El vicepresidente del Cabildo, Augusto Hidalgo, y el alcalde de Santa Lucía, Francisco García, supervisan las obras que ya se encuentran en su ecuador y en las que Obras Públicas invierte más de 800.000 euros
Gran Canaria, 13 de marzo de 2025. El vicepresidente del Cabildo de Gran Canaria y consejero de Obras Públicas e Infraestructuras, Arquitectura y Vivienda, Augusto Hidalgo, junto al alcalde de Santa Lucía de Tirajana, Francisco García, ha supervisado hoy el estado de las obras de reparación de los dos muros, uno a cada lado, que sostienen un tramo de la carretera GC-550, la que une el casco de Santa Lucía con el barrio agüimense de Temisas. La novedad de esta obra, en la que el Cabildo invierte 800.486 euros, reside en la técnica constructiva elegida para la reparación, y es que este tramo de carretera va a ser ‘cosido’ con la instalación de más de medio centenar de barras de acero a través de los muros deteriorados que van a dotar a la estructura de la misma firmeza y estabilidad que la de una obra recién hecha.
Los concejales del Consistorio de Santa Lucía Olga Cáceres y José Miguel acompañaron al vicepresidente insular y al alcalde a la supervisión de esta obra que ejecuta la UTE formadas por las empresas Aceinsa Movilidad y Cimentaciones y Arrendamientos, unos trabajos que empezaron en enero y afrontan ya su ecuador con el objetivo de estar finalizadas en el mes de junio. Se trata de restaurar dos muros con más de medio siglo de antigüedad, uno de 8,80 metros y el otro de 6,90, que soportan un tramo de vía de 90 metros de longitud. Estos muros presentaban un abombamiento pronunciado a causa del paso de los años y del tráfico en su parte superior, lo que ha dado pie a que la calzada se haya hundido y agrietado en varios tramos.
“Estamos utilizando un método novedoso, evitando lo que hubiera tenido que ser poner unos arbotantes, que hubiesen requerido expropiaciones y un impacto ambiental y visual importante, o tirar abajo la carretera y reconstruirla. Por eso hemos ido a un método en el que metemos unos anclajes de acero que lo que hacen es comprimir los dos muros para garantizar que no sigan cediendo. Es una técnica novedosa pero que va a garantizar que la carretera se pueda utilizar mientras está en obras y, al mismo tiempo, obtener un muy buen resultado con un impacto ambiental mínimo”, explicó el vicepresidente Hidalgo.
“Solo tengo palabras de agradecimiento al Cabildo de Gran Canaria, representado hoy por su vicepresidente, por esta actuación tan necesaria en nuestro municipio. Estábamos preocupados porque este tramo de carretera pudiera colapsar como sucedió en esta misma GC-550 hace alrededor de 12 años, de ahí que hayamos mantenido diferentes reuniones con la consejería que han posibilitado esta actuación”, señaló el alcalde Francisco García, “también era muy necesaria esta intervención por la movilidad de la isla y especialmente la comunicación entre el casco de la villa de Agïimes y el casco de Santa Lucía que no sólo es utilizado por los residentes en esta zona sino también por la cantidad de turistas que nos visitan a lo largo de todo el año”.
La obra, que se desarrolla en el tramo de vía que cruza el llamado Barranco de la Baya, en el término municipal de Santa Lucía de Tirajana, contempla, grosso modo, la instalación de estas barras de acero a modo de anclajes al muro principal, el fresado del asfalto dañado y la reposición del firme.
Durante los primeros meses de la actuación los trabajadores de la UTE han estado reforzando ambos muros con un gunitado que ha generado una pared de hormigón armado de entre 5 y 10 centímetros de espesor que, además, también se ha proyectado hacia el interior de las piedras originales que forman ambos muros, consolidando la estabilidad su estabilidad interna. De esta forma se reparará la estructura y se impermeabilizará la zona ante la posible entrada de agentes agresivos y agua.
Tras el gunitado se ha provisto a las paredes de ambos muros de una malla metálica, y a partir de esta semana se ha empezado ya a ‘coser’ el muro con la perforación de los agujeros en los que se van a introducir los llamados bulones, barras de acero de más de 11 metros de largo que van a cruzar la carretera de muro a muro. Estos bulones, una vez instalados, se enroscarán en sus extremos para dotar a los muros de la estabilidad perdida y evitar que se sigan abombando.
“Son 56 barras de acero que van a garantizar la estabilidad de estos dos muros que contienen la carretera y que garantizarán que, a partir del momento en que finalicemos, podamos quitar las restricciones de paso que impiden el paso a dos vehículos a la vez y se pueda volver a utilizar de forma tranquila durante muchísimos años”, añadió Hidalgo.
En total se instalarán 56 bulones a lo largo de todo el muro, y una vez colocados volverá a cubrirse la superficie con un nuevo gunitado de hormigón para ampliar el refuerzo, pero con la salvedad de dejar a la vista los enroscados por si en el futuro se detectara algún desperfecto en la estructura, enroscarlos de nuevo con gatos hidráulicos y devolverle la estabilidad.
El último paso de esta obra será la reparación completa de la actual calzada, que está muy estropeada y hundida en algunas partes. Para ello se va a retirar la actual capa de asfalto y a excavar superficialmente el relleno interior para volver a cubrirlo con una capa de zahorra y sobre esta, asfaltar, colocar las barreras de seguridad y pintar la señalización horizontal.