Desde la Heredad Acequia Alta de Sardina, Radio Faro emitió un programa especial donde concejales, estudiantes y antiguos poceros compartieron experiencias y reflexionaron sobre la importancia del agua en el municipio.
Educación para la Sostenibilidad: un legado para las futuras generaciones
El programa Santa Lucía Educa en Sostenibilidad, reunió a diversas personalidades en la Heredad Acequia Alta de Sardina, donde estudiantes de distintos centros educativos del municipio participaron activamente en actividades de concienciación y aprendizaje sobre la importancia del agua y su gestión sostenible.
El concejal de Educación, Mario Bordón, subrayó la relevancia de estas iniciativas en la formación de los niños y jóvenes: “Estamos trabajando en la renaturalización del municipio, en la creación de huertos urbanos y en la identificación de zonas inundables. Es fundamental que las nuevas generaciones comprendan que el agua no es un recurso infinito y que debemos protegerlo”.
Por su parte, el concejal de Sector Primario, Francisco Guedes, resaltó el esfuerzo conjunto entre la Consejería de Educación y Medio Ambiente para involucrar a la comunidad educativa en estas jornadas. “Queremos que los niños entiendan el esfuerzo que suponía obtener agua en el pasado y la importancia de su correcta gestión en el presente”, afirmó.
El presidente de la Heredad Acequia Alta de Sardina, Pepe Rodríguez, se mostró entusiasmado con la participación estudiantil: “Ha sido una grata sorpresa ver el entusiasmo de los niños. Están practicando en sus colegios, llevando el mensaje a casa y eso garantiza un futuro más consciente sobre la importancia del agua”.
Los protagonistas: los niños y sus aprendizajes
Los alumnos de los centros educativos CEIP La Cerruda, CEIP La Zafra, CEIP La Paredilla, CEIP Tagoror, CEIP Camino de la Madera, CEIP Policarpo Báez, CEIP El Canario, CEIP Balos Domingo Socorro y el CEIP Ansite.
Panambi del CEIP La Cerruda explicó: “Tenemos el proyecto Eco Bosque. Aprendemos a plantar árboles, a prevenir incendios forestales y a reciclar. En mi cole también tenemos huerto y punto limpio”.
Etciar del CEIP La Zafra, relató: “Soy colaboradora del huerto. Ayudo a limpiar malas hierbas, preparar el terreno y cuidar la charca donde hay ranas y renacuajos. Este año plantaremos rúcula, remolacha y cuervos”.
Antonio, del CEIP La Paredilla, destacó: “Implementaría una gran compostera para todo el vecindario y más puntos limpios. A los agricultores les daría más campo y mejores sueldos”.
Yasmín, del CEIP Tagoror: “He aprendido a usar mejor el agua. Antes pensaba que salía del mar. Ahora sé que hay todo un proceso. También plantamos en nuestro centro y hacemos compostaje”.
Eric, del CEIP Balos, forma parte de la Patrulla Planeta: “Vigilamos que no haya basura tirada en el patio y revisamos si hay desperdicios fuera de los contenedores”.
Malak, del CEIP El Canario: “Participamos en la fiesta del compostaje. Aireamos la compostera y la usamos para el huerto. Plantamos con los compañeros del aula enclave”.
Zoe, del CEIP Policarpo Báez: “Me gustaría que hubiera más huertos urbanos y más composteras en el pueblo. Así cuidamos el planeta y aprendemos desde pequeños”.
Leire, del CEIP Camino de la Madera: “Promovería que en supermercados se vendan más productos locales. Es necesario apoyar a nuestros agricultores”.
Ambas, Zoe y Leire, destacaron la importancia de cuidar el agua con gestos sencillos como cerrar grifos, reutilizar agua de lluvia y ser conscientes del valor de este recurso.
Un homenaje a los guardianes del agua
Uno de los momentos más emotivos de la jornada fue el homenaje a los antiguos poceros, quienes dedicaron su vida a extraer agua para abastecer al municipio.
José López Ramos, uno de los homenajeados, relató sus inicios en los pozos en 1958: “Empecé trabajando en la tierra, pero en el fondo del pozo se ganaba más, así que decidí bajar. Eran años duros, de muchas horas de trabajo, fatiga y peligro”.
El piquero Víctor González recordó las dificultades del oficio: “Siempre estábamos metidos en agua caliente, picando piedra a mano. Muchos compañeros se quedaron en el camino”.
Luisa Vega, hija de poceros, compartió una anécdota impactante: “Mi padre nos bajó a mi hermano y a mí con el winche cuando se rompió una varilla. Hoy sería impensable, pero en aquella época era normal. La vida giraba en torno al pozo”.
Desde la heredad, Rodolfo Araña y su hermana Sanita, conocida como la niña del pozo, compartieron recuerdos de su infancia en los pozos. Rodolfo, además de ser pocero, es músico y presentó una canción en honor a los trabajadores del agua. “El agua era una bendita fortuna. Los pozos marcaron nuestras vidas, con momentos agridulces, pero siempre con orgullo”, afirmó.
Compromiso con el agua: un mensaje para el futuro
El homenaje a los poceros no solo fue un reconocimiento a su esfuerzo, sino también un llamado de atención sobre la necesidad de preservar el agua. Como expresó José López Ramos: “Nos costó mucho sacar el agua. Hay que cuidarla, cada gota cuenta”.
Santa Lucía de Tirajana reafirma su compromiso con la sostenibilidad y la educación ambiental, asegurando que las nuevas generaciones sigan valorando el agua como el bien esencial que es.
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