Antonio Morales y el consejero de Medio Ambiente, Raúl García Brink, se reúnen con la plataforma ciudadana que se opone al proyecto y les hacen saber que los tres informes técnicos del CIEGC son desfavorables a esa iniciativa
El Consejo advierte de que la introducción de la nueva planta aumentaría las emisiones globales de CO2 en la Isla y que instalar una central eléctrica en de la ciudad tendría efectos nocivos en las y los vecinos y en los trabajadores del Puerto
Argumenta que, tras comprobar que el 94% de la producción se vertería a la red eléctrica con el fin de comercializarla, la única conclusión posible es que la empresa busca generar y vender energía, y no descarbonizar el Puerto
Gran Canaria, 28 de octubre de 2024. El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, y el consejero de Medio Ambiente, Clima, Energía y Conocimiento, Raúl García Brink, se han reunido hoy con representantes de la plataforma ciudadana que, junto a colectivos ecologistas, se oponen al proyecto de Totisa Holdings en el Puerto de Las Palmas para instalar una planta de almacenamiento y regasificación de gas natural licuado (GNL) y una central eléctrica de 70 MW destinada al suministro del Puerto y buques atracados.
Durante el encuentro, la plataforma ciudadana expresó su preocupación por el impacto ambiental y sobre la salud pública que representaría esta infraestructura, la cual consideran como un importante foco de contaminación que pondría en riesgo la calidad del aire y la seguridad de la población local. Los representantes abogaron por el impulso de alternativas energéticas más sostenibles, alineadas con la transición energética de la Isla y sin perjuicio para la salud pública.
Tanto Morales como García Brink manifestaron su pleno apoyo a estas preocupaciones y reiteraron su oposición al proyecto, señalando que contradice la estrategia de transición ecológica del Cabildo. El consejero de Medio Ambiente y Energía destacó que el proyecto de Totisa “significaría un retroceso en los objetivos de transición energética del Cabildo”.
El Consejo Insular de la Energía de Gran Canaria (CIEGC), a través de tres informes técnicos emitidos desde 2023, respalda la postura desfavorable del Cabildo hacia esta planta. En estos documentos, el CIEGC reconoce la necesidad de una infraestructura para el suministro de GNL en el puerto para cumplir con las normativas internacionales de reducción de sulfuros, pero cuestiona la inclusión de una central eléctrica de 70 MW que, además de no estar justificada para mejorar la integración de energías renovables ni la estabilidad del sistema eléctrico, aumentaría significativamente las emisiones de CO₂.
En términos específicos, el CIEGC calcula que las emisiones anuales en el Puerto se incrementarían de 25.884 toneladas a más de 304.780 toneladas, multiplicando por 12 la cantidad actual y desplazando tecnologías más limpias que ya contribuyen al mix energético de la Isla. Además, advierte sobre el riesgo de efectos nocivos en la salud de los vecinos y trabajadores, considerando que en el pasado ya se desmanteló una infraestructura similar por estos mismos motivos.
Como alternativa, el Consejo propone utilizar la red de distribución eléctrica existente para abastecer a los buques, una medida que permitiría reducir emisiones sin necesidad de construir una nueva planta de combustibles fósiles.
Otro aspecto clave que destaca el CIEGC es que solo un 6% de la energía generada por la planta de Totisa se destinaría al ‘cold ironing’ de los buques, mientras que el 94% restante se volcaría a la red para su venta, lo que evidencia que el verdadero objetivo es comercializar energía, no reducir la huella de carbono del puerto. Además, el Consejo señala que las fugas de metano en el proceso de generación y regasificación invalidarían cualquier posible beneficio medioambiental.
En su tercer informe, el Consejo también cuestiona la justificación de Totisa en cuanto a la capacidad de la red eléctrica existente, argumentando que si las líneas de distribución actuales (20 kV) no pudieran atender la demanda de los buques, el propósito del ‘cold ironing’ quedaría en entredicho, lo que evidenciaría una inconsistencia en el proyecto de Totisa.
Al término de la reunión, tanto el Cabildo como los representantes ciudadanos reafirmaron su firme rechazo a la planta de Totisa debido a sus potenciales efectos negativos sobre la calidad del aire y la salud de la población, así como su dudosa capacidad para avanzar en la descarbonización del puerto. Las autoridades y la ciudadanía consideran que es factible mejorar la infraestructura eléctrica actual y apostar por energías renovables para el abastecimiento de los buques, sin necesidad de instalar una planta de combustibles fósiles que representa un retroceso para la Isla.