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la seguridad en San Bartolomé de Tirajana, entre la inversión y la realidad

La reciente nota de prensa del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, que destaca las cuantiosas inversiones en seguridad y servicios de socorrismo para las playas del municipio, pinta una imagen optimista de las adoptadas. No obstante, un análisis más detallado revela inconsistencias entre las declaraciones oficiales y la realidad que enfrentan diariamente los usuarios y empleados de las costas del sur de Gran Canaria.

Inversiones millonarias, pero sin Policía Local ni infraestructuras adecuadas
El Ayuntamiento resalta con orgullo la inversión de casi medio millón de euros este año en los servicios de socorrismo y la previsión de un contrato de 5 millones para los próximos dos años, junto con la llegada de nuevas torres de vigilancia. Sin embargo, este despliegue de cifras contrasta con una realidad preocupante: actualmente, no hay presencia de la Policía Local en las playas de San Bartolomé de Tirajana.

La ausencia de efectivo policiales es una omisión grave en la política de seguridad. La vigilancia de las playas no se limita únicamente al salvamento marítimo; es crucial para prevenir incidentes delictivos y mantener el orden en un municipio eminentemente turístico. La falta de agentes patrullando las zonas más visitadas pone en entredicho la seguridad integral que las autoridades aseguran estar mejorando.

Instalaciones obsoletas: una realidad que denuncian los empleados de la Cruz Roja
A esta problemática se suma otra realidad incómoda que el Ayuntamiento parece omitir: la obsolescencia de las instalaciones de socorrismo en las playas. Los propios empleados de Cruz Roja, que operan en el municipio, han denunciado en reiteradas ocasiones las condiciones inadecuadas en las que deben trabajar. Los puestos de socorrismo se encuentran en mal estado, sin contar con las modernizaciones prometidas por el consistorio.

La nota de prensa habla de evaluaciones para mejorar estos puestos y adquirir nuevas torres de vigilancia, pero mientras tanto, los socorristas continúan trabajando en infraestructuras que no cumplen con las condiciones adecuadas para ofrecer un servicio eficaz. Este desfase entre lo que se anuncia y lo que realmente se ofrece no solo afecta a los trabajadores, sino también a los usuarios que dependen de su intervención en situaciones de emergencia.

 

Un enfoque desequilibrado
Es innegable que el esfuerzo por mejorar los servicios de salvamento es necesario y bienvenido, pero el enfoque parece estar desequilibrado. Las grandes inversiones en tecnología, como drones acuáticos y cámaras de vigilancia, son insuficientes cuando las instalaciones están obsoletas y no hay presencia policial para complementar estas medidas. Los drones no pueden compensar la falta de patrullas a pie o la ausencia de infraestructura básica que los socorristas necesitan para operar de manera efectiva.

El alcalde de San Bartolomé de Tirajana, en su visita a las playas, destacó la llegada de nuevos equipos y la futura modernización de los servicios, pero no abordó directamente las quejas de los trabajadores ni la falta de policías locales. Las cámaras de vigilancia anunciadas, parte del proyecto Destinos Turísticos Inteligentes , son un paso adelante, pero la tecnología por sí sola no garantiza la seguridad en su conjunto.

¿Dónde están las soluciones reales?
Mientras el Ayuntamiento celebra su compromiso con la seguridad, surge una pregunta: ¿Qué se está haciendo para mejorar las infraestructuras que ya están deterioradas y para reforzar la presencia de la Policía Local? Las inversiones tecnológicas y en socorrismo son importantes, pero dejan un vacío evidente cuando las instalaciones siguen obsoletas y no hay patrullas policiales en las zonas más concurridas.

Los empleados de Cruz Roja han alzado la voz para denunciar las malas condiciones en las que operan, pero las respuestas del Ayuntamiento parecen centradas en promesas de futuro, mientras que las necesidades presentes continúan sin resolverse. La modernización de los equipos y la llegada de nuevas torres de vigilancia son pasos positivos, pero no abordan el problema de fondo: una estructura envejecida y la falta de recursos humanos en las playas.

Un llamado a la coherencia
El Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana debe replantearse su enfoque en la seguridad de las playas. Las inversiones son un paso en la dirección correcta, pero no deben centrarse únicamente en nuevas adquisiciones tecnológicas y contratos millonarios. Es urgente atender las condiciones de los socorristas, renovar las instalaciones existentes y, sobre todo, garantizar la presencia de la Policía Local en las zonas turísticas más importantes del municipio.

La seguridad no se puede construir solo con tecnología avanzada o grandes diseños financieros. Es necesario un enfoque integral que combine recursos humanos, instalaciones adecuadas y tecnología. Las playas de San Bartolomé de Tirajana, uno de los destinos más importantes de Gran Canaria, merecen una gestión coherente y efectiva para garantizar la seguridad y bienestar de todos los que las visitan.

En lugar de seguir celebrando grandes cifras y futuras mejoras, el Ayuntamiento debe responder a las demandas inmediatas de sus trabajadores y ciudadanos. Las playas del sur de Gran Canaria no solo necesitan modernización, sino también una estrategia de seguridad que sea tangible en el presente, con infraestructuras dignas y vigilancia policial real.

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