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La migración irregular por mar y la emergencia en los centros de acogida, un drama que no cesará en Canarias

Una mesa redonda celebrada en el marco del X Campus de Etnografía y Folclore de Ingenio pone al descubierto la situación crítica que viven las islas con los menores no acompañados y la creciente feminización que experimenta el fenómeno migratorio en los últimos años

Una conferencia sobre el fenómeno migratorio marítimo irregular en Canarias de Carmelo Ulises Mesa, geógrafo e investigador vinculado profesionalmente desde 1991 al salvamento y rescate de personas migrantes en el mar, completó ayer el programa de la tercera sesión del undécimo Campus de Etnografía y Folclore que tendrá lugar hasta el viernes, día 19 de julio, en el salón de plenos del ayuntamiento del citado municipio. Tras la intervención de Mesa, se desarrolló una mesa redonda alrededor de la realidad y las causas que originan el drama de la migración, en la que participaron Farhana M. Dich (mujer saharaui, abogada y experta en extranjería y nacionalidad); Mustafa Galah (del Área de Cooperación Internacional de Cáritas Diocesana de Canarias), Caya Suárez, también de Cáritas Diocesana, Fátima Melián (de CEAR Canarias en Vecindario), y José Antonio Verona, en representación de Cruz Roja Española.

Mesa, quien tiene una experiencia de 30 años en el SAR (servicio de búsqueda y rescate), recordó en su conferencia que “apenas separan a Canarias 100 kilómetros del continente africano” y que España tiene responsabilidad y soberanía en la gestión de la seguridad de un millón y medio cuadrados de la inmensidad del mar considerado territorial. El estudioso, que ha colaborado en el equipo de trabajo del Grupo de Investigación Sociedades y Espacios Atlánticos del Departamento de Geografía de la ULPGC, y ha sido profesor del Curso de Apoyo a Militares de Tropa y Marinería para el Acceso a una Relación de Servicios de Carácter Permanente, ofreció datos actuales de diversa naturaleza sobre la migración irregular a Canarias, un fenómeno convertido en drama que se produce de manera regular y creciente a partir del año 1995 hasta nuestros días. “En 2006 se produce la primera gran crisis migratoria con la llegada a las islas de 31.678 personas. En 2019 se produce la segunda gran oleada, ofreciendo las estampas penosas que todos recordamos en el Muelle de Arguineguín”, dijo. “De todo el flujo migrante producido en España en las últimas décadas, Canarias ha asumido el 75 por ciento”, recordó Mesa. Pero esta cifra ha sido superada en 2023 con la llegada de más de 35.000 personas, según datos del Ministerio del Interior del gobierno español. La ruta atlántica se ha encontrado activa desde 1994, pero es en torno a 2006 con la crisis mencionada y a partir de 2020 cuando se han generado procesos de intensificación migratoria.

El geógrafo, que ha elaborado múltiples estudios de investigación en el ámbito de la migración marítima en Canarias, expuso algunos de los resultados de la investigación en curso del doctorado que está realizando. “En 2024 han llegado a Canarias casi veinte mil personas, aunque a partir de los próximos meses de septiembre, octubre y noviembre, meses en los que se producen las calmas por la ausencia de viento y la bonanza climática en los mares de las islas, la cifra podría superar más de cincuenta mil personas. El 90 por ciento de las personas migrantes pertenecen a países del África interior y a partir de 2020 los datos arrojan cifras cada vez mayores de menores no acompañados y mujeres que migran de manera independiente, lo que a menudo se conoce como la migración feminizada”.

Mesa lamentó que las muertes de los migrantes se hayan “naturalizado y normalizado por la sociedad española” y manifestó su preocupación por el reto que para Canarias representan los recursos destinados de primera acogida e integración. Hay tres contradicciones que explican el modelo migratorio español: el rol de Canarias como frontera exterior alejada y falta de recursos necesarios, que la convierte en un punto caliente de retención similar a Lampedusa o Lesbos, porque a Europa no le interesa que lleguen al Continente; la escasez de recursos públicos del Estado para la acogida, siendo Canarias una de las fronteras más activas sometida a la ruta de tránsito más peligrosa y, por último, la coexistencia de un costoso sistema de acogida humanitaria y de protección internacional insuficiente y la dificultad que existe para que los migrantes irregulares puedan llegar desde sus países de origen de una manera regulada”.

La migración es un derecho

Durante el transcurso de la posterior mesa redonda algunos de los intervinientes adelantaron datos curiosos y analizaron las causas que obedecen a factores estructurales que existen en los múltiples lugares de origen, como la precariedad económica, los fenómenos naturales reincidentes caso de las sequías o las inundaciones, el declive de actividades económicas cruciales como la pesca o la conflictividad bélica, que motivan hoy en día las migraciones de los países africanos hacia Europa. “África es un continente históricamente expoliado y saqueado por las multinacionales, sometido a multitud de conflictos bélicos y a una emergencia climática sin precedentes”, dijo Mustafa Galah, miembro del Área de Cooperación Internacional de Cáritas Diocesana de Canarias. Hay que recordar que en África viven hoy más de 1.300 millones de personas, lo que supone el 17 % de la población mundial.

En la misma línea se manifestó la saharaui Farhana M. Dich, abogada y experta en extranjería y nacionalidad: “La realidad de los países africanos es compleja y muchas causas hay que encontrarlas en la huella del colonialismo. Europa se presenta como un continente en el que se respetan los derechos que en la práctica es irreal. Su política de visados es un ejemplo y sus leyes de extranjería no se adaptan a la realidad. La migración es un derecho y la acogida debe ser digna”, dijo Dich.

Fátima Melián, de CEAR Canarias en Vecindario, manifestó que los migrantes “buscan un proyecto de vida que los salve de la situación de pobreza extrema y carencia de expectativas en sus países de origen. Muchos de los menores no acompañados solicitan asilo siendo menores de edad y en la mayoría de los casos que gestiona CEAR proceden de Mali”. Caya Suárez, también de Cáritas Diocesana, avanzó que la gran mayoría de migrantes entran en Canarias y España por el aeropuerto, procedentes de países como Italia, Cuba, Venezuela y Colombia. Por mar llegan a Canarias de zonas como Mali, Senegal, Ghana, Marruecos y Mauritania, principalmente. Suárez denunció que “ahora mismo hay en las calles de Canarias menores que no están identificados” y que “faltan políticas que afronten el fenómeno desde la transversalidad”. Además, se preguntó en voz alta por el número de instalaciones militares que permanecen vacías en Canarias que pueden cumplir un papel de apoyo a los centros de acogida, y por las viviendas sin ocupar que también posee la empresa pública Vivienda Sociales e Infraestructuras de Canarias (VISOCAN). “Hay que visibilizar los problemas para poder solucionarlos. La movilidad no es un problema, la convertimos nosotros en un problema y es preciso mirar a las personas porque son personas y no por su lugar de procedencia”.

José Antonio Verona, Cruz Roja, indicó que su organización presta ayuda sanitaria y humanitaria en los puntos de llegada con un protocolo que persigue prevenir la hipotermia de los migrantes en primer lugar, la gestión de las unidades de mediación, la detección de patologías y la posterior coordinación para su derivación a Atención Primaria si fuera preciso.

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