentes la y los alcaldes de Ingenio, Santa Lucía y el propio Agüimes, Vanesa Martín, Francisco García y Óscar Hernández, respectivamente, a quienes recordó que, en la Mancomunidad del Sureste, “hace 34 años, pusimos en marcha un proceso socioeconómico que buscó siempre la armonía entre las personas y la naturaleza, que no es ni más ni menos que lo que hoy conocemos como sostenibilidad”. Asimismo, los/as tres alcaldes intercambiaron ideas sobre el ciclo integral del agua, la gestión de la recogida de los residuos urbanos y sobre el impulso de los proyectos vinculados a las energías limpias. Acto seguido, los empresarios José Juan González, CEO de Canaragua, Rafael Martell, promotor eólico de la Asociación Eólica de Canarias y Antonio Díaz Estévez, gerente de Ayagaures Medioambiente, dialogaron en torno a la penetración de las energías renovables.
El presidente Morales defendió en su intervención la importancia de lo local en la búsqueda de esa sostenibilidad y abogó por realizar todos los esfuerzos posibles desde ese ámbito para garantizar la pervivencia de los recursos primarios, la energía, el agua, el territorio y la alimentación.
“La sostenibilidad exige incrementar y distribuir los niveles de renta y de empleo. El bienestar de la ciudadanía se alcanza garantizando niveles dignos de salud, de formación, de vivienda, de seguridad, de ocio”, testificó. “Tenemos que seguir profundizando en los cambios en el modelo desarrollista actual, en el avance de tecnologías adecuadas, incentivando la investigación y la innovación, y apoyando a la pequeña y mediana empresa, muy arraigada en nuestro territorio, que fomenta empleo e inversión”.
Y para lograrlo, animó a emprender acciones destinadas a frenar el crecimiento poblacional, el deterioro del territorio, el incremento infinito de turistas y de camas, y el despilfarro energético. “Y aquí es donde se enlaza la política local, comarcal con la insular”, argumentó. “La comarca sostenible del sureste son los cimientos, la base ideológica y experiencial por la que desde el Cabildo de Gran Canaria estamos impulsando el proyecto ilusionante de la ecoísla”.
En este punto, puso el acento en la premisa de que la experiencia, el impulso y la credibilidad ganados durante décadas han posibilitado diseñar e implementar un proyecto que permite a la Isla transitar con claridad hacia la descarbonización y la sostenibilidad. “La ecoísla nos permite avanzar en la soberanía energética, hídrica y alimentaria; garantizar los derechos sociales para todas y todos, mejorando la igualdad de oportunidades, y dinamizar una economía productiva respetuosa con el territorio y el paisaje”, expresó. “Una ecoísla que protege nuestro patrimonio y la identidad de nuestro pueblo”.
Con esa certeza, se congratuló de que la ecoísla es un proyecto que se despliega, que está en marcha. “Avanzamos en la transición energética. Crecemos en autoconsumo y con el proyecto ya en marcha del Salto de Chira alcanzaremos el 60% de generación de energías limpias en 2030. Más la eólica marina en la que seremos punteros”, atestiguó. “Y, además, aumentamos la producción de agua para garantizar el riego en todas las cuencas de Tejeda, Artenara, Tirajana y Mogán, hoy deficitarias; y los planes contra la sequía nos permiten incrementar recursos hídricos para el conjunto de la Isla; estamos incrementando las hectáreas cultivadas, y el consumo del producto local tiene que seguir siendo una meta que apoye a agricultores y ganaderos en la continuidad de sus cultivos y producciones queseras y ganaderas en general”.
En este escenario, dictaminó que es preciso seguir avanzando en el reequilibrio de la economía, impulsando los sectores agrícola, ganadero, acuícola y piscícola y, a la vez, el sector industrial y el de servicios productivos, además de las economías azul y circular, la movilidad sostenible y el sector audiovisual.
“El futuro está trazado con un inmenso apoyo social e institucional. Estamos consiguiendo en Gran Canaria ponernos de acuerdo, avanzar juntos para progresar hacia los retos decisivos que nos garantizan la supervivencia para las décadas que nos esperan”, verificó. “Esta forma de actuar, con objetivos claros, está haciendo de Gran Canaria una isla atractiva, que nos distingue ante las demandas de una sociedad cada vez más exigente en todos los objetivos de la sostenibilidad. Y esto no se consigue sin una amplísima concertación y participación social, como la que se logró generar en el sureste. Como la que está hoy presente en este foro”, certificó.
Una trayectoria sostenible que comenzó hace 34 años
El primer mandatario de la Isla echó la vista atrás para rememorar cómo, a partir de la constitución de la Mancomunidad Intermunicipal del Sureste de Gran Canaria, el 22 de octubre de 1990, “a las corporaciones de los tres municipios que la conforman nos unió, desde el primer momento, la búsqueda de alternativas al grave problema de la escasez y la mala calidad del agua que usábamos en esta comarca de Gran Canaria”, evocó. “Ese fue uno de sus principales acicates. Pero no el único. Elaboramos inmediatamente una estrategia encaminada a conseguir una desaladora, una depuradora, redes y depósitos para poder regular la distribución, energías renovables para abaratar los costes, entre otros objetivos”.
De hecho, manifestó que, hoy, pasados los años, “parece mentira recordar aquellos tiempos de escasez, de desabastecimiento, de requisas, de suministro uno o dos días a la semana y la contratación continua de cubas para suplir la insuficiencia del agua de abasto”. Una época en la que, “con mucho esfuerzo y contra viento y marea, se construyó la planta desaladora, con un presupuesto inicial, entonces en pesetas, de 186 millones y que ahora produce 33.000 metros cúbicos diarios de agua potable. Y después vendría todo lo demás. Un conjunto de equipamientos devenidos en una auténtica revolución hidráulica. Una auténtica revolución hace treinta años. ¡Nos adelantamos a todos!”, celebró.
Otro hito en el que centró su memoria fue la construcción de la Estación Depuradora de Aguas Residuales, que consideró otra pieza fundamental en esta estrategia y que fue diseñada inicialmente para tratar 6.000 metros cúbicos diarios de aguas negras y, tras sucesivas ampliaciones, ahora da servicio a una población cercana a los 150.000 habitantes, al mayor espacio industrial de Canarias como es el Polígono de Arinaga, a la zona comercial más extensa y, solidariamente, a varios núcleos de San Bartolomé de Tirajana. “Entonces, y muy pocos alcanzaban a entenderlo, los grandes retos eran el cambio climático, la energía limpia, la escasez de agua y el crecimiento demográfico”, declaró. “Hoy mantenemos el mismo convencimiento y eso explica las políticas preferentes que realizamos desde del Cabildo de Gran Canaria”.
Porque, tanto tiempo después, verificó que “los 34 años de historia de la Mancomunidad del Sureste son para celebrarlos como un tiempo de transformación, de siembra, de cimentación de un futuro decisivo para la comarca y avanzadilla para el conjunto de la Isla”, constató.
Y Antonio Morales dio fe de que esa realidad es, actualmente, mucho más protagonista y afirmó que continúa estando en absoluta sintonía con la Declaración que la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo aprobó en 1987, en la que dice: “La Humanidad tiene la capacidad de hacer sostenible el desarrollo, es decir, asegurar que hace frente a las necesidades del presente, sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones, para hacer frente a sus propias necesidades”.
Por eso, dejó muy claro su convencimiento de que “estamos poniendo en peligro el futuro de la humanidad y del planeta, si no somos capaces de buscar alternativas. El ritmo de degradación es alarmante y los déficits medioambientales amenazan nuestra supervivencia”, lamentó. “Jamás, nunca, nadie ha podido poner freno, a pesar de que se ha intentado de muchas maneras, confundiendo el noble ejercicio de la política con el politiqueo sectario, al afán del conjunto de la comarca del sureste de Gran Canaria por romper las ataduras seculares que la hacían permanecer sujeta a un pasado de pobreza socioeconómica y, hoy, el horizonte se cuaja de nuevas ideas de desarrollo, con importantes proyectos de futuro basados en la sostenibilidad, entendida como la búsqueda de una propuesta de crecimiento social y económico con una clara armonía entre las personas y el medio natural”, concluyó.